Capitulo 19 ✞︎Eʟ Dɪᴀʙʟᴏ✞︎

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𝐒𝐋𝐀𝐕𝐈𝐊

Mis pies se mueven con ansiedad mientras pienso la excusa perfecta para que mi plan funcione correctamente. Si la quiero para mí, va a ser completamente mía. Pero ella es terca y muy difícil, eso me hace enloquecer por ella aún más de lo que ya estoy. Una de las razones que la quiero a ella es porque es completamente diferente a las demás mujeres.

Ella es hermosa, muy bella...no sé cómo describirla simplemente ella es como el paraíso que me imagino.
Lleno de ternura, de rivalidad y la arrogancia que carga solamente hace que la atracción que siento por ella se haga mas grande, sus ojos son preciosos como si de un explosivo se tratara, solo con esos ojos dorados como el sol. Cuando me mira con esos ojos me mata, me olvido de mi mismo y mis demonios se dejan dominar por mi solcito.

— ¿Cómo? ¿Te vas a comprometer? ¿Tu? ¿Con una mujer? ¿Comprometido? — mi hermano me mira sonriendo con burla — ¿Estás bromeando, verdad?

— No estoy bromeando Vlad — me tomo todo el whisky en un tragó — Y si es una mujer bella y sus ojos son preciosos, si la vieras me creerás.

Su personalidad es demasiado difícil y fácil a la vez, puedes hacerla enfurecer en segundos y puedo calmarla siendo yo mismo. Dos personas de la misma personalidad, eso me hace querer dominarla y tenerla a mi merced pero es todo lo contrario. Sus ojos me manejan a su antojo y no se si ella se da cuenta o es muy descuidada que ni siquiera nota lo loco que me tiene por ella.

— Es imposible creerte hermano. Jamás he visto que te comprometas con una mujer — levanta el vaso de whisky en mi dirección — Ya tengo curiosidad, ¿Tan buena está? Para que estés perdiendo la cabeza por una mujer.

— Ten cuidado cómo te diriges a mi futura esposa — sentenció con frialdad, el rostro de Vlad se relajo sin dejar ver ninguna expresión — No tienes idea de quién se trata.

— No me olvidaría un rostro bello como tu dices — exclama con exageración— ¿Y quién es realmente?

— Lo sabrás cuando acepte y la presentaré frente a todos — sonrió imaginándome ese momento de marcarla como mía, mi esposa y mi mujer — El que se entromete se muere porque nadie va a detenerme.

— Ya estoy preparado para la guerra mi señor — inclina su cabeza en forma de respeto y lealtad —  Esperaré con ansias conocer a la primera dama.

Nadie puede saber que ese matrimonio es por conveniencia y realmente me importa un carajo que sea para beneficio propio porque no dudaré en ayudarla en lo que sea que quiera. De todos modos no me apartaré de ella.

La puerta de mi oficina fue golpeada. Indico a que pase y se trata de Jay.

— Señor la señorita Irina está aquí — elevó una ceja y sonrió incrédulo pero Jay se muestra nervioso — La detuve pero sus hombre se interpusieron y no quise...

— ¿Que no quisiste Jay? — mi voz ronca y elevada se escucha atrayendo la mirada sería de mi hermano que se pone de pie y saca su arma mientras ve las balas — ¿Matarlos?

— No señor es que...

— Lárgate — ordenó con autoridad, me pase las manos por mi frente, me pongo de pie y tomo mi saco de mi traje de tres piezas — Esa maldita nunca se cansa de humillarse.

Salí de mi oficina con Vlad detrás de mí. Me encamino hasta el living donde veo a Irina sentada plácidamente como si fuera a tener permitido a pisar mi mansión.

— ¿Qué carajos haces aquí? — espete con enojo — Levanta tu asqueroso culo de mi casa y lárgate si no quieres morir.

Irina me escucha se levanta del asiento de inmediato pero me ve sonriendo, como la cínica y zorra que es. Se acerca a mi zarandeando su cuerpo, lleva un vestido rojo corto y deja ver sus tetas a la vista. Suspiró cansado de ella estoy perdiendo la paciencia.

𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 𝐁𝐞𝐧𝐝𝐢𝐭𝐚 © ✔︎ [en CORRECCIONES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora