Carlos
— ¡Adelante! Bienvenidos a mi casa de aquí Qatar — dije mientras les abría la puerta de casa a unas cinco personas, dos de ellas cargadas con cámaras y las otras tres... eran Clara, Andrea y Bella.
Había conseguido ordenar un poco la habitación y esconder las pertenencias obvias de Bella, como unos pendientes que se había dejado en el tocador, todo su maquillaje, y su pequeño pote de fragancia. A la vez de alguna forma también había logrado limpiar un poco la cocina y el resto de la casa para que no pareciera demasiado sucio para los espectadores, aunque no había llegado ni a secarme el pelo por completo.
— ¡Carlos! Gracias por invitarnos — me sonrió Clara.
A la mínima que lo hizo, vi de reojo como Bella empezaba a transcribirlo en su ordenador. No había tenido ni tiempo de contarme que ese sería su trabajo del día, en vez de entrevistarme directamente.
— Y bien, Carlos, ¿podrías darnos un pequeño tour por tu casa? Cuéntanos un poco del espacio donde vives, cómo lo tienes organizado, lo que te gusta tener, y esas cosas — me dijo Clara.
Asentí y los acompañé a través de la entrada hasta la cocina, que sería nuestra primera parada.
— Bueno, aquí como podéis ver, he preparado mi desayuno de hoy, y...
— ¿Qué has desayunado? — preguntó curiosa Clara.
— Pues tostadas con aguacate y jugo de naranja, nada especial — sonreí, y pude ver como se formaba también una pequeña sonrisa en la cara de Bella, detrás de las cámaras —. Bien, y aquí pasamos al salón. Este sofá es muy cómodo, la verdad, y aquí miro las notícias y algunas series que me recomiendan, aunque tampoco muchas.
Me senté en el sofá mientras decía eso y, para mi sorpresa, Clara también se sentó a mi lado.
— Ooh, y ¿cuál es probablemente la serie que más has visto?
— Supongo que La Casa de Papel o Juego de Tronos. Me gustan las series y películas de acción y ciencia ficción.
— Bien, buenas elecciones. Qué más nos puedes mostrar de la casa, ¿hay alguna otra habitación que sirva de sala de estar o algo así?
— Bueno, yendo por aquí hay una pequeña biblioteca con un par de sillones — dije, levantándome del sofá y caminando por la planta baja. Entré en la pequeñita sala que tanto le gustaba a Bella, y la recordé sentada en el sillón leyendo uno de sus libros favoritos —. Y esta enorme ventana lo hace más hermoso.
El equipo de grabación entró a la sala y, sin dejar de grabar mi entrevista, tomó también algunas fotos, realmente preciosas por el ambiente y la iluminación que recibía esa habitación.
De repente, el jarrón que estaba más cerca de Bella, detrás de cámaras, se tambaleó de la mesa y casi cayó, pero ella, con suficiente suerte, lo tomó antes de que pudiera tocar el suelo. Todos nos giramos hacia ella, e Isabella abrió los ojos por el susto, volviendo a dejar el jarrón encima de la mesa. Suspiramos aliviados, y Clara me siguió haciendo preguntas, mientras miré de reojo a Bella, que me mostró disimuladamente un marcapáginas que se estaba guardando en el bolsillo. Entonces me di cuenta de que ella había querido esconder el marcapáginas, que tenía hasta su nombre impreso, para que no se delatara que había estado ahí, y que sin querer había tumbado el jarrón mientras lo hacía.
Sonreí ligeramente mientras guiaba a los invitados hasta la primera planta.
— Aquí he estado entrenando estos días, me pongo música en los auriculares y me centro en el trabajo. Literalmente antes de que vinierais, estaba utilizando esas mancuernas — las señalé, en el suelo.
— Y ¿qué música sueles escuchar mientras entrenas?
— La verdad es que me gusta la música variada, escucho bastante Queen y AC/DC, pero también música más electrónica o artistas del pop para mantener la energía alta.
— Claro que sí.
— Bueno, vayamos finalmente a la habitación.
Caminé hasta entrar en la habitación, seguido de Clara muy de cerca, y eché un último vistazo para asegurarme de que, por suerte, todo estaba en orden.
— Y... nada, aquí duermo, me cambio, y me ducho en el baño de aquí al lado — les conté, dando la vuelta a la cama hasta llegar a la ventana y apartar más las cortinas, para hacer que la luz pudiera entrar mejor.
— Bonita camiseta, esa — comentó Clara, haciendo que las cámaras enfocasen en una camiseta que había tirada en el suelo.
Era la que había usado Bella esa mañana. Sonreí al imaginar cómo debería estar sonrojándose por la vergüenza.
— Hahaha, ¡no sabía ni que eso estaba ahí! — dije, agachándome para poder agarrarla del suelo y guardarla.
Pero cuando la tomé y la levanté del suelo de alfombra, destapé algo que había justo debajo. Algo que, obviamente, no era mío: un sujetador. Me quedé prácticamente quieto, en shock, así como todos los presentes.
— Me temo que eso no es mío — dije, recogiéndolo también rápidamente del suelo y escondiéndolo en el cajón más cercano, recordando como la noche anterior lo había tirado ahí después de sacárselo a Bella.
La miré por un instante y la vi extremadamente sonrojada, intentando no explotar a risas por lo que acababa de pasar.
— Em... ¿Qué quedaba por ver? — dije, casi riendo.
***
— Ha sido increíble — le dije a Bella más tarde ese día, cuando ya era oscuro.
Estábamos estirados en el sofá, riendo de cómo había ido la entrevista, abrazados bajo una manta y vestidos ya con nuestros pijamas.
— Cuando ha aparecido el sujetador he querido esfumarme de ahí. ¡Ahora todos los que vean la entrevista van a ver mi puto sujetador!
— Venga, seguramente como mínimo lo taparán en el vídeo.
— ¿Tú cres...?
— Procuraré que sea así, mi vida. Tranquila — le di un beso en la frente —. ¿Te ha dicho algo más Andrea?
Bella suspiró.
— Al salir hemos estado charlando un rato, todo más o menos normal, pero de verdad que la noto más borde por alguna razón. Encima de que lentamente estoy desapareciendo de delante la cámara.
— Bueno, no te preocupes. Mañana será un nuevo día, esperemos que Andera se ponga en contacto contigo y te permita hacer alguna entrevista, ¿sí?
— Supongo, pero no me gusta tener que conformarme con lo mínimo que quieren darme de trabajo.
— Te entiendo, tranquila. Si sigue así puedes hablarlo con ella, seguro que lo entiende.
— Ya veré...
— Bueno, ahora no pienses en eso, amor — le di un beso en los labios —. Mañana seguro que te levantas mejor, y nos veremos por el paddock, ¿vale? Tranquila.
— Gracias.
Bella me abrazó aún más, acomodando la manta encima nuestro, y cerró los ojos mientras le acariciaba el brazo y la oscuridad de la noche llenaba la casa.
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Más allá de la Pista - 55
FanficCuando Isabella, una joven periodista, es asignada para entrevistar al piloto de Fórmula 1 Carlos Sainz, lo último que espera es que su vida dé un giro inesperado.