Capítulo Tres: Princesa

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Estaba acostado en mi cama, perdido en mis pensamientos. El suave humo del cigarrillo llenaba el aire a mi alrededor y me encontraba en ese estado relajante en el que mis problemas se desvanecen por un momento.

Cada día que pasaba, mi frustración por sus constantes rechazos iba en aumento. Me resistía a mostrarlo, pero en el fondo, deseaba poder acercarme a ella... sentirla cerca de mí, pero Blair no me lo permitía.

Intentaba acercarme, hacer avances, pero ella siempre se resistía y se alejaba de mí como si fuera una maldita leona protegiendo su territorio. Es tan malditamente frustrante. El cigarro, que normalmente me relaja, no estaba logrando aliviar mis nervios cuando se trata de ella. Me senté en la cama, dejando el cigarro apagado sobre el cenicero y metiendo las manos en mi cabello, tirando ligeramente de los mechones.

— Oye, Theo, ¿Te encuentras bien? —Levanté la mirada y vi a Mattheo parado en la puerta, observándome con curiosidad. Suspiré con frustración y me recosté de nuevo en la cama.

— Estoy bien. Sólo...frustrado, eso es todo.

— ¿Y cuál es la causa de esa frustración? —Preguntó, queriendo indagar un poco más acerca de mis emociones. Me reí ligeramente y sacudí la cabeza, aun mirando al techo.

— Es un dolor de cabeza... esa maldita serpiente con ojos penetrantes, sonrisa fastidiosa y... por las barbas de Merlín, me está volviendo loco, Mattheo. Me hace desear cosas que no debería desear... —Mattheo se sentó en la cama a mi lado, con una sonrisa traviesa en el rostro y los ojos muy abiertos.

— Oh, esto es oro puro... el gran Theo Nott, caído por una chica, no lo hubiera imaginado. —Se burló. Resoplé y le di un suave empujón con el hombro.

— Cierra la boca, Mattheo. No digas tonterías. —Mattheo se rió y sacudió la cabeza, todavía con una sonrisa burlona en su rostro.

— Nada de tonterías, Theo. Es obvio que estás completamente obsesionado con esta chica. ¿Desde cuándo te gustan las damas desafiantes?

— No pensé que ella era tan así, sólo sabía que era un poco molesta, pero...

— Dale hermano, dime, ¿Qué más piensas de esa chica? ¿Quién es? —Suspiré nuevamente, frustrado pero sin saber cómo evitar responderle.

— Es... no sé cómo describirla. Es inteligente... astuta... tiene una sonrisa irritantemente complaciente que me pone nervioso, pero de alguna manera también me gustaría... —dije frustrado, pasando una mano por mi rostro—. ¡Maldita sea, Mattheo! ¿Por qué me haces responder estas preguntas?

Mattheo soltó una carcajada, claramente disfrutando mi sufrimiento—. Porque quiero ver a mi mejor amigo completamente obsesionado con alguien, es un deleite para mis ojos.

Maldita Seas, Blair Scammander [x Theodore Nott]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora