CAPÍTULO 09

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Memoria:

El pequeño omega abrazaba al bultito de mantas que traía entre sus brazos con fuerza. Nunca, desde que había comenzado su vida en la capital, le había gustado venir al hospital, sobre todo porque no entendía nada. Lamentablemente, había quedado embarazado rápidamente, así que, realmente, más paraba en ese lugar que en su propia casa.

Sin embargo, Jimin no podía mentir y decir que era un mal lugar, claro que no. De hecho, era todo lo contrario. Las enfermeras lo trataban amablemente y siempre le estaban regalando cosas desde conjuntitos para su bebé hasta medicinas y comida. También, el obstetra a cargo de su caso, un beta de mediana edad, lo atendía con gran cariño y siempre le explicaba las cosas de forma sencilla o, al menos, lo intentaba. No era su culpa que Jimin fuera estúpido y no pudiera comprenderlo por completo, pensaba el niño omega.

Jimin resopló. Se suponía que su alfa debía de estar allí con él para poder registrar a Jungmin en el programa de ayuda social, tomarse la foto familiar que se requería y culminar la inscripción de su bebé en el registro de recién nacidos, pero el alfa había desaparecido hacía dos días y aunque Jimin había tratado de encontrarlo, ello le fue imposible. Quizá debió preguntar e ir a más lugares, pero con un niño recién nacido el poder estar fuera de casa por mucho tiempo le era realmente difícil. Eso y que aún se sentía muy débil por el parto. Andar mucha distancia lo agotaba como nunca antes y sumado a ello tenía dolores en el vientre y en la espalda baja que no lo dejaban en paz.

Jimin se mordió el labio y apretó el billetito que traía consigo. La abuelita del mercado se lo había regalado hacía unos días para que pudiera pagar los trámites de la inscripción del nacimiento de Jungmin. Jimin le había prometido devolvérselo en cuanto se recuperase del todo y pudiera salir a trabajar como antes.

-¡Paciente número 05, adelante!-Llamó unos de los trabajadores del lugar.

Jimin miró a todas partes, pero no había ni la más mínima señal de su alfa. Era tan ingenuo por aún tener ciertas esperanzas de que su alfa vendría por él y su bebé.

El niño soltó un suspiro exhausto antes de llenar valor y levantarse de su asiento para dirigirse al mostrador donde lo esperaba un hombre de mediana edad con rostro serio. Jimin podía percibir que se trataba de un nuevo empleado de turno.

-¿Eres el paciente número 05?-Le preguntó este.

Jimin asintió.

-Sí... yo...

-¿Dónde está tu alfa?-Lo interrumpió el hombre mientras sacaba unas hojas de un fólder.

-Mi alfa... él está enfermito, señor... pero nos dieron cita para hoy día y no podíamos faltar... mi alfa me mandó a inscribir a nuestro cachorrito... él... mire...-El omega colocó el billete que traía consigo en la mesa.-Mi alfa me dio esto para que pueda inscribir a nuestro cachorro...

El hombre levantó una ceja inquisidoramente antes de asentir y darle unos papeles y un bolígrafo al pequeño omega.

-Entonces llena esta ficha y en cuanto la tengas lista, te acercas y procedemos con la foto, ¿entendido?

Jimin tomó la hoja tímidamente.

-Ehh... yo... yo no sé... no sé cómo...-Susurró con un hilillo de voz.

El hombre soltó una risa seca.

-¿Me quieres decir que viniste hasta aquí a inscribir a tu cría sin tu alfa y ni siquiera sabes escribir?

El pequeño omega bajó la mirada.

-¡Lunas! ¡Eres realmente desvergonzado!-El hombre le arrebató la hoja y el bolígrafo bruscamente.-No puedo creer que tenga que atender a un omega tan desvergonzado como tú. Tienes que aprender a no atribuirte potestades que no te corresponden.-El hombre bufó.- ¿Nombre?

A tiempo (KOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora