Su entrecejo estaba fruncido, la mandíbula apretada y las fotos entregadas yacían en sus manos, hechas pedazos, víctimas de la furia que estaba sintiendo al sentirse cada vez más lejos de Taehyung.
Yoongi lo había rondado por mucho tiempo; su amor hacia el pelirrojo poco a poco se había transformado en obsesión, una que crecía a pasos agigantados cada vez que Taehyung se alejaba un poco más de él.
Ahora entendía el porqué ni siquiera había recibido una llamada del chico, y su furia se dirigía por completo a una persona: la estúpida chica que, aún siendo amenazada por su hermano, no era capaz de hacer la tarea bien.
Tomó su teléfono y marcó, presionando fuerte las teclas para comunicarse con Nari.
Una vez la llamada fue atendida, la furia se desbordó.
—¡Te quiero aquí de inmediato! El trabajo de mierda que estás haciendo se fue de control, ¡eres una inútil! —luego de eso, cortó la llamada.
Nari apenas podía sostener el teléfono. Escuchó los gritos, pero en realidad no prestó mayor atención a las palabras furiosas de Yoongi. ¿Y cómo podría? En sus manos sostenía una prueba de embarazo, una prueba positiva, al igual que las otras cinco que estaban tiradas en el suelo del baño, pensando que era un error.Debería serlo. ¿Cómo podría? No era posible que estuviera esperando un hijo y, mucho menos, que el padre fuera Yoongi. Sus manos temblaron, la prueba cayó al suelo y, sin dejar de mirarse al espejo limpio, sus lágrimas intentaron convencerse de que todo estaría bien.
Decidió vestirse rápido; debía ir a donde Yoongi. Quizá podría hablar con él sobre lo que estaba sucediendo, o quizá solo debería no seguir pensando tanto.
Tomó un taxi, se abrazó fuerte a su abrigo donde solo había puesto su celular y dinero. Tenía miedo; era un futuro tan incierto que no quería pensar más.
Llegó a la casa de Yoongi, pagó el taxi y bajó. Sus piernas le fallaban; su instinto le pedía a gritos que diera la vuelta y no entrara. Aún así, cuando menos lo pensó, ya estaba tocando el timbre.Uno de los gorilas de Yoongi fue quien abrió la puerta y, sin ninguna delicadeza, tomó del brazo a la muchacha y la llevó a rastras hasta la oficina de su jefe, quien se encontraba sentado en su escritorio, fumando un puro mientras la observaba furioso.
—¿Ni una mierda puedes hacer bien?
Nari lo observó sin entender demasiado.
—¿De qué hablas? —preguntó con voz temblorosa.
Yoongi se puso de pie y pateo el escritorio, haciendo que este hiciera un ruido sordo en el piso por el movimiento al arrastrarse.
Se acercó a ella molesto, casi ofendido por la estupidez de la chica.
—Una puta cosa Nari, solo te pedí una puta cosa, vigilar a Taehyung y no fuiste capaz de hacerlo, no sirves ni mierda, eres una perdida de tiempo, solo sirves de puta, y ni eso lo haces tan bien — grito— ¿Quien es el maldito que está saliendo con el?
—No lo conozco.
Casi grito de impotencia, estaba frustrada, desesperada por su situación y no tenía tiempo de hacerse cargo de las emociones de ese maldito. —¿Por que putas no lo haces tú mismo? Si tanto quieres a Taehyung, ¿Por que putas no lo consigues tú mismo?
Grito con desprecio y se soltó a llorar. —Eres un puto imbecil, eso eres.
La sostuvo con fuerza de su mandíbula y la azotó en la pared
— ¡Salgan de aquí! —gritó a sus hombres, los cuales acataron la orden de inmediato. —¿No lo entiendes, encanto? Yo digo "salta" y tú lo haces. No te vengas a dar de la gran cosa porque no eres más que un objeto para mi satisfacción; no tienes más valor que ese. Nunca valdrás más que lo que vales. Nadie querría estar con una mujer tan despreciable, una que lo único que hace bien es abrirse de piernas para mí, y ni siquiera eso —hablaba cerca de su rostro—. Estoy frustrado y necesito liberarme —dijo, metiendo sus manos entre los vestidos de la chica, tocando fuertemente las zonas privadas mientras con su otra mano aflojaba su pantalón—. Voy a meterte la polla y vas a disfrutarlo tanto; vas a gemir para tu dueño como la zorra que eres —dijo, comenzando a besar su cuello mientras rasgaba sus ropas.
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Juegos de Seduccion
AléatoireKim Taehyung y Jeon Jungkook; se sumergen en una peligrosa relación de pasión y traición. Aquello que comienza como un reto, un simple juego de poder, se convierte en algo más fuerte que ellos mismos. Olvidando por completo que en el mundo de los ne...