Wei Ying nuevamente tuvo un accidente con uno de sus nuevos talismanes, tan normal como ha sucedido ya varias veces en su pasado.
Aunque ésta vez es diferente, porque cuando todo el humo a su alrededor se disipa, puede ver dos pechos hinchados deba...
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Al día siguiente, todos suspiraron con tranquilidad cuando Hanghuang-jun desperto a la misma hora de toda su vida.
A las 5 de la mañana ya estaba de pie, como todo un digno Lan hecho y derecho.
Y como su futuro hijo también lo sería, Wei Ying se despertó, sorprendiendolo debido a que él jamás se levantaba temprano, mucho menos se levantaba a correr, o siquiera a correr hasta la cubeta con poca agua que Lan WangJi había preparado para asearlo, pero contrario al uso esperado para la que la había traído, calentado y alistado, su esposo solo vomitó toda la cena de la noche anterior con arcadas exageradas.
Bien, al menos ya no habría dudas de que ese bebé no era un Lan.
Su tío debería ver esto para ceerlo.
Salió de prisa de todos sus pensamientos y se acercó al menor, tomando como pudo todos esos cabellos desordenados para que no fueran a ensuciarse mientras él terminaba de vaciar su estómago con el apoyo moral de su esposo a su lado.
Después de un rato, su voz al fin se oyó.
-¡Lan Zhan, Lan Zhan! ¡Vomité~! -sus ojos estaban llenos de lágrimas, su cabello completamente desordenado y de su túnica interior se le escapaba un pecho, pero aún así, Lan Zhan no dudó en ayudarle a limpiar su boca para quitar el mal sabor, todo con la paciencia que lo caracterizaba.
-Mn, son síntomas normales, el bebé esta exigiendo demasiado a tu cuerpo.
-¡¿Pero quién quiere levantarse a las 5 de la mañana con el vómito en la garganta?! Podría solo darme una patada o algo, ¡casi vomito la cama! -pese a que el mayor lo había alzado en brazos para devolverlo a la cama, él seguía quejándose, dejando que un par de lágrimas resbalaran por sus mejillas.
Lan Zhan sonrió, ayudandole a quitarse las ropas para poder cambiarlas por unas nuevas. Siempre lo hacía cuando Wei Ying estaba dormido, así que hoy aprovecharía que ya se encontraba despierto.
Sabía que su cuerpo estaría cambiando proximamente, pues si bien ahora era el de una doncella, sabía que de igual forma tendria ciertos cambios y crecería en algunas zonas para darle más espacio a su bebé y que siguiera desarrollandose.
También sabía que habría cambios no tan notorios a simple vista, como los cambios de humor, las nauseas, los horarios de sueño distorcionados o incluso el apetito sexual.
Oh, Lan Zhan esperaba ansiosamente el último pese a no mostrarlo.
-Aun no puede moverse, es muy pequeño -aclaró, recibiendo otro puchero de parte de su esposo quien parecia que no iba a tener un día muy tranquilo desgraciadamente.
-¡Lan Zhan~! Te pones de lado de tu hijo solo porque me levantó temprano -lloriqueo, recibiendo un beso en su frente cuando ya estuvo correctamente arreglado.
-Traeré algo ligero para tu estómago -anunció, levantándose y tomando las cubetas de la habitación, dirigiendose a la salida hasta dejar al menor solo, recostado en la cama y suspirando.
