ʳᵉᶠˡᵉᶜᵗⁱᵒⁿˢ - ᶠⁱⁿⁿᵉʸ ᵇˡᵃᵏᵉ

03

— Teach me how to love —
Shawn Mendes

0:00 ━━❍─────── 3:22
——————✧◦♚◦✧——————⋆
Denver, Colorado.

Las semanas pasaron, con ellas los meses, y siguiéndolos los años. 2 años y 3 meses habían transcurrido desde la primera vez que Elizabeth había pisado Denver. No se enfocó en hacer más amigos, con Finney y Robin ya tenía lo que quería. La vida era complicada, después de todo, estaba sola, su madre nunca logró salir del hospital psiquiátrico, pero aún así, sus amigos le hacían sentir que su vida valía la pena.
Con el tiempo, Robin y Elizabeth se volvieron mejores amigos, Elizabeth le enseñó a pelear y el chico se había vuelto muy popular por su particular manera de hacerlo, era muy bueno en ello. A pesar de esta amistad, había que admitir que entre ellos había cierta atracción, y aun que Elizabeth lo disimulara, por parte de Robin se enteraría todo Denver. No era ningún secreto que Arellano sentía cierta atracción hacia su mejor amiga, esto lo demostraba constantemente con bromas o miradas coquetas, aún así, nunca pensaron en el otro como algo más, solo eran eso, miradas, o eso creían.
Por otra parte, la relación de Finney y Elizabeth, era algo diferente. El chico estaba secretamente enamorado de su amiga, y aunque nadie más que Robin y su hermana lo habían notado, se sentía nervioso todo el tiempo a su alrededor. Aún así, lograron formar una bonita amistad, y a Elizabeth no le costaba para nada admitir que su amigo era muy lindo, quién diría que eso la  confundiría tanto en un futuro.

Elizabeth se dirigió a su puerta luego de que esta sea tocada, con una tostada en la boca y otra en la mano abrió la puerta, abrazó a Robin para dejarlo pasar mientras le entregaba la otra tostada, ya era costumbre de que este venga un poco más temprano para que terminaran de prepararse y desayunar juntos.
Aún así, esta vez, la pelirroja estaba más apurada y ansiosa de lo normal, hoy expondría un proyecto junto con Finney. Reunió todas sus pertenencias en la mesa y cuando terminó de masticar su tostada habló.

— Robin, ayúdame con esto, por favor, todavía debo peinarme y cambiarme. — lo miró suplicante, antes de dejar la mitad de su té en la mesada de la cocina.

— Claro que si, bonita — respondió con su típica sonrisa coqueta en español, juntando sus cosas, logrando que la chica se sonroje. Con el paso de el tiempo este le enseñó un poco de su idioma natal a la chica, haciendo que comprenda poco a poco sus halagos.

La menor subió las escaleras de manera rápida agradeciéndole a su mejor amigo, se dirigió a su habitación y se cambió, hacía bastante calor, así que eligió por ponerse un pantalón suelto, de estilo cargo, color beige y lo combinó con una musculosa blanca la cual se ajustaba levemente a su cuerpo. Luego, se dirijo hasta el baño, nuevamente lavo sus dientes y cepillo su pelo, formando en este un rodete medianamente grande, debido a el largo de su pelo. Arregló su flequillo y una vez quedó perfecto, bajó apresurada. Robin la miró con una sonrisa antes de hablar.

— Vámonos, preciosa, se nos hace tarde. — asintió ante la afirmación de su amigo, aunque estaba acostumbrada a los halagos de este, no podía evitar sentir nervios cada vez que Robin decía lindas cosas de ella. Tomó su brazo y salieron junto a todas sus cosas, las cuales cargaba el mayor.

ੈ✩‧₊˚

— ¡...Y luego, nos revelan que todo esto fue producto de imaginación del personaje principal! ¿No es increíble? — hablaba Elizabeth emocionada contándole a Robin sobre el nuevo libro que estuvo leyendo. Robin sonrió y vio su oportunidad.