Wei Ying nuevamente tuvo un accidente con uno de sus nuevos talismanes, tan normal como ha sucedido ya varias veces en su pasado.
Aunque ésta vez es diferente, porque cuando todo el humo a su alrededor se disipa, puede ver dos pechos hinchados deba...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Luego De tres torturosos días en los que sentía que se le salían las tripas por entre las piernas, de cuidarse y bañarse hasta tres veces al día por la sensación de suciedad, evitar estornudar muy seguido y el permanecer postrado en la cama siendo mimado por su esposo, pero in su todos los días, Wei Ying al fin pudo ver la luz del sol una vez más.
¿Por qué nunca nadie le dijo que ser mujer era muy difícil? Todo dolía, todo te pesa, los pechos te estorban, hacen que te duela la espalda, las túnicas son más frescas, pero más ajustadas... Ugh, que bello era ser hombre, lo bueno era que no tendría que soportar esto por muchos días más.
Sólo cuatro días más, si señor.
—¿Papá? ¿Ya estás mejor? —la voz de su pequeño rabanito llegó por su costado, interrumpiendo su admiración al paisaje que rodeaba al Jingshi.
Enseguida giró y fue a su encuentro, tirándose sobre él y rodeando su cuello con sus delgados brazos. Casi se van abajo ambos debido a la impresión del menor, pero sus reflejos eran buenos, lo que le hizo estabilizarse al momento y evitar un accidente.
—Mi pequeño rabanito, te extrañé tanto —mencionó, sintiendo cómo su hijo lo sostenía de la cintura para evitar que resbalara.
—Uh... Y-Yo también te extrañe —admitió ruborizado, escandalizándose un poco más cuando el Wei dejó un sonoro beso sobre su mejilla, la cual se calentó casi al instante.
—Eso suena bien, porque esta noche planeamos bajar al pueblo tu padre y yo para una cena familiar, obviamente JingYi viene incluido, claro si quieres invitarlo —ante la idea de pasar tiempo con su familia, los ojos del joven brillaron con emoción, sintiendo cómo su papá se separaba de él para quedar nuevamente frente a frente.
Aunque, hasta ese momento, notó algo bastante peculiar.
—Papá... ¿Usaste maquillaje de nuevo? —cuestionó inseguro, extrañando al mayor.
—¿Maquillaje? —se llevó una mano a su mejilla, tratando de buscar algo mal —. ¿Por qué lo dices A-Yuan? Tu padre me confiscó todo mi maquillaje luego de la ultima broma, aunque debo admitir que a A-Ling le quedan bien los labios rojos, hace juego con su marca de la frente...
El menor no pudo evitar reír ante el recuerdo de una de las tantas bromas de su padre en donde terminó siendo perseguido por Fairy bajo órdenes de Jin Ling, para luego ser rescatado por los brazos fuertes de su esposo, quien se encargó de ahuyentar a la perrita, pero también descubrió a los tres jóvenes que venían detrás de él completamente maquillados.
Obviamente eso no podía ser obra de nadie más que de su esposo, quien había ido entre la noche a la habitación de los jóvenes aprovechando que estaba Jin Ling de visita y jugarles una broma.
Después de estar un día completo encerrado haciendo noséqué con su padre, su papá salió al día siguiente con un fuerte dolor de cadera y espalda, además de que lloriqueó porque Hanguang-Jun le había escondido todo su maquillaje y se negaba a regresárselo.
