Susurros

8. Trampa

''A pesar de todo lo que digas es un peligro''

''¿Por qué no lo matamos primero?''

Lan WangJi había estado escuchando que debería de adelantarse y matar a Wen Chao antes de que todo esto llegue a mayores. No era porque subestimaba a la secta Yummeng Jiang, sino porque le preocupaba su amado.

Después de todas las cosas malas que han sucedido existía la posibilidad de que él sea tratado peor que los demás.

''Acabemos con él, y espero que nadie más se dé cuenta''

Lan WangJi se vistió de negro para confundirse con la noche, quitándose la cinta de la frente y dejándola bien guardada por allí para que nadie pudiera reconocerlo. Después de todo se fundía ante la energía resentida, confundiéndose en la oscuridad. Era una criatura maligna de la noche.

Wen Chao era transportado en carruaje al principio junto con su mujer, pero ella se había adelantado para hablar primero con los Jiang.

Lan Zhan ocultó toda su presencia para seguirlos de largo, esperando a que se detuvieran.

Se detuvieron en medio del bosque, para hacer que el durmiera cómodamente. Lan WangJi siempre ha sabido que Wen Chao es un bueno para nada, pero jamás pensó que los demás hicieran todo. No era más que un bulto que el único motivo que valía su respeto era solo y únicamente por ser hijo de Wen Rouhan.

Si había matado a Wen Xu, ese inútil no sería ningún obstáculo.

Esperó a que todos se durmieran para aparecer de repente con hilos llenos de energía espiritual pero invisibles, tan silenciosos como una sombra que hasta que pudieran reaccionar ya estaban muertos.

No eran lo suficientemente rápidos como para darse cuenta que alguien los escuchaba.

Pero algunos eran más agiles que otros, simplemente retrocedieron, haciendo ruido y escucharon el gruñido de Wen Chao, iban a decirle la verdad cuando fueron ahorcados por energía resentida, incluso haciéndolos levantarse en al aire antes de finalmente caer al suelo sin cabeza.

Ese ruido fue lo que alertó a Wen Chao, quien al sentir a ese cuerpo caer al suelo de repente se volteó poniéndose de pie.

—¡Ustedes son unos inútiles! — les gritó, pero su tono tenía miedo.

—Solo un poco menos que tu... — escuchó, Lan WangJi ya no tenía interés en continuar ocultándose, el solo ya no era nada. No era más que la suciedad en la suela de su zapato.

Wen Chao no podía creer lo que miraba, estaba seguro que era un demonio que por algún motivo tomó la apariencia de Lan WangJi, porque lo que observaba era surrealista.

—¡Ahora acabaré con tu secta de una vez por todas! — Lan WangJi sonrió con una sonrisa malvada, eso fue más perturbador que todo lo demás, tenía maneras de matarlo, pero se le ocurrió una más sensata.

Sus ojos se tornaron rojos.

—Ustedes también odian al inútil ese por ser un bueno para nada ¿no? — los cadáveres comenzaron a moverse y ahora si Wen Chao retrocedió. ¿Qué pesadilla era esta? — les daré la oportunidad de que acaben con él, solo no dejen nada...

Los cadáveres se pusieron de pie, de manera errática por las heridas, algunos no tenían piernas y otros cabezas, pero aun así se levantaron haciendo un espectáculo grotesco, solo siendo alumbrado por la luz de la luna.

Wen Chao retrocedió, pero fue inútil, comenzaron a morderlo hasta que finalmente sus gritos desaparecieron, tal y como había dicho Lan WangJi no pensaban dejar anda. Hasta que de repente fue interceptada su espalda por alguien.