ʳᵉᶠˡᵉᶜᵗⁱᵒⁿˢ - ᶠⁱⁿⁿᵉʸ ᵇˡᵃᵏᵉ

23

— Wildflower —
Billie Eilish

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Denver, Colorado.

Finney's pov:

La alarma de mi reloj viejo sonó a las 6:30 a.m., un sonido agudo y monótono que me arrastró desde un sueño inquieto hasta la dura realidad de la mañana. La luz gris de la madrugada se filtraba a través de las cortinas de mi habitación, apenas iluminando el pequeño espacio lleno de cajas de cómics, libros escolares y ropa arrugada. Mi cuerpo se sentía pesado, como si llevara el peso de una semana entera en mis hombros, y a pesar de que solo habían pasado cinco días desde que Robin desapareció, parecía haber pasado hace años, aún así a la vez sentía que era ayer que caminábamos juntos a la escuela.

Me quedé acostado en la cama, mirando el techo, tratando de encontrar la energía para levantarme. La voz de mi hermana, llamándome para desayunar, apenas me sacó de mi ensimismamiento. Todo se sentía tan... diferente, como si el mundo hubiera perdido un poco de su color desde que Robin se fue.

"¿Cómo puede seguir todo igual cuando algo tan importante falta?" — me pregunté, sintiendo un nudo formarse en mi estómago.

Finalmente, me obligué a salir de la cama y a vestirme. Cada movimiento se sentía mecánico, como si estuviera en piloto automático. Me puse unos jeans desgastados y una camiseta que había usado el día anterior. A pesar de las burlas que he recibido ayer, tenían razón, lo que menos me interesaba era mi apariencia.

"No importa" — pensé, sin ganas de buscar algo más limpio. Nada parecía importar realmente en ese momento.

Bajé las escaleras y me dirigí a la cocina, donde Gwen ya estaba sirviendo café y tostadas. Ella me dio una mirada rápida, sus ojos reflejando una preocupación silenciosa. Sabía que ella también estaba afectada por la desaparición de Robin; él había sido como un hermano para mí, y eso significaba que ella lo había considerado parte de la familia.

— Buenos días, Finney. — dijo suavemente, mientras me miraba desde su lugar. — ¿Dormiste bien? — dijo dejando un pequeño suspenso en el aire.

Asentí con la cabeza, aunque ambos sabíamos que no era verdad. El sueño había sido un campo de batalla, lleno de imágenes borrosas de Robin, de gritos y golpes que no podía entender, de sombras que se movían justo fuera de mi alcance. Pero no quería hablar de eso. No quería preocuparla más de lo que ya estaba. Ella tenía demasiado con la escuela para que yo incrementara sus problemas.

— Sí, más o menos. —respondí finalmente, tomando un sorbo de jugo de naranja sin ganas.

Mi hermana me estudió por un momento más, como si estuviera decidiendo si debía presionarme para que hablara. Pero al final, solo suspiró y volvió a comer sus tostadas. Sabía que no había mucho que ella pudiera hacer para aliviar el dolor que sentía, y agradecía que no intentara forzar una conversación que ninguno de los dos estaba listo para tener.

ੈ✩‧₊˚

El trayecto hacia la escuela fue aún más silencioso que de costumbre. Normalmente, habría estado caminando con Robin y Eli a mi lado, bromeando o discutiendo sobre cualquier cosa, desde el último número de nuestro cómic favorito hasta la nueva táctica que quería intentar en una pelea. Pero hoy, el camino parecía más largo y solitario, y cada paso resonaba en mi mente como un eco doloroso.