Luz Sombría

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¿Qué había sucedido?

Abrió sus ojos con pesadez.

Poco a poco, la habitación donde se encontraba empezó a reconocer. La oscuridad de la noche había dado paso a la luz sombría del día.

Le recordó mucho a la época mientras vivía en Londres. Siempre salía de aquel edificio sintiendo aquella luz sobre su semblante. Le molestaba. Aquella luz no era suficiente para calmar sus pensamientos. Lo único que le otorgaba cierta paz eran aquellos niños de Anne.

Los extrañaba. Sabía que su destino había sido mejor. La humanidad estaba a salvo gracias al sacrificio de los 13 Einherjars.

¿Por qué estoy aquí?

Aquellos muros, aquel silencio, aquel lugar era el último al que querría ir.
Sintió un malestar recorrer su cuerpo. Una serie de punzadas que atravesaban piernas, brazos y pecho sin control. Miles de cuchillos que se clavaban despacio sobre su piel. Todo se sentía tan pesado, incluyendo sus manos.

Trató de moverse, incorporarse de aquel lugar donde permanecía en reposo pero algo la detuvo. Algo estaba sobre sus manos. No se había percatado de eso y decidió mirarlas. Para su mala suerte, estaba cubiertas por aquellas esclavas divinas. Una marca inolvidable y dolorosa de Zeus.

-Al fin has despertado - expresó la voz de ese dios - los humanos se están volviendo demasiados problemáticos - continuó mientras se acercaba revelando su figuran entre las sombras que aún no destruía el sol.

-No debería seguir con esto, su eminencia - expresó un poco más consciente - está perdiendo el tiempo conmigo.

-Ohh.... Estás preocupado por eso. No sería mejor que pensarás en tu situación? - sugirió acercándose a su rostro.

Otra vez estaba en la manos del padre de los dioses.  Ahí estaban ellos dos apartados de los demás. Cerró sus ojos con cierta molestia.

-Jack The Ripper, es un nombre bastante peculiar para un mujer - comentó con burla el inmortal -
el día ha llegado y has pasado otra noche en vela, al parecer - señaló mientras deslizaba sus dedos sobre los ojos heterocromáticos.

Jack trataba de disimular la repugnancia que le causaba los colores en Zeus y que intentaba saciar cada vez que se acercaba.

- ¿No vas a responder? Quizás debería seguir con este juego. Las valkirias ya no podrán protegerte. Tu amiga es bastante molesta pero está será la única vez que no nos interrumpirá.

¿My fair lady ?

-Es curioso cuánto puedes soportar - dijo relamiendo su labio inferior el dios griego con mirada molesta - La gran Arena del Ragnarok será tu hogar de ahora en adelante.

-Su eminencia piensa demasiado bien de mí. Solo soy una simple asesina, usted no se rebajará a algo como yo - expresó tratando de menguar las intenciones del inmortal.

Zeus se alejó de ella.

-Asi que eso es lo que piensas, humana. Quizás deberías pensar de manera diferente - tomó con fuerza el rostro, obligando que lo observara- deberías sentirte orgullosa de que un dios como yo esté interesado en tí.

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Mientras en el pasillo de aquella Arena.

Hölk luchaba por entrar al recinto. Golpe tras golpe, sus manos empezaban a lastimarse.

-¡¡¡Dejenme entrar!!! - gritaba con todas sus fuerzas

Los sirvientes que pasaban alrededor ignoraban su desesperación.
La orden había sido enviada, todos obedecerian.
Nadie iría en contra del padre de los dioses. No ahora que contaba con el poder de todo el Valahalla a su favor.

-¡Maldito!, ¡Jack!, !No pueden hacer esto! - repetía.

Estaba furiosa. No había podido evitar que aquellos sirvientes se llevarán a Jack.

Golpeó otra vez con fuerza y un leve mareo le hizo apoyar su cabeza sobre aquellas puertas.

-Jack... Yo te ayudaré.... Yo... - empezó a decir mientras sentía como sus mejillas se cubrían de lágrimas - ¿Qué.. qué es esto? ¿Estoy llorando? - no podía creerlo.

Se dejó caer de rodillas. Poco a poco aumentaban sus sollozos.

-Los humanos debían ganar está batalla. Si no hubieran perdido, esto no estaría pasando

-Tienes poca fé en los humanos para ser una valkiria - dijo la voz a sus espaldas.

-¡Brunildha! ¡Por qué no viniste antes! ¡Están lastimando a Jack! - gritó aún llorando

La líder de las valkirias miró con frialdad a su hermana.

-Holk, debes respetarme ante todo. Yo también estoy luchando por los humanos - respondió

-Si, claro. Esta es tu manera de luchar - señaló hacia las puertas - este sacrificio nunca debió suceder. Hubiéramos ganado de no ser por ese desgraciado de Zeus.

-Por eso debes confiar en mí. Yo me encargaré de traer justicia a la humanidad - respondió con firmeza llamando la atención de su hermana menor.

-¿Cuándo, Brunildha? ¿Cuándo?, Jack esta en peligro ahora. Si ese Tontoles no hubiera desaparecido, quizás todo hubiera sido diferente - gritó.

La líder de las valkirias sabía la verdad de aquel reclamo. Desde que todo había acabado, había tomado la iniciativa de buscar el apoyo de los dioses. Contaba con el Apoyo de gran parte de ellos: Hades, Palas Atenea, Hefesto, Artemisa, Thor, Baldr, entre otros. Sin embargo, cuando quiso contactar a Hércules, no lo encontró.

Seguramente, Zeus estaba detrás de todo.

-Holk, no puedo detener esto. Jack... Ojalá pudiera hacer algo ahora pero aún no es suficiente. Necesito más tiempo.

-Jack es tu chivo expiatorio después de todo. Ya lo entiendo, hermana. Siempre debiste sacrificar a alguien para lograr tus objetivos ,- expresó la menor para después levantarse y comenzar a marcharse hacia una de las bancas cerca de las puertas - me quedaré aquí. A diferencia de ti, no abandonaré a nadie.

Brunildha no podía responder. Debía lidiar con esto. Debía.... Ser fuerte por ahora.

Aquel rastro de luz ☄️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora