°Capítulo 8°

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Después de aquella cálida cena en el pueblo, la familia junto a JingYi se encargaron de volver justo antes del toque de queda para evitar problemas y poder descansar antes de despedirse a la mañana siguiente de su hijo que partiría a primera hora

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Después de aquella cálida cena en el pueblo, la familia junto a JingYi se encargaron de volver justo antes del toque de queda para evitar problemas y poder descansar antes de despedirse a la mañana siguiente de su hijo que partiría a primera hora.

Wei Ying, antes de llegar a un restaurante, se la pasó comprando dulces y cualquier cosa que su hijo pudiera necesitar en su viaje, como una carpa nueva, fruta, bocadillos, entre otras cosas, incluso le compró túnicas nuevas para que la gente no lo reconociera como un discípulo Lan en la Ciudad sin Noche y evitar cualquier tipo de problemas.

Ya era suficiente para las personas el saber que Gusu resguardaba al infame Patriarca de YiLing, porque era bien sabido que aún existían almas que buscaban llevarlo nuevamente a su muerte.

Su hijo y Lan Zhan apoyaron su idea, decidiéndose por comprar algunas de colores claros para que el cambio de tono no fuera tan repentino en los gustos de vestimenta, por lo que después de eso, y con algunas quejas de JingYi quien suplicaba por comida, fueron a parar al lugar de la cena, pidiendo dos jarras de Sonrisa del Emperador y muchas alitas y pernas de pollo para todos.

La cena fue amena y tranquila, Wei Ying olvidó por completo que se encontraba con un cuerpo femenino en frente de todos y bebió como de costumbre, llevándose más de una mirada de sorpresa ante su manera de beber como todo un hombre y sobre todo, por esa alta resistencia al alcohol.

Y no todas las miradas fueron de sorpresa, algunas más fueron de ternura, pues los comerciantes o compradores que no los conocían los veían como toda una familia normal y amorosa que bromeaba y hacían compras, como si fuera lo más lindo del mundo, pero incluso hubo también miradas lascivas que Lan Zhan pudo identificar de inmediato.

Wei Ying sólo se rio cuando su esposo lo atrajo de su cintura y lo pegó a su cuerpo, alegando que él sólo tenía ojos para su Hanguang-Jun y nadie más, divirtiendo incluso a los jóvenes, quienes pensaban que era lindo hasta cierto punto el ver a su superior celoso, aunque no mencionara palabra alguna.

Cuando llegó la noche y regresaron, como todos los días en el Jingshi, ellos no dejaron pasar su día a día. Habían sido tres largas noches sin sexo y eso no era nada bueno para la pareja, porque entre más días pasaban sin intimar, era como si las energías en Lan Zhan se acumularan para después descargarlas de un solo golpe, y eso lo sufrían por completo las caderas del Wei.

—Lan Zhan, Lan Er-gege —jadeó, arqueando su cuerpo cuando su esposo dio en un punto certero que le hizo sentir algo de dolor combinado con placer.

Era como si estuviera estirando su interior, como si su cuerpo fuera muy pequeño para el gran miembro de su amado y todo dentro de él se estirara para poder recibirlo.

—Esposo mío, me llenas... Demasiado —suspiró —, siento que me voy a explotar por recibir todo de ti, Hanguang-Jun, eres tan grande... ¡Mgh! ¡M-Más lento! ¡Lan Zhan, para, para! ¡Ah! —sus senos fueron mordisqueados y succionados hasta ponerlos de un color rojizo tentador, dejándolos tan sensibles que incluso el cosquilleo de los cabellos largos del mayor contra la pie le hacía temblar.

From Talismans to Blessings {°WangXian°}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora