➳Capitulo 17➳

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Jung Nari nunca se había caracterizado por ser una joven problema. Pero el divorcio de sus padres la dejó sin estabilidad, su papá era una especie de héroe al cual admiraba; sin embargo, las abandonó. Lo hizo y con eso se llevó su seguridad, su autoestima y también la tranquilidad de su madre.

«Cosa que la enfermó de gravedad, una enfermedad tan maldita que aunque se curó, volvió atacar con fuerza una segunda vez. Una en la cual Eun la madre de Nari, no tuvo más remedio que decirle sobre su hijo perdido. Aquel niño que era sangre y carne de Nari.

Nari contrario a su mamá quien dice que ese pequeño falleció, ella creía ahora era un completo hombre y rogaba a dios encontrarlo con bien. Encontrarlo antes que Eun se fuera de este mundo sin poder verlo de nuevo.»

Las manos de Nari se deslizaron por el húmedo azulejo del baño y cerró la llave para al fin terminar de ducharse. Trato de olvidar sus males, Yoongi tenía la información de su hermano y ella haría lo que fuera por conseguirla.

Se arregló, tomó una botella de agua y puso unas enormes gafas oscuras, la cabeza le explotaría. Era la última vez —Se dijo a sí misma. Pero sabía que se mentía— aun con todo su malestar llegó al bar, no podía perder lo único que le daba esperanza para poder localizar a su hermano. Entro de largo, llego hasta la puerta de la oficina y tocó.

—¡Jefe! —Llamó desde fuera, sintiendo sus nervios acumularse en su estómago.

Taehyung levantó su rostro de los documentos que revisaba en ese momento, los cuales estaba usando como distractor, ya que su mente no lograba estar alejada del pelinegro, no lograba dejar de pensar en él y era frustrante.

—Pasa —dijo simple mientras apilaba los documentos. —Siéntate Nari.

Nari apretó sus labios inconscientemente, estaba nerviosa y sentía un hueco en el estómago. Pasó con cuidado e hizo una reverencia a Taehyung antes de ir hasta el sofá y sentarse acomodando su vestido.

—Jefe… —le llamó sintiéndose avergonzada. —Lo siento… por lo de anoche con el joven Sejun.

El pelirrojo camino hasta ella y tomo asiento a su lado, observándola por unos minutos, realmente la veía tan pequeña ahí, sentía la necesidad de cuidarla y no tenía una explicación para ello.

—¿Te encuentras bien? —preguntó.

Lo miro por un momento a los ojos, su mirada era penetrante, le hacía sentir cosas que no podía explicar. Su corazón se aceleró sin motivo alguno; quizá solo eran los malditos nervios de pensar que la despediría.

—Bueno… estoy arrepentida por lo que sucedió, pero si me da una oportunidad más, lo haré bien esta vez —soltó preocupada. —Fue un error, no volverá a pasar.

Taehyung le sonrió de forma cálida, tratando de darle tranquilidad, después de todo sabía que debía tener un trasfondo para lo que hizo, debía tener alguna explicación.

—¿Por qué lo haces? —pregunto directo —¿Por qué te metes esa mierda Nari?

—¿Hacer qué? —preguntó un tanto desconcertada, no recordaba que además de intentar besar a Sejun, también había dicho el pequeño detalle sobre que andaba dopada. —No comprendo.

—Te drogas —dijo sin más —¿Por qué lo haces Nari, hace cuánto tiempo? No quiero mentiras, no voy a juzgarte, pero no puedo ayudarte si no eres honesta conmigo.

Nari comenzó a toser como si se hubiese ahogado con un trago de agua, pero no era así. Sintió un nudo en el estómago y no
Sabía que responder, de pronto sus manos comenzaron a sudar, estaba nerviosa.

—Por qué me gusta —respondió no mirando que más podría hacer o decir. —Pero no lo hago siempre, es ocasional, yo anoche bebí un poco, y tomé una pastilla. Fue todo —Le dijo levantándose de su lugar al sentir que sonaba su celular insistentemente, pero al ver el contacto no deseaba contestar enfrente de Taehyung.

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