-¿Estabas esperando a alguien más, Jack? - preguntó aquel hombre con confianza acercándose entre las sombras de aquel lugar abandonado.
Precisamente ahora
-Lo mismo podría decirle a usted, Sir - agregó la futura Einherjar tratando de disimular su molestia.
De todas las personas, debía encontrarse con el líder de esa banda criminal.
Hace mucho tiempo había participado en ella. Al punto de ser la mano derecha del líder: todos lo llamaban Sir Noah.
El recién llegado recorrió con la mirada el lugar.
-Tiene tu estilo, Jack. Al parecer Withchapel no pudo cambiarte. Supongo que vas permitir que me lo quede - dijo con una sonrisa ladina.
Jack levantó sus hombros tratando. No tenía el menor interés en lo que pudiera decirle.
-Usted conoce muy bien la respuesta, Sir Noah- dijo sin rodeos y caminando hacia la salida.
Unos paso más adelante, la navaja se acercó a su rostro. La asesina no se inmutó. Conocía demasiado bien las intenciones de aquel hombre. Rápidamente se giró para verlo directamente a través de su monóculo.
Noah ya se encontraba a centímetros de ella.
-Deberías ser más respetuoso. Aún me debes mucho. No olvides todos esos favores... - susurró cerca de su oído.
-Y como sabe, se lo pagaré a mí manera. No a la suya - agregó tocando aquella arma con su dedo índice la huaman.
-Esta bien.... es difícil que escapes. Supongo que quieres un visita nocturna. Escuché que aquella niña trabaja de mesera, seguramente podrá servirme muy bien - dijo el inglés con una sonrisa.
Jack apretó su puñó con fuerza.
Hacía bastante tiempo que había pagado su deuda. Sus crímenes habían sido suficientes y aún así, Noah seguía detrás de ella y las personas que estimaba.
¿Qué sigas buscando de mí?
Era peligroso para Alice y el pequeño Edward.
La dicotomía ante ella era insoportable.
Sir Noah o Alcides Kleós.
-Decide, Jack. Me entregas el dinero como habíamos acordado o la niña pagará por tu obstinación - repetió deslizando otro cuchillo sobre el semblante ajeno.
Jack lo empujó con fuerza. En su mano, uno de sus cuchillos derramaba pequeñas gotas de sangre. La mujer había logrado cortar parte de la mejilla de su rival en un movimiento rápido.
-¡Usted es el obstinado. No le daré nada más! - Exclamó impaciente.
La asesina vió al enemigo rozar con la yema de sus dedos aquella herida, dejando un surco de sangre a su paso.
-No me dejas opción, dear Jack - dijo para abalanzarse sobre la mujer.
Ella estaba lista. El combate era inevitable. Pero por un segundo, una silueta.... más bien un color familiar apareció frente a ella.
Lentamente la luz del sol detrás de los vidrios rotos del edificio iluminaba a las tres figuras ahí.
-Sir... - logró decir al ver cómo su primer perseguidor golpeó con fuerza al contrario.
El recién llegado permaneció frente a ella en silencio. La mirada heterocromática veía con asombro los colores que empezaban a mezclarse con descontrol en el hombre.
Ira
Enojo
Preocupación
Incluso Temor
Eso era totalmente inesperado.
Sin poder evitarlo. Alcides tomó su mano y la sacó del lugar. Con todas sus fuerzas corrieron sin descanso por la tumultuosa ciudad.
Calles...
Innumerables callejones...
El tiempo avanzaba y la luz del sol empezaba a desvanecerse. Alcides seguía corriendo, apenas podía seguirle el paso.
-¡Sir! - gritó la mujer haciendo que el profundo trance del contrario desapareciera - ¡Debe soltarme! - exclamó moviendo su mano.
Finalmente, Alcides la soltó. Él dió la vuelta y ambas miradas chocaron otra vez.
¿Cómo es posible que siempre estés en peligro?
Eso era lo único en su mente. La había perseguido por todo el camino. Había llegado hasta aquel lugar sin esperanza de encontrarla adentro.
No obstante, antes de marcharse, escuchó su voz.Era casi un grito. Ella estaba en riesgo. Su propio cuerpo reaccionó. Sin darse cuenta ya estaba huyendo con la humana otra vez.
-Jack.... Yo...- trató de hablar.
-Debe alejarse de mí, Sir. No quiero volver a verlo. Ya sabe que no soy alguien .... Común.... Así que no siga. O me veré en la obligación de matarlo - amenazó la mortal mirando fijamente aquellos ojos azules.
-No.... No puedo hacerlo - él sabía que no mentía. Su amenaza era algo que esperaba en algún momento.
Su décimo tercer trabajo, debía ser la prioridad. Era lo único que debía hacer.
Ella avanzó rápidamente. Golpeó el franco derecho de Alcides, lo suficientemente veloz para que no pudiera verla y detenerla.
Finalmente, ante la mirada del semidios, Jack el destripador huyó.
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Aquel rastro de luz ☄️
FanficAlgo diferente a lo esperado, los superó.Otra prueba, otro enemigo. "¿Quién es un monstruo?" Semidios y humana. Algunos cambios en la historia y los personajes de Shumastsu no Valkyrie. Hércules x Fem Jack