A»
Los encontré rotos un día, pensaba terminar el dibujo que había echo de chuuya. Tan solo suspiré y recogí los trozos para al menos pegar los de vuelta y terminar el dibujo, aún así no entendía porque lo había hecho o quien entró a mi habitación, nadie más que Chuuya sabe de esto, y si el encontró el dibujo? Tal vez me odiaba por eso.
-Dazai..- oí débilmente desde mi teléfono, eran aproximadamente las seis de la mañana y estaba en llamada de Chuuya.
«¿Desde cuándo?»
Volvió a sonar el teléfono con más fuerza - Dazai, estás bien? Pasó algo?.- sonaba preocupado, era raro cuando siempre me está deseando la muerte.
-Tranquilo, no es nada chibi, perdón si hice ruido, olvide que estábamos en llamada.
-Regresas a ser molesto- se oyó un gran suspiro por lo dicho, después como se llevaba de la cama - Si ya estás bien puedes colocar- lo hice cuando terminó de pronunciar eso aunque posiblemente quería decir más.
Me recosté de nuevo en mi casa viendo por un momento el celular apagarse, no lo había puesto a cargar en toda la noche por la llamada, aunque recuerdo vagamente que lo hicimos, tomé por un momento la posibilidad de ser poseído por un demonio o un fantasma, bueno eso haría honor a mi título.- ¿quien eres? Demonio pródigo - solté una risa, sería absurdo, aunque nunca entendí porque me llamaban de tal modo, tal vez así como a Yosano la llaman el angel de la muerte.
-
Cuando llegué a los edificios de la Port Mafia fui recibido con un golpe de Chuuya, al caer al suelo simplemente lo ví molesto por el golpe.
-Eres un grosero.
-Tu un salvaje, agresivo. - me reincorporé para cruzarme de brazos.
-Despues de lo que he echo por ti si soy agresivo o no es lo mínimo que debes aguartar.
-¡¿Por mi?! - dije tan ofendido, aunque el siempre hacía cosas por mi - solo haces lo que estás obligado por perder en nuestras apuestas.
-Sabes que no hablo de eso- ahora el sonaba más serio como si estuviera pasando algo por alto. Solo suspiró y miró a otro lado yo lo miré confundido - Siempre termino durmiendo mal por tu culpa - se agarró el hombro.
-¡¿Por mi culpa?! No es como si te dijera que te quedarás conmigo.
-¡Haces exactamente eso! Idiota mal agradecido.
-¡No pongas palabras en mi boca! - tan vez solo era un momento de inmadurez de los dos donde ambos decíamos mentiras, era una paradoja que paró cuando el jefe Mori y madame Osaki entraron a la habitación y los separaron de estar casi apunto de matarnos entre si.
-
En la oficina de Mori ninguno de los dos dijo algo, posiblemente el sabía que iba a ignorar cualquier tipo de sermón.
Me acosté en el sillón enmedio de la habitación viendo el techo, probablemente había sido demasiado inmaduro de mi parte y lo sabía, después iba a recompensar a chuuya por eso aunque yo sabía que tenía la razón. Mori seguía con el papeleo, viéndome de vez en cuando, me sentía como su hijo en cierto modo.
-Me sorprende que no recuerdes pequeños detalles como una llamada. - Soltó sin dejar el papeleo.
-No soy una camara para hacerlo, aunque no sería algo que haría, probablemente con Hirotsu u Oda, pero no tengo esa confianza con Chuuya.
-Eso no es verdad. - me miró dejando sus cosas en la mesa y agachándose enfrente de mí, lo miré de vuelta.
-¿Es una conspiración contra mi o algo por el estilo?- pregunté, sentandome lo cual miro aprovechó para sentarse también a mi lado.
-Dazai, ¿recuerdas lo que te dije hace un tiempo?, a esto me refiero con un comportamiento inusual. - suspiró recargando sus brazos en sus piernas y viendo al gran vitral de la oficina.- Tu ere bastante apegado a Chuuya, después de todo es con quién más pasas tiempo incluso fuera de las misiones.
-Eso lo sé, pero no significa que recurra a el para cosas personales, tal vez uno que otro día hemos dormido juntos tras una misión bastante cansada o echo otras cosas como molestarnos o..
Mori me cayó en ese momento. - Tienen una relación más íntima de lo que piensas. - comenzó a reproducir la llamada. En ese momento no pude evitar sonrojarme y preocuparme en cierto modo, Mori nisiquiera se inmutó ante lo que dijo Chuuya sobre el o la crisis que parecía tener.
Personalmente nisiquiera sabía a qué me estaba refiriendo con lo de Mori, ¿hablar que soy tonto? O la facilidad con que pudimos hablar mutuamente. Tragué saliva.
-No te estaríamos diciendo esto si no fuera porque a comenzado a afectar tu rendimiento en las misiones. - dijo Mori. - Chuuya me ha dado varias quejas por tus inconsistencias. Arreglalo - dijo con firmeza.
Realmente no sabía que decir al respecto, supongo que asentí sin decir nada.
[ • • ♡ • • ]
Y tal vez lo que nos unía no era nuestro deseo de morirnos, aún podía resonar en mi mente esas palabras que por más que lo repitiera no parecían mías.
«No quiero cometer una estupidez»
Parecía tan irreal que dijera eso, no sabía a qué se debía, después de tantos intentos de suicidio me preguntas a que se debía que saliera vivo aunque la mayoría de las veces eran porque.. .
«Chuuya me ha salvado»
Cómo si un balde de agua fría caleta en mi cabeza, por un momento viendo en blanco, nunca supe si tomarle importancia o no pero cobraba algo de sentido. Tomé mi cuaderno y solo escribí una pregunta “¿quien eres?” me sentía identificado con esa misma pregunta aún así solo dejé abierto el cuaderno en espera de alguna respuesta.
[ • • ♡ • • ]
-Me gustan las estrellas.- Confesé a Hirotsu con algo de vergüenza y mostrándole lo que quedaba de mis dibujos.
-Pretendia ser una constelación,¿no es así?. - aún no dejaba de ver el pedazo de papel tan insignificante.
-Si.. eso pretendía pero lo rompí, no me gustó.- me excusé.
-Sabes, es muy valiente de tu parte romper un dibujo, no muchos artistas se atreven a romper su obra.
Realmente no creía eso, tampoco habría roto mis dibujos por gusto, aún así ya ni siquiera quería tocar ese tema.
-Si eso creo.. - me recargue ligeramente en el, mientras veíamos las olas del mar ir y venir. - Todos ven que tan linda es la luna en el reflejo del mar pero nunca toman el cuenta del trabajo que hace sobre el mar, aunque muchos saben y eso es como si todos concordaran no hablar de ella.
-Se que no hablas solo de la luna. - puso su mano sobre mi cabeza. A veces pensaba que él tenía un poder secreto de leer la mente de las personas, a mí parecer siempre sabía qué decir. - Oí lo que ha estado pasando contigo.
Hubo un gran silencio después de eso, aunque no era desagradable, simplemente tranquilo y pasifico.
-Me asusta. Siento que debo ser exorcizado pero no quiero. - Confesé, no obtuve respuesta más que un abrazo de él acariciando mi espalda como diciendo “está bien” o “no pasará” eso aunque sabía que podía ser mentira quería aferrarme a la idea que era verdad.
“Esa noche en el muelle la luna se veía hermosa, aunque yo me sentía tan solo”
ESTÁS LEYENDO
«De A y B atentamente para mí »
Hayran KurguPero... ¿Se puede entender sin saber que pasa? Apuesto a que si, porque nada se oculta para siempre, al menos no si notas los pequeños detalles.