Ese era el nombre la última víctima registrada por la policía local.
Según Atenea, esta noche sería la última de su vida. Había sido de utilidad buscar información sobre los diferentes prostíbulos de Londres.
En muy pocos, había habitaciones que podían alquilarse a prostitutas.Ya había frecuentado unos cuatro antes de llegar a Miller's Court. Levantó la vista inspeccionado todo.
Si Jack estaba ahí, no tendría otra oportunidad. Cuando estaba a punto de cruzar por la calle Dorset, reconoció la figura de la humana salir del lugar.Alcides apretó sus puños con molestia. No había llegado a tiempo. Aunque hubiera querido detenerla, modificar el pasado era impensable.
Atenea se lo había advertido.
-"Te conozco demasiado. Eres muy terco y si tienes la oportunidad saldrás a salvar a alguien. Aunque sea injusto no debes intervenir. Cualquier mínimo cambio podrían impedir que ese humano se convierta en quien debe ser- elevó la vista y vió como Hércules aún miraba hacia los callejones de la ciudad - no es una broma, hermano. No debes salvar a nadie. Incluso sería mejor que jamás interactuaras con él más de lo necesario."
Una mujer acaba de ser asesinada. Y la humana no mostraba signos de arrepentimiento. Caminaba por las calles con total impunidad.
¿Era la misma persona que había conocido antes?
¿O era el monstruo que todos conocían?
Caminó a cierta distancia, tratando de ser cauteloso. La mejor oportunidad de enfrentarla era en los límites de la ciudad. Lejos de la custodia policial.
Muy pronto descubrirían el cadáver y ella debería estar lejos para ese momento.Solos, una vez allí, la mataría.
De pronto, en un movimiento brusco la humana desapareció de su vista. Seguramente había notado su presencia. Avanzó con mayor velocidad entre aquel laberinto nocturno de calles iluminadas por aquel rayo de luz lunar.
¡Maldita sea!
Maldecía mientras buscaba en cada callejón alguna pista de la asesina.
Realmente, era toda una odisea enfrentarla en su propia época.¿Dónde estás ?
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Minutos antes
Estaba cerca.
Tan cerca que podía tocarla con sus propias manos y llevarla al interior de la habitación. No contaba con que ella ingresará por su propia voluntad.
-Ya es hora - dijo la mujer sin titubeos permitiendo la entrada a la recién llegada.
Una vez en el interior, una sensación familiar la abordó. Aquellas cuatro paredes eran la marca personal de su pasado y aún estaba acostumbrándose a dejarlo atrás.
-My lady, ¿estás segura de seguir con nuestro trato? - preguntó cómo lo hacía con cada una de sus víctimas.
Solo su respuesta marcaba sus destinos.
-Es la única manera de escapar, Sir - expresó la mujer recostándose en la cama levemente desarreglada - ambas sabemos que nos depara en esta vida y me temo que esto es lo mejor que puedo esperar para mí - dijo con nostalgia.
Jack se acercó hacia ella para Co templar mejor aquellos colores que había visto en cada una de las mujeres que habían ordenado sus servicios.
El mismo color del miedo.
De la muerte.
Y también, de tranquilidad.
-Perdone mí atrevimiento, no tengo intenciones de juzgar sus decisiones pero no puedo evitar dudar sobre algo... - expresó mientras abría su maletín.
La mujer vió cada uno de los instrumentos que resguardaba.
-¿Por qué desean esta forma de morir? - preguntó con cierta inocencia que causó gracia a la mujer a su lado.-Supongo que... la respuesta es obvia. En este mundo rodeados de maldad queremos que respeten nuestros cuerpos. Si nuestras almas fueron torturadas, al menos, nuestros cuerpos no.
-Lo entiendo, my lady. Espero que su próxima vida todo sea mejor - dijo automáticamente. Aquella respuesta le había parecido tan familiar...
Alguna vez esperaba tener un final así.
La mujer miraba sin mostrar ningún rastro de emoción el resultado de su obra.
Otra pintura estaba completa, otra alma había sido liberada.
-Esta es la última vez - susurró - es hora de marcharme de aquí y completar mi papel - agregó mientras limpiaba sus manos después de higienizar y ordenar sus armas.
Con extremo cuidado, cada rastro de evidencia había sido borrado. Solo quedaba el cuerpo durmiente en aquella cama.
-Good Night, my fair lady - comentó antes de salir hacia el exterior.
No había personas en el callejón. Apenas unos transeúntes en la calle más adelante. Nadie pudo ni podían escuchar lo que acaba de hacer.
Se deslizó entre las sombras a paso seguro. Ya era más tarde de lo usual y no quería que Miss Alice se preocupara por ella. Seguramente debería darle un buena explicación por su tardanza.
Después de esto, debo despedirme apropiadamente
Aquella joven era la hija de una de las mujeres que salvó su vida. Cuando asesino a su madre, ella la dejo escapar y más tarde le dió un lugar seguro para vivir.
Años más tarde, tuvo a Alice. Fruto de uno de sus clientes. Una hermosa niña cabellos azabaches que trabajaba de mesera a unos metros del London Bridge.
Cuando tuvo 12 años, llegó el pequeño Edward a sus vidas. Con el dinero recaudado, podría darles una vida estable por algunos años. Era lo menos que podía hacer por ellos.
Algo la sobresaltó. Entre aquellas personas, unas pisadas empezaban a acercase. No es la primera vez que alguien la seguía. Policías, maleantes, vendedores, todos había intentado atraparla.
Aprovechó una de intersecciones para subir por las escaleras hacia la terraza.
Desde allí, comprobó la presencia de un hombre. Un hombre que le resultaba familiar. Parte de su cabello se deslizaban por encima de su abrigo.
- Volveremos a vernos, Sir - dijo antes de correr en dirección opuesta a su perseguidor.
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Aquel rastro de luz ☄️
Fiksi PenggemarAlgo diferente a lo esperado, los superó.Otra prueba, otro enemigo. "¿Quién es un monstruo?" Semidios y humana. Algunos cambios en la historia y los personajes de Shumastsu no Valkyrie. Hércules x Fem Jack