20. Mi chica

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Wei WuXian había hecho un talismán, lo había intentado mucho hasta que finalmente lo logró, poniéndoselo a Lan WangJi sobre el pecho hacían la ilusión de parecer otra persona, el no sabía que apariencia tenia, se encaró de que ese hechizo no le afectara a él.

—Ahora si puedo enseñarte Yummeng... — de hecho, Wei WuXian ya no sabía si era bueno o malo que no recuerde su confesión.

—Mn... — fue todo lo que respondió antes de seguirlo, comenzó con los muelles, Wei WuXian le ocultó que eran privados y que estaban robando lotos.

—Ni siquiera sé si los has probado Lan Zhan... — le preguntó Wei WuXian mientras se quedaba viendo el agua.

—De hecho, si...

—¿Dónde? — Lan WangJi no tenía idea de cómo explicarle que tuvo curiosidad por él, ha hecho muchas cosas extrañas tomando las palabras de su amado de manera literal sin saber que el estaba bromeando, y cada vez que pensaba en él, el sello que le hizo su difunto tío se rompía con mucha facilidad. Tuvo que controlarlo y valió la pena el sacrificio.

Wei WuXian vio como Lan WangJi guardaba silencio y solo sus orejas se tornaron rojas.

—Lan Zhan... no debemos tenernos secretos... — lo dijo con un puchero, pero Lan WangJi simplemente sonrió y levanto tiernamente sus labios.

Wei WuXian sabía que podía perderse para siempre bajo esa sonrisa. O más bien, alguien podría quitárselo y robárselo si le sonreía así a cualquiera.

—Lan Zhan... prométeme que solo sonreirás para mi... — de nuevo las orejas de Lan WangJi se tornaron rojas.

—Mn... — ni siquiera fue una palabra y provocó que Wei WuXian sintiera su corazón calentarse.


Luego de eso lo invitó a ir a una taberna donde tenían mucha variedad de comida picante, y de eso ni siquiera sabía que Lan WangJi tenía más resistencia de la que esperaba.

Lo que no se esperó es que las muchachas del local vieran a Lan WangJi con algo de desprecio, jamás había visto algo así, mostrándose hostiles, por un momento pensó que el pergamino había dejado de funcionar y que se iba armar un escándalo, hasta que finalmente un joven de manera descarada le dio a Lan WangJi un cuenco de vino.

Wei WuXian volteó a ver el joven, de hecho, no parecía manga cortada, ambos no entendían nada, pero Wei WuXian se la quitó sabiendo que él no tomaba y comenzando el con la tarea.

El joven los observó desde lejos, frunciendo el ceño.

—Dice el joven maestro que el vino era para la señorita... — le dijo la joven mesera mientras Wei WuXian escupió el vino.

¿Miraban a Lan WangJi como una chica? ¿si era así que tan hermosa les parecía?

No, no era momento para pensar en esas tonterías, lo único que sabia es que tenía respuestas de todas las cosas desde que entró a ese restaurante.

—Por favor dile a ese joven maestro que es mi prometida y que deje de fastidiar si no quiere que le rompa las piernas... — Wei WuXian dijo con orgullo y solo provocó otro sonrojo de parte de Lan WangJi.

De hecho, eso le daba una idea, se puso de pie sentándose a la par de él, increíblemente cerca, tomándolo de la cintura con posesión.

No quería verlo a los ojos y fingir que no sabía lo que hacía.

—Es solo... para que quede claro y que deje de fastidiarte... — dijo completamente sonrojado.

—Mn... — cuando fueron a llevar la comida no se separaron en ningún momento, incluso Wei WuXian aprovechó para darle el primer bocado disimulando con que sería lo más picante que haya probado jamás.

SusurrosWhere stories live. Discover now