Young Miko, conocida por su música vibrante y su estilo único, estaba más nerviosa de lo que había estado en mucho tiempo. La razón era Diana, la chica que había conocido hace unas semanas en un evento musical en San Juan. Diana era diferente a cualquier otra persona que Miko hubiera conocido: inteligente, divertida y con una sonrisa que podía iluminar cualquier cuarto.
La primera vez que se vieron, Miko estaba en el escenario, moviendo a la multitud con su energía y ritmo. Entre la multitud, vio a Diana, que no dejaba de mirarla. Después del show, Miko decidió acercarse a ella. "Hola, ¿te ha gustado el show?" preguntó Miko con una sonrisa, su acento puertorriqueño evidente.
Diana sonrió de vuelta, un poco tímida pero sin apartar la mirada. "Me encantó. Tienes un talento increíble."
Esa simple conversación llevó a intercambiar números y, finalmente, a planear su primera cita. Miko había decidido llevar a Diana a un café tranquilo en el Viejo San Juan, un lugar donde podrían hablar y conocerse mejor sin las distracciones de la vida nocturna de la ciudad.
Al llegar, Miko respiró hondo antes de entrar. Llevaba una chaqueta de cuero y unos jeans ajustados, intentando mantener su estilo casual pero con un toque especial. Diana ya estaba allí, sentada en una mesa cerca de la ventana, mirando el menú. Cuando vio a Miko, su cara se iluminó con una sonrisa.
"Hola," dijo Miko, sentándose frente a Diana. "¿Has esperado mucho?"
"No, llegué hace unos minutos. ¿Cómo estás?" respondió Diana, su voz suave y acogedora.
La conversación fluyó fácilmente. Hablaron de música, de sus sueños y de sus familias. Miko no podía dejar de notar cómo Diana la miraba, como si estuviera realmente interesada en cada palabra que decía.
"¿Sabes?" dijo Miko, sintiendo que era el momento de ser honesta. "Estaba bien nerviosa antes de venir. Quería que todo saliera perfecto."
Diana sonrió, extendiendo la mano para tomar la de Miko. "Yo también estaba nerviosa. Pero me alegra que estés aquí. Me siento muy cómoda contigo."
La conexión entre ellas era palpable. A medida que la noche avanzaba, decidieron dar un paseo por las calles empedradas del Viejo San Juan, disfrutando de la brisa nocturna y las luces de la ciudad.
"Te ves hermosa con esas luces de fondo," dijo Miko, parando un momento para mirar a Diana. "Creo que esta es una de las mejores noches de mi vida."
Diana se sonrojó ligeramente, pero no apartó la mirada. "La mía también," respondió suavemente.
Cuando finalmente llegó el momento de despedirse, ambas sabían que esto era solo el comienzo. Se abrazaron, sintiendo que no querían separarse.
"Gracias por esta noche," dijo Diana. "No puedo esperar a verte de nuevo."
Miko sonrió, su corazón latiendo con fuerza. "Yo tampoco. Hasta pronto, Diana."
Mientras caminaba de vuelta a casa, Miko no podía dejar de sonreír. Sabía que había encontrado a alguien especial, alguien que la entendía y la hacía sentir verdaderamente feliz.
