EPILOGO

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SLAVIK

Terminó la reunión de las siguientes paradas de las mercancías asegurándome que, las rutas estén seguras y que no haya ni una sorpresa.

— Las mil cajas tienen que llegar de forma segura, no quiero que haya errores porque no perdonaré ni una sola pérdida.

— Sí señor.

He prometido liberarme de todos los pendientes que tengo en la oficina a mi esposa porque me pidieron…en realidad me ordenaron que cenaremos juntos en un restaurante. Todavía faltan cinco horas, no quiero perder tanto tiempo en estos papeles que necesitan mi firma para miles de empresas en diferente parte del mundo.

En un mes es el aniversario de la muerte del abuelo de Elia. Por lo que he decido ir con ella y con mis hijos a Francia por unos días porque los trillizos van al colegio aquí en Rusia.

— Señor tiene una llamada — mi secretaria avisa por el teléfono del escritorio — se lo paso por el número dos.

No respondí y espero que me conecte con la llamada.

Miro lo que hace mi pequeña princesa que está sentada sobre el sofá con una revista de dibujos de diseños no esos que a los niños normales les gusta colorear. Sin embargo su vestimenta es de todo tipo como la que lleva puesto ahora. Un top de remera de color gris con una chaqueta del mismo color y un pantalón ancho gris.

El mejor de los trillizos que siempre va vestido como todo un poderoso mostrando que cualquiera no tendría la marca de su ropa y es mi hijo Nikolai. Andrei es la mitad pero siempre va vestido elegantemente en conjunto.

— Señor Malishev, tenemos todos los papeles listos para usted cómo me lo ordeno.

— Perfecto, ¿Necesito ordenar que lo traiga en persona?

— No por supuesto que no señor, iré de inmediato.

Corte la llamada y continúe con lo mío.

Pasan los minutos, luego de media hora el idiota se aparece frente a mi.

— Sabes cuánto me has hecho esperar — espetó con desdén — Esos maldit…papeles son importantes y te lo he ordenado que me lo traigas de inmediato.

Trate de medir mis palabras y que mi hija no escuche alguna maldición salida de mi boca o Elia me matara.

— Lo siento señor, es que tuve un motivo.

— No me importan tus motivos, me importan esos papeles, damelos — con la manos temblorosas me entrega el sobre negro.

Abro el sobre, leyendo cada página con cuidado de que estén en cada una de ellas los nombres de mis hijos.

Primero leo la de mi pequeña princesa Darya, que tiene el ochenta y cinco por ciento de las acciones de la empresa de ropa de moda en quince empresas multinacionales de todo el mundo. ¿Por qué? Porque es mi hija y a ella le encanta al igual que a su madre, porque yo estoy para servirle lo que ella desee.

Para Andrei el cien por ciento de las acciones de una empresa que tiene ramas en todo el mundo está totalmente limpio fuera de mis negocios, en caso de que él quiera hacerlo también se lo daré. En todo caso todo queda en sus manos.

Elia decidió darle todo lo que tiene y dejarlo al mando de los negocios que ella tiene en su poder cuando el cumpla la edad suficiente o cuando él esté listo para  manejarlo, por supuesto las empresas que están fuera de este mundo y le daba el dinero limpio. La mitad de Latam y Francia es de mi hijo Nikolai.

Es el regalo de ambos para nuestros trillizos.

Sin haberme dado cuenta el hombre de hace unos segundos desapareció de mi vista. Por su vida aprovechó el momento de escapar antes que lo atrapé.

𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 𝐁𝐞𝐧𝐝𝐢𝐭𝐚 © ✔︎ [en CORRECCIONES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora