Aquel rastro de luz ☄️

A Salvo

Por un momento, el peso de todo lo sucedido lo detuvo frente aquella pequeña casa en la afueras.

¿Estaba bien seguir de esta manera y afrontar a la humana?

Al final, había dejado que muriera, Zeus la había torturado en su ausencia, en definitiva, nunca hizo algo bueno por ella.

-¿Vas a detenerte ahora, Tóntoles? - le gritó con euforia y molestia la Valkiria Hölk mientras lo empujaba con sus fuerzas hacia el interior de la habitación.

El semidiós pensó que no lo permitiría pero al llegar, la Valkiria entre lágrimas lo golpeó sin causarle daño. Reclamaba mi ausencia, reclamaba mi despreocupación por Jack.

-Siempre he estado preocupado por ella - le respondí entre golpes - déjame verla.

Rápidamente se apartó con la cabeza gacha y me guió hasta donde se encontraba la humana.

-Ella... Aún no despierta. Deja que duerma por un rato. Estoy segura que lo necesita - expresó entre lágrimas secas y con paciencia.

Después de entrar, ella cerró la puerta y regresó junto a Atenea.

En cuanto la ví, comprendí todo el daño que había pasado. Zeus no merecía mí obediencia ni respeto.

Las heridas en su cuerpo no era demasiadas pero era lo suficientemente dolorosas y profundas que las marcas eran visibles en su tersa piel.
Me acerqué apretando mí mandíbula y mis puños con enojo. Antes había caído por la ira, debía controlarme pese a ver a la humana que me había cautivada en esa condición.

Pude escuchar su respiración mientras dormía. Definitivamente, era tan hermosa. Tan magnífica.

Quise acariciarla con suavidad pero al estar a poca distancia pude ver con más detalle sus heridas. La mayoría de los hematomas estaban en sus brazos, en sus mejillas y sobre su pecho.

¡Maldición, maldito!

Zeus la había forzado. A pesar de asumir los crimenes de las personas que negociaron con ella, ahora era abusada por un dios.

No me detuve y tome sus rostro. Ella se contrajo ante el tacto. Empecé a arrepentirme de haberlo hecho así que retiré mi mano al mismo tiempo que ella se quejaba.

-Jack, estoy aquí. Ahora podré protegerte y no podrán lastimarte de nuevo. Ya no tendrás que cargar con el peso de nada. No dejaré que sigas ese camino -  le dije mirando sus ojos.

Me alejé sin esperar respuesta. Me bastaba con ver qué se encontraba a salvo y escondida de los dioses.

La verdadera pelea estaba afuera, contra los demás dioses aliados de Zeus.

Camine había donde estaban las demás. Me vieron como si hubiera cometido el peor crimen de todos.

-¿Qué haces aquí? - preguntó la valkiria

-¿Ha sucedido algo? - preguntó al mismo tiempo la diosa Atenea mirándome.

-No, todo está bien. No quise quedarme. Hay algo más que debemos hacer ahora y es peligroso seguir aquí - respondí.

-Es extraño que digas algo como eso. Por lo general, no eres tan serio - dijo Hölk mientras bebía una taza de té.

Esa imagen le recordó la última vez que había visto a Jack antes de regresar al mundo humano.

- Quiero ejercer justicia antes que ella corra riesgo de nuevo - volví a responder ante sus palabras.

-Lo entiendo - expresó la inmortal- supongo que quieres ver a nuestros aliados.

Ella se levantó con rumbo a la salida.

-Tengo que advertirte que no podrás regresar aquí por un tiempo. ¿No quieres hacer algo más por la humana?

Esas palabras me impactaron, sin darme cuenta ya había regresado a la habitación de Jack y me había acercado a ella.

Otra vez tomé su rostro, tratando de no despertarla.

-Te amo, Jack. Cumpliré con mí palabra y haré que este mundo sea justo contigo. Podrás salir libremente sin ser juzgada - acaricié su cabello plateado que había crecido un poco más de lo que recordaba - tendrá una vida mejor de la que te quitaron.

Después de eso, salí de la habitación.
Atenea ya me esperaba en la salida.

-Te cuidado, TÓNTOLES - dijo Hölk mientras me marchaba - no te preocupes, le diré que viniste a verla.

¿Eso era lo correcto? ¿Así estaría a salvo?

-No se lo digas, Hölk. Espera que todo haya terminado - dije sin esperar otra respuesta.