El sol ya se estaba poniendo en la ciudad de San Juan. Young miko había preparado una sorpresa especial para su novia Isabela, su novia de casi seis años. La relación había sido intensa y apasionada desde el primer momento, llenas de risas, aventuras y un amor profundo que solo había crecido con el pasar del tiempo.
Miko la llevo a la playa donde se conocieron por primera vez. La arena estaba decorada con luces suaves y velas, creando un ambiente íntimo y romántico. Isabela,con los ojos vendados, se dejó guiar por la mano segura de Miko.
"¿Lista pa' la sorpresa?" pregunto Miko su voz cargada de emoción contenida.
Isabela asintió, y Miko cuidadosamente le quitó la venda. Los ojos de Isabela se abrieron y una sonrisa brillante apareció en su rostro al ver el hermoso escenario frente a ella.
"Es precioso,Vicky," susurro Isabela, volteandose para mirarla.
Miko sonrió, sintiendo un nerviosismo que rara vez la afectaba. Tomó las manos de Isabela y la miró directamente a los ojos.
"Isabela," comenzó, su voz temblando un poco, "estos últimos años contigo han sido los mejores de mi vida. Eres mi musa, mi inspiración y la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida."
Isabela la miró con ojos brillantes, su corazón acelerado.
Miko se arrodilló, sacando una pequeña caja de su bolsillo. La abrió, revelando un anillo deslumbrante que reflejaba las luces de las velas.
"¿Te casarías conmigo, Isabela?"
Isabela llevó las manos a su boca, las lágrimas empezando a brotar de sus ojos. Asintió vigorosamente antes de saltar a los brazos de Miko.
"¡Sí, sí, sí!" exclamó Isabela, besando a Miko con una pasión ardiente.
Las velas parecieron brillar más intensamente mientras las dos mujeres se besaban, un beso que prometía un futuro lleno de amor y felicidad.
Luego de un rato, todavía abrazadas, Isabela susurró al oído de Miko. "Llévame a casa."
Miko sonrió, su corazón latiendo con fuerza. Tomaron un taxi de vuelta a su apartamento. Apenas entraron por la puerta, Isabela empujó a Miko contra la pared, sus labios encontrándose en un beso feroz. Las manos de Isabela se deslizaron bajo la camiseta de Miko, explorando la piel suave y provocando escalofríos de deseo.
Miko gimió contra los labios de Isabela, sus cuerpos presionados estrechamente. La llevó hacia el dormitorio, sus movimientos urgentes y llenos de pasión. La ropa voló en todas direcciones mientras se despojaban de las prendas que las separaban, hasta quedar desnudas, piel contra piel.
Isabela se dejó caer sobre la cama, arrastrando a Miko con ella. Las dos se perdieron en el calor del momento, sus cuerpos moviéndose al unísono, sincronizados en un ritmo de amor y deseo. Los gemidos llenaron la habitación mientras alcanzaban el clímax juntas, uniendo sus almas de una manera más profunda de lo que jamás habían experimentado.
Después, mientras descansaban en los brazos de la otra, Isabela sonrió y acarició el cabello de Miko.
"Te amo, Miko. Gracias por hacerme la mujer más feliz del mundo."
Miko la besó suavemente, sus ojos brillando con amor. "Yo también te amo, Isabela. Y este es solo el comienzo de nuestra historia."
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