CAPÍTULO 23

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Este capítulo contiene: mención de drog*s, prostit*ción, ab*sos, etc

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Este capítulo contiene: mención de drog*s, prostit*ción, ab*sos, etc. Leer teniendo esta información en cuenta ‼️

Maratón 2/3


✨✨✨


—¿Quién es él?

—La perra del jefe —había respondido el joven alfa que solía vigilarlo cuando su "jefe" no estaba—. Es una nueva adquisición...

Jungkook permaneció en silencio, con la mirada fija sobre aquel plato de metal que contenía una mezcla de avena con leche y frutos secos. La comida se encontraba fría y la leche olía rancia. Jungkook sentía su estómago crujir, pero al mismo tiempo sentía mucho asco de tener esa comida al frente.

Su vigilante había terminado de hablar con aquel otro alfa y entonces se le había acercado, luciendo aburrido.

—¿No vas a comer? —le preguntó—. Si no lo haces, no lo harás hasta mañana.

Jungkook no había respondido.

—Ah, mierda —el hombre lo había tomado del mentón entonces y lo había obligado a verlo. Jungkook había sentido un escalofrío recorrerlo cuando sus miradas se encontraron—. Mira, niñato, no soy tu nana. O tragas ahora o te juro que te haré pasar hambre hasta que me dé la gana. No tengo tiempo que perder.

El hombre, harto de no recibir respuesta alguna, lo había soltado bruscamente antes de propinarle un puñetazo que le volteó el rostro. Jungkook había soltado un quejido adolorido antes de caer al piso indefenso.

—Maldita escoria...

El mayor había tomado el plato entonces y se había marchado del lugar. Jungkook había escuchado cómo este le colocaba seguro a la puerta de la habitación donde lo mantenían encerrado.

Una vez que estuvo solo, el joven alfa había abrazado sus piernas y se había echado a llorar.

Habían pasado alrededor de seis meses desde que había sido llevado a ese lugar. Se trataba de una discoteca que poseía una construcción subterránea donde se traficaba droga y se vendían omegas. Jungkook había visto con sus propios ojos cómo llegaban camionetas llenas de omegas que no alcanzaban la mayoría de edad. La mayoría eran traídos de aldeas del interior del país o, simplemente, jóvenes que provenían de familias pobres de la capital. Estos eran vendidos por precios muy bajos a alfas mayores que los trataban de la peor manera. Los que no lograban venderse, sin embargo, formaban parte del prostíbulo que funcionaba en el lugar. Era doloroso ver a niños que no llegaban ni a los quince años siendo tratados terriblemente. Todos lucían pálidos y débiles, y se terminaban por volver adictos a las drogas fuertes que circulaban en el lugar. Jungkook creía que ese lugar era una demostración de cómo era verdaderamente el infierno.

A tiempo (KOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora