༒︎
𝐄𝐋𝐈𝐀
Ha pasado una semana desde que llegamos al Caribe. Ahora es medio día e iremos a la playa a nadar. Aunque no sé nadar, iré a acompañar a Lexie.
— En la noche iremos a un bar a mover el cuerpo — exclama Lexie con entusiasmo— pero primero iremos a la playa porque el agua está riquísima.
Me río a carcajadas viendo lo contenta que está, y todos los planes que está haciendo. Ya pasamos por el spa, nos hicimos las uñas y nos hicimos masajes. Ahora quiere broncearse.
— Pero yo las voy a acompañar y que nadie se sobrepase con ustedes — Atlas dice en español. Su tono es exagerado, pero se supone que está "cuidando" cuando claramente se ve que no es así y sus ojos están puestos en las mujeres con bikinis. No van a faltar capullos atrevidos en la calle.
— No jodas, Atlas, que mi madre ya murió.
Lexie choca la copa de vino tinto conmigo, estoy por tomar y Atlas me arrebata la copa tomando todo el vino.
— ¿Por qué no desapareces con unas cuantas horas y nos dejas en paz? Mira que la polla se te va a fundir si no la empiezas a utilizar; no creo que quiera estar de adorno.
Estalll de risas, y Atlas la mira con odio y ofendido; su rostro es todo un poema.
— Creo que alguien quiere que se lo llene con mi polla ¿No? — se inclina a mi hermana con una sonrisa de lado y sus ojos azules viéndola fijo. Creo que soy un mal tercio por aquí— ¿Quién crees que es esa afortunada, querida Lexie?
—¡Cállate! —grita con la cara roja mi hermana— ¡Lárgate! Te odio maldito.
—¿Qué? —me corro a la otra esquina de la mesa, viendo todo en silencio, chusmeando que va a pasar con estos dos— ¿Crees que esa mujer de allá, la rubia, quiere tener una plática rápida conmigo? Xie.
Mi hermana gruñe con sus mejillas totalmente rojas. Su rostro es serio y enojado; le sonríe burlona, pero en sus ojos puedo ver la furia que destella en ellos sobre la rubia que Atlas nombró. Me cruzó las piernas una encima de la otra, apoyándome con mi brazo y mi mano en mi rostro, viéndolos atento; de paso meto una frutilla a la boca comiéndolo.
— ¿Qué estás esperando? ¿Tarjeta de invitación para que te vayas y me dejes de molestar? — Lexie termina el vino de su copa sin dejar de ver a esa mujer. Se volteó a ver a Atlas — Nadie te lo está pidiendo.
—¿Segura? —Atlas le dice con la voz tentandola — Lastima, pero tengo interés en una chica castaña.
Me atoro con la frutilla, llamando su atención y mi disfrute del show que se armaron entre ellos, rompiendo mi entretenimiento.
— Atlas deja de coquetear a lexie y vamos a buscar unos bikinis para la playa — me puse de pie, tomando el brazo de mi hermana— No me sigas, mejor ve al condominio y esperamos ahí.
Atlas levanta ambas manos en forma de rendición; Lexie antes mira de forma amenazante a mi amigo que le sonríe. Salimos del restaurante. Subimos al Jeep que manejo hasta llegar a una tienda de bikinis.
Pasamos viendo desde el Jeep las tiendas y encontramos una; estacionó el Jeep frente a la pequeña tienda. Nos adentramos viendo alrededor y sin ninguna presencia de la dueña del local.
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𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 𝐁𝐞𝐧𝐝𝐢𝐭𝐚 © ✔︎ [en CORRECCIONES]
Romance✞︎ 𝐄𝐥𝐥𝐚, 𝐞𝐬 𝐞𝐥 𝐀́𝐧𝐠𝐞𝐥 𝐦𝐚𝐬 𝐚𝐫𝐝𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐥 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐨 𝐈𝐧𝐟𝐢𝐞𝐫𝐧𝐨 ✞︎ ✞︎ 𝐄𝐥, 𝐞𝐬 𝐞𝐥 𝐃𝐢𝐚𝐛𝐥𝐨 𝐝𝐢𝐬𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐨 𝐚 𝐪𝐮𝐞𝐦𝐚𝐫𝐬𝐞 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐚𝐬 𝐥𝐥𝐚𝐦𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐬𝐮 𝐬𝐨𝐥 ✞︎ Eʟɪᴀ Dʟᴀᴄʀᴏɪx 𖤍 Una mujer se...