ʳᵉᶠˡᵉᶜᵗⁱᵒⁿˢ - ᶠⁱⁿⁿᵉʸ ᵇˡᵃᵏᵉ

08

— Surprise, pretty boy —
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Denver, Colorado.

24 de diciembre, una fecha muy importante ¿No?. La fría y blanca nieve caía a través de cada una de las ventanas de Denver, Colorado. Decorando y adornando la ciudad de un precioso ambiente navideño y familiar. La gente por las calles le daba vida a la pequeña ciudad. En esta se podían ver grandes luces que se encargaban de ambientar el lugar junto con diferentes tipos de altos pinos llenos de distintos decorativos en todas partes.

Elizabeth estaba feliz, las vísperas la hacían sentir de esa manera, la hacían sentir viva, la hacían sentir que era una niña otra vez.

Recordó con una bella sonrisa adornando su rostro los distintos recuerdos de las festividades junto a su familia. Anhelaba volver a esos tiempos en los cuales los problemas no existían. Pero debía ser fuerte y aceptar que eran solo eso, recuerdos. Solo recuerdos que su mente resguardaba bajo llave.

Prosiguió con las preparaciones del día. Aprovecho su levantamiento matutino para distribuir con tiempo y sin presiones todas las necesidades y obligaciones con las que debía de cumplir el día de hoy.

Empezó por decidir qué postre prepararía. No quería que fuera algo tan simple, pero tampoco algo demasiado elaborado. Algo que llevara el tiempo justo y la elegancia y presentación necesaria, no excesiva.

Luego de unos largos minutos en los cuales se dedicó a pensar mientras ordenaba sus diferentes utensilios de cocina, decidió que haría el clásico y famoso "Tiramisú". Debía admitir que estaba nerviosa. Nunca lo había intentado hacer y por lo que decían no era así de fácil. Pero no dudaba de sus dotes culinarios. Después de todo, el cocinarse a si misma constantemente tiene sus frutos ¿No?.

Preparo todos los ingredientes en la mesada y diferentes tipos de bowls los cuales usaría para preparar las mezclas que conllevaba el deseado postre. Con total emoción y nerviosismo se adentró en su mundo mientras escuchaba algo de rock en su radio, el cual la mantenía con una concentración al cien por ciento.

Primero batió las yemas con azúcar y añadió mascarpone. Luego, batió las claras a punto de nieve y las incorporó a la mezcla.

Con su música rock de fondo para concentrarse, preparó café medianamente fuerte, sumergió los bizcochos de soletilla y comenzó a armar capas de bizcochos y crema en una fuente de vidrio. Terminó con una capa de crema y espolvoreó cacao en polvo por encima.

Satisfecha con su trabajo, dejó reposar el tiramisú en el refrigerador. Mientras limpiaba la cocina, se dedicó a pensar en todo lo que aún tenía pendiente.

Dejó que los pensamientos fluyeran, recayendo finalmente en su amigo, Finney. Una sonrisa se formó en su rostro al recordar los momentos que habían compartido. Recordó cómo siempre había estado a su lado, apoyándola y haciéndola reír. Sin darse cuenta, se quedó unos segundos más con la esponja en la mano, perdida en sus pensamientos sobre él.

Mientras fregaba los utensilios, notó que su corazón latía un poco más rápido al pensar en la expresión de Finney cuando recibiera su regalo. Imaginó la sorpresa en sus ojos y cómo su sonrisa iluminaría su rostro. Sin saberlo, había comenzado a prestar más atención a los pequeños detalles que le gustaban de él: su risa, su manera de escucharla, la calidez de su presencia.

Con la cocina finalmente limpia, se dirigió al salón donde ya había envuelto todos los regalos. Se sentó en el sofá y recogió la carta que había escrito para Finney. Sintió una oleada de emoción y un ligero rubor en sus mejillas al pensar en cómo él reaccionaría al leerla. Cada frase que había escrito estaba llena de gratitud y cariño, y no podía evitar sonreír mientras la releía.