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— Echos of absence —
recommended song!

Memories - Conan Gray
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Denver, Colorado.

La luna se empezaba a hacer notar en el cielo de un viernes cualquiera. Denver, con su rutina inquebrantable, respiraba un aire de calma, un contraste violento con lo que estaba por venir. Las sombras de los árboles se extendían sobre las calles y el viento suave agitaba las hojas, como si la ciudad misma estuviera susurrando secretos al oído de quienes caminaban por ella. Elizabeth caminaba despacio por la entrada de su casa, con el peso de los pensamientos sobre sus hombros, sin saber que pronto su mundo colapsaría.

Era uno de esos días en los que todo parecía normal. Las clases habían terminado, y la ansiedad que sentía desde la mañana por ver a Finney que la había acompañado como un murmullo en el fondo de su mente se había calmado un poco luego de pasar la mañana y mediodía junto a él en la escuela. Su mano inconscientemente acariciaba el borde de su abrigo, el mismo que llevaba ayer, el día que él la besó. Ese recuerdo, tan cercano, tan cálido, seguía causando un leve hormigueo en su piel, como si la energía del momento aún estuviera impregnada en el aire a su alrededor.

"¿Qué estará haciendo ahora?" — se preguntaba, mientras sus pasos la llevaban hasta su puerta que conocía de memoria y agarraba la llave para abrirla. Hoy lo había visto, hoy la abrazó y mismamente ayer le dijo esas cosas dulces que aún resonaban en su mente. Habían pasado apenas unas horas desde el último encuentro, pero ya sentía la necesidad de verlo otra vez, de escucharlo, de sentir que todo estaba bien entre ellos.

El sonido de él teléfono estático vibrando desde la cocina la sacó de sus pensamientos. Por un momento, su corazón dio un pequeño brinco. Tal vez era él. Tal vez quería decirle algo, quizás hacer algún plan improvisado para el fin de semana, o simplemente escuchar su voz, igual que ella quería escuchar la suya.

Sin pensar demasiado, dejó su mochila tirada en la entrada de su casa y corrió hacia el teléfono. Un leve presentimiento se agitó en su pecho. Era una llamada del padre de Finney, y aunque no tenía un mal presentimiento en ese momento, la inquietud la golpeó con un suave eco en su cabeza.

— ¿Eli querida estás ahí? — la voz del señor Blake era grave, rasposa. La reconoció al instante, pero algo en el tono hizo que una corriente fría le recorriera la espalda. No era la misma voz que solía escuchar cuando él le hablaba de su hijo. Esta vez, había algo roto, algo que no encajaba.

— Sí, soy yo... — respondió Elizabeth, sintiendo cómo sus manos comenzaban a temblar ligeramente mientras sujetaba el teléfono.

El silencio del otro lado de la línea duró demasiado tiempo, lo suficiente para que su respiración se volviera irregular.

Algo estaba mal, podía sentirlo.

— Finney... — empezó el señor Blake, pero su voz se quebró de una manera que hizo que Elizabeth apretara los labios, esperando lo peor. — Finney no ha llegado a casa. —

La frase quedó suspendida en el aire, como una nube pesada que lentamente cubría su mundo. Elizabeth sintió que su corazón dejaba de latir por un segundo, como si el tiempo mismo se hubiera detenido alrededor de ella. Las palabras, tan simples y tan brutales al mismo tiempo, no parecían tener sentido.

ʳᵉᶠˡᵉᶜᵗⁱᵒⁿˢ - ᶠⁱⁿⁿᵉʸ ᵇˡᵃᵏᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora