Capitulo 18 ✞︎Uɴ ᴀɴ̃ᴏ✞︎

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༒︎

𝐄𝐋𝐈𝐀

La verdad es que es cierto que ganaría algo con ese matrimonio por conveniencia. Somos rivales de distinta mafia. A la rusa no le gustará el hecho de que el mafioso ruso se case con una latina media francesa y los miembros de mi organización harán una guerra si les cae para mal... Aunque sé que nadie se atrevería. No, si es que quieren vivir para contar este estúpido cuento.

¿Estúpido cuento? Siquiera lo estoy considerando, estoy loca.

Si sería beneficioso, ¿qué podría salir mal en un año?

Lo peor de todo es que ese animal sexy sabe lo que provoca y lo usa a su favor; de eso no tengo duda. Porque yo también puedo jugar con la misma carta.

Dicen que si juegas con el fuego te puedes quemar. Pero yo ya conviví con sus llamas y no creo quemarme más que eso.

Mi único objetivo en mi cabeza y en mi vida es cumplir con la venganza que me prometí a mí misma y siempre mantener a salvo a mi hermana y a mi familia. Nadie puede cambiar en lo que me convirtieron, ya sea para bien o... para mal, porque no creo que exista esa persona que pueda hacerlo realidad por más que le reze a todos los dioses.

Ha pasado dos días desde que se fue Slavik de mi casa. Desde ese momento todos nos miraron raro; pensaron de más.

Eso puede ser beneficioso para el matrimonio por conveniencia. Eso es conveniencia; no hay que hacerse la cabeza e imaginarme de más. Me odio y me da rabia si quiero tener en cuenta ese trato.

¿Pero porque quiero aceptar? No encuentro lógica a ese presentimiento de aceptarlo.

Cierro la llave de la tina donde estaba metida. Enredé la toalla en mi cuerpo, dejando mi cabello suelto. Las gotas de agua caen sobre mi hombro. Salgo del baño en busca de mi ropa.

Ahora tengo que reunirme con mi abuelo y mi hermana para hablar del tema del matrimonio. Si lo voy a aceptar, tengo que hacerlo para que mi familia esté más que bien. Jamas dudé de mi organización solo... Quiero tener cerca a ese hombre... Ni siquiera sé él ¿por qué?

Pero me genera confianza y me siento protegida; es absurdo sentir eso cuando nos vimos por casualidad.

Me coloco un pantalón short gris y una blusa blanca con cuello. Para mis pies, elegí una bota blanca que me llega hasta arriba de mis rodillas. Me seco el cabello, lo alzó en una coleta con las puntas onduladas. Mi maquillaje es natural. Tomo mi bolso gris para salir de mi habitación.

Abajo están sentados en el sofá del living; la masioneta es bastante grande; aparte tenemos una más pequeña atrás que solía usar mamá, pero desde que ella no está, nadie la usa. Hay solo los empleados que lo mantienen limpio.

—Abuelo —lo llamé; Él se pone de pie; está vestido siempre elegante. —Lexie, nos vamos.

—A dónde iremos, printsessa. — El abuelo se pone a mi costado, con señas llama a Lexie y nos abraza a los costados. — Yo llevaré al mejor restaurante a mis reinas. ¿Me complasen ese deseo, su majestad?

—Eso no se pregunta, señor Maverick —hablé con una sonrisa pintada en mis labios—. Usted puede tener permiso de hacerlo.

—En ese caso no hay tiempo que perder —expresa con apuro y entusiasmo— andando, señoritas.

—¡Allá vamos, abue! — Lexie le sigue la corriente y yo río divertida.

El abuelo nos lleva en su auto lujoso. En cuestión de minutos llegamos a uno de los restaurantes más famosos del país y es nuestro; casi nunca cenamos aquí. El nombre reluce en dorado y blanco con detalles negros: L&E. Eso también pertenece a mi hermana y a mí, por supuesto.

Entramos al lugar con el abuelo en el medio. Cuando entramos, todos nos reconocen y agachan la cabeza. Los tres nos mantenemos firmes sin mostrar ninguna debilidad. Por dentro siento mi corazón temblar y palpitar con fuerza, sintiendo la mentira que me carcome la cabeza.

Tomamos asiento en una mesa aparte y especial nuestra en la que nadie más se sienta o reserva. Es esclusivamente de la familia Dlacroix.

El mesero se acerca cauteloso a nuestra mesa. Amablemente ordenamos lo que preferimos de comer.

Por más que quiera ocultar, también tengo sentimientos y soy una persona normal que tiene derecho a ser amada y poder amar. Pero está vida no me lo permite. Eso está prohibido; no sé cómo se lo tomara el abuelo, lo que estoy apunto de decirlo.

—Tengo que decir algo importante —hable dejando aún lado mi plato; no toque la comida porque no puedo sin antes hablar.

—Dinos, Elia —pide tranquilo él.

— Slavik me propuso un acuerdo - informe sería viendolos - Matrimonio...

—¡¿Qué?! —me mira de inmediato. Su rostro es serio y sorprendido, pero sus ojos buscan una explicación. —¿De qué estupidez estás hablando, Elia?

—No es una estupidez, me lo propuso; No es como lo estás pensando...

¿Y qué se supone que debo pensar? Eh, no te vas a comprometer con ese hombre —sentenció, seguro, tensando su mandíbula, expresando muy bien su descontento.

—Lo tengo que hacer, tenemos que tener conexiones para poder llegar a mi padre —dije lo último con desagrado.

— Elia, el abuelo está en lo correcto; no te puedes casar con Malishev, así sea por conveniencia— Lexie siempre es protectora conmigo, aunque sea la menor. Sabe cuando tiene que sacar sus palabras que tienen poder porque, aunque ella sea dulce y amable, también está la mujer fuerte y poderosa. Eso nos puede caer muy mal con los demás miembros— Se nos vendría enzima, sobre todo cuando no quieren que estés al mando.

—Ellos van a tener que aceptar lo que ordenó y si no lo hacen se mueren todos, eso es lo que nos enseñaron,2 ¿verdad abuelo?

—Elia...

—Piénsalo, abuelo —tomé la copa de vino y lo bebí para volver a hablar—. Puede que tengamos todo el poder del mundo y seguro me entiendes cuando digo que los quiero proteger así como tú lo hiciste en el pasado... Y nadie va a impedir que no mate al bastado que lastima a mi mamá —hable con rabia, conteniendo mis lágrimas, exhalo el aire contenido para que no me vean llorar—. Nadie.

—Siempre daré mi vida por ustedes, son mi vida, mi pilar —sus ojos avellanas brillan, su voz es ronca y apenas es audible—. No es necesario que te sacrifiques de ese modo, mi princesa.

—Elia, no lo hagas —mi hermana acaricia mi mano sobre la mesa, dedicándome una mirada de súplica—, por favor, no quiero que te lastimes. Podemos las dos juntas; siempre salimos de las peores. Una más no será nada.

—No me quiero arriesgar, Lexie —tomó su mano apretándolo sin ejercer fuerza—. No quiero perderlos también, no sé qué haría sin ti y el abuelo.

—¿Sabes que ese hombre no es un hombre común? Es cruel, un asesino que no le tiembla la mano a la hora de matar.

—Se quién es exactamente, no soy una niña abuelo. Por algo estoy por manejar todo Latam y Europa —hable con autosuficiencia.

¿Estúpido cuento? Siquiera lo estoy considerando, estoy loca.

Si sería beneficioso, ¿qué podría salir mal en un año?

Lo peor de todo es que ese animal sexy sabe lo que provoca y lo usa a su favor; de eso no tengo duda. Porque yo también puedo jugar con la misma carta.

Dicen que si juegas con el fuego te puedes quemar. Pero yo ya conviví con sus llamas y no creo quemarme más que eso.

Mi único objetivo en mi cabeza y en mi vida es cumplir con la venganza que me prometí a mí misma y siempre mantener a salvo a mi hermana y a mi familia. Nadie puede cambiar en lo que me convirtieron, ya sea para bien o... para mal, porque no creo que exista esa persona que pueda hacerlo realidad por más que le reze a todos los dioses.

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Este es un pequeño aviso para lo que están empezando a leer que algunos comentarios no están disponibles porque la historia está en corrección por lo que queda grabado pero no en las oraciones. Sin embargo si lees está nota quiere decir que estoy editando lo capítulos.

𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 𝐁𝐞𝐧𝐝𝐢𝐭𝐚 © ✔︎ [en CORRECCIONES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora