➳Capitulo 14➳

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Sejun había llegado al bar hace unos momentos, en cuanto Taehyung le había dicho que se hiciera cargo en él no lo dudo, iría de inmediato, jamás le fallaría a su hermano.

Camino a paso seguro y se adentró en la oficina, revisaría algunos documentos y luego bajaría al Bar para dar una vuelta y ver cómo estaba funcionando todo

Nari no esperaba que antes que su mano pudiera abrir la puerta, alguien más lo haría.

Se quedó por un momento estática observando la imponente y varonil figura frente a ella. Quiso sonreírle y saludar a su jefe Sejun, pero… su cabeza comenzó a dar vueltas, su estómago se revolvió y sin más se desvaneció frente a Sejun.

Sejun estiró sus brazos con rapidez y sostuvo a la chica que se desvanecía ante sus ojos.
La levantó con delicadeza y la llevó hasta el sofá, dejándola recostada ahí.

Su piel estaba sudorosa, respiraba agitada y aun estando desmayada su cuerpo temblaba.

Observó sus facciones, detallando cada una de ellas, a pesar dele atado en el que estaba, no podía negar que era una mujer hermosa, de rasgos refinados y delicados.

Fue por una toalla al baño, la humedeció y la paso por la frente de la chica, buscando despertarla

Ella no era sabia cuánto tiempo había pasado inconsciente y tampoco sabía a ciencia cierta del porqué al reaccionar, lo único que sentía eran unas terribles ganas de llorar.

No sabía que estaba en la oficina de Taehyung, tampoco sabía que no estaba sola, aun sin abrir sus ojos llevo sus manos al pecho y sin contenerse comenzó a llorar por sentirse como una basura.

—¡Ey! Tranquila — dijo Sejun con voz suave cuando vio el estado de la chica, él ya había advertido que estaba drogada, no era la primera vez que veía a alguien en esas condiciones y cuando ella abrió sus ojos completamente dilatados entendió que estaba en lo cierto — Todo está bien, Nari, estás en la oficina de tae, te desmayaste, respira, no hay de que preocuparse — dijo tratando de darle tranquilidad

Nari trató de levantarse de inmediato, pero aún estaba mareada.
—Lo siento tanto. —Dijo con sinceridad y limpio su rostro tratando de no llorar más. —Tomé una pastilla y creo que me hizo daño. —Se excusó.

Sejun examinó su rostro en silencio, realmente era bella, y le daba algo de pesar verla en ese estado, no entendía que una chica como ella se metiera esas mierdas.

—No deberías abusar de esas pastillas — dijo serio— podrían matarte, y no creo que quieras tan poco tu vida— dijo levantándose de su lugar y yendo al minibar donde saco una botella de agua para entregársela — bebé esto Nari.

Cuando Sejun se dio la vuelta Nari soltó el aire que sostenía en sus pulmones, una extraña sensación se apoderó de ella. Era verdad, ¿Por qué se hacía eso? No entendía.

—Es la primera vez que las tomó. —Mintió nerviosa y después aceptó el agua. No quería ser despedida. —Me dijeron que aliviaría mi migraña, quizá soy alérgica y no lo sabía.

Dijo para después beber, en realidad moría de sed, era como una maldita resaca de días que no se podía quitar.

El contrario frunció el ceño, no creía del todo en sus palabras, luego hablaría con Taehyung sobre lo ocurrido.

— Si vuelve a pasar ven aquí, hay un pequeño botiquín, no necesitas buscar… pastillas en otro sitio —dijo tomando la botella de las manos de Nari para dejarla sobre Ia pequeña mesa antes de ayudarla a incorporarse— De todas formas, que hace aquí, tu horario de trabajo ya terminó.

Al sentir el roce de las manos de Sejun Nari sonrío coqueta. Después de escuchar su pregunta recordó aquello que la salvaría de una situación incómoda.

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