Capitulo 55 ✞︎Bᴇsᴏs ᴇɴ Gᴜᴇʀʀᴀ✞︎

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༒︎

𝐒𝐋𝐀𝐕𝐈𝐊

Enseño a Elia los alrededores de la mansión, de doscientos metros cuadrados incluyendo piscina olímpica, campo de golf, pista de bolos, jardines extensos y ni hablar de las habitaciones.

Búnkeres subterráneos y puertas blindadas. Con extrema seguridad.
Llegamos hasta la entrada principal, ayudó a Elia a bajar del auto.

— Aquí pueden caber todos los habitantes de Rusia — dice Elia riendo y abraza mi brazo derecho caminando a mi costado viendo a los guardias alrededor de la mansión.

— Aparte de esto también ayudó a los necesitados, persik.

— ¿En serio? — sonríe a medias — Tengo empresas que se encarga de las necesidades de las personas en Francia y otras franquicias en cinco países, ropa, comidas y residencia.

— Siempre protagonista.

— Me gusta el título de la protagonista malvada — admitió ella con una sonrisa ladeada — Pero como todo me queda bien, hay otras palabras para describirme.

— La señora de Malishev, te queda perfecto.

— Amo mi apellido, lo dejaré pasar por esta vez — me mira sonriente y deja un beso en mi mejilla.

— Slavik — la voz de mi tía me hace dejar de ver a mi sol — Oh, cielo estás aquí.

— Tía — la saludó con un beso en la mejilla, su atención va hacia la mujer que está a mi lado — Te presento a mi prometida Elia Dlacroix, persik te presento a mi Tía Zenya Malishev.

— Es muy bonita — confiesa viéndola con cariño — mucho gusto princesa, bienvenida a la familia.

— Mucho gusto señora Zenya — me suelta para tenderle la mano a mi madre, cosa que no se logra porque ella la abraza sorprendiendola — lo siento no suelo abrazar a las personas.

Le susurra en el abrazo, mi madre la suelta sobándole la espalda y sonriéndole amorosamente. A mí no me sorprende, siempre fue así.

— ¿Slavik cómo se te ocurre dejarla estar de pie por mucho tiempo? — me regaña como si fuera un niño — Ten más cuidado — me señala viéndome con desaprobación — Ven cielo te daré un té que te hará sentir mejor, Seguro te duelen los pies ¿No es así?

— La verdad es que si — me mira con un puchero, tomé aire profundo metiendo mis manos en los bolsillos de mi pantalón — El embarazo me tiene un poco sensible.

— Si lo he notado en tus bellos ojos — dice eso y miró de inmediato a mi sol, sus ojos están cristalizados — Ven mi niña.

¿Niña? Pero si es tremenda…Pero es mi niña hermosa. Acerté con esta situación, ahora mi madre la quiere más a ella que a mi.

La entiendo, porque la belleza de mi sol atrapa a cualquier persona. Lo peor es que ella sabe lo que su belleza provoca.

La sienta en el sillón del living dejándola sola conmigo. Se va directo a la cocina dejándonos solos.

Me inclinó de rodillas frente a ella tomando su pierna y sacándole el tacón que llevaba puesto.

— ¿Qué haces? — murmura echando su cabello hacia atrás — ¿Acaso me quieres hacer quedar mal con tu Tía? Además ¿Antes no estábamos hablando de tu madre? ¿Dónde está?

— Estoy por hacerte masaje en los pies lyubov’.

— Levántate ¿Que pensara tu madre de mi? — insinúa asustada — ponte de pie, rápido.

𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 𝐁𝐞𝐧𝐝𝐢𝐭𝐚 © ✔︎ [en CORRECCIONES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora