MI VIDA 17. Reencarnando En Un Villano

¿El mejor?

Después del examen para ingresar a la UA, Izuku había seguido con su entrenamiento durante toda la semana.

Sabía que pasó, así que no se preocupaba por eso.

Había pasado bastante tiempo con su mamá también, nunca tuvo una figura materna, así que sentía que debía "recuperar" el tiempo perdido.

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Estaba entrenando en el gimnasio, cuando el sonido del timbre lo detuvo.

Nadie, además de su mamá, lo había visitado desde que se mudó a esa casa.

Ni siquiera la familia Bakugo, aunque probablemente sea porque no les dio la dirección.

Sería lo más lógico que fue por eso.

Pensó que podría ser ella, pero le había dicho que hoy iría a visitar a Mitsuki, así que descartó esa idea de inmediato.

Al abrir no encontró a nadie, pero había una carta con el sello de la UA.

¿Había tardado tanto en abrir la puerta?

No importaba, se sentó en un sofá y abrió la carta.

Un holograma de All Might apareció.

-¡Felicidades aspirante a héroe! Es un placer informarle que ha aprobado el examen de ingreso para entrar a la UA. Y aprobó con el mayor puntaje de todos los aspirantes, tanto en el examen escrito como en el práctico- anunció el héroe con su característica sonrisa.

No lo admitiría, pero cada que le decían que había aprobado un examen, Izuku se emocionaba.

No importaba cuánto tiempo o cuántas vidas pasaran, siempre le emocionaría por saber que estuvo al nivel de la prueba.

Era viernes, y sus clases empezaban el lunes, decidió que en vez de entrenar estudiaría. No lo hizo para el examen, pero eso no quita que fuera importante repasar los bastos conocimientos que ya poseía.

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Lunes en la mañana

Ya estaba vestido con su uniforme para ir a la UA y listo para salir.

Casi.

Estaba indeciso, no quería usar el auto para llegar, no quería que pensaran que era alguien mimado de cosas caras. Pero tampoco quería ir a pie.

Se fue a pie.

La escuela no quedaba lejos, unos veinte minutos si iba caminando.

-Da igual, sirve para despertar mejor -dice mientras suelta un gran bostezo.

En ese momento desearía tener un buen café.

En el camino recibió muchas, pero muchas, miradas curiosas.

Supuso que era por el uniforme, no todos los aspirantes entraban después de todo. Así que no le tomó mucha importancia.

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Tardó un poco en encontrar su salón, las instalaciones eran ridículamente grandes y confusas.

-En el caso de que hubiera un ataque, los intrusos primero deberían evitar perderse-  pensó

Su salón tenía una puerta gigantesca. La clase 1-A.

Por su puesto, lo iban a poner en la major clase del curso de heroes.

Por un momento sintió náuseas por los nervios. Pero era un experto ocultando sus emociones, así que no hubo mucho problema en desaparecer esa emoción.

Lo primero que vio al entrar fue un caos. Unos chicos hablaban animadamente, y otros dos discutían sobre algo de mantener la buena condición de las instalaciones.

-Típico de adolescentes, espero no haber sido así en mi primera vida- tomó aire y entró.

Nada lo preparó para el silencio sepulcral que se formó en aquella aula cuando entró.

Nunca le había pasado eso. Fue raro e incómodo.

-Hola, los profesores me dijeron lo que hiciste por mi. ¡Gracias por salvarme! - mencionó alegremente la chica castaña a la que había salvado.

-No tienes por qué agradecer, solo hice lo que cualquier persona haría

-Pero...

La chica no pudo terminar, una oruga amarilla había entrado al salón.

Salió un hombre de aspecto cansado. Casi como si tuviera más ganas de dormir que de vivir.

-Buenos días a todos- anunció el mayor con una voz a penas audible.

-¿Quién es? -preguntó la mayoría de la clase al unísono.

-Buenos días profesor- dijo Izuku haciendo una reverencia.

-¡¿Profesor?! -Repitieron otra vez los alumnos al unisono.

-Soy su profesor y asesor, Shota Aizawa- dijo saliendo de su saco de dormir.

-No he oído hablar de él- dijo un chico de cabello negro. (Sero)

-El es conocido como Eraser Head- dijo Izuku mientras se dirigía a su lugar.

-Sí, pero ahora, tomen sus uniformes deportivos y vayan al campo, haremos una prueba.

-¿No haremos el recorrido?- pregunta una chica con cola de caballo.

-No hay tiempo que perder si quieren ser héroes- responde el profesor inexpresivamente- los veo en veinte minutos en el campo.