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Sábado 23/3/24
Gabriella
Bajé rápido no quería hacer esperar a María, divisé su coche y corrí a subirme.
- Hola preciosa — Dijo María sonriendo, siempre era un amor. - Holita — Dije poniéndome el cinturón. - ¿Nerviosa? — Dijo empezando a conducir. - Bastante — Dije. - Eso será por el guapo de tu compi — Dijo subiendo y bajando las cejas. - ¿No te he contado lo gilipollas que fue conmigo? — Dije mirándola asqueada. - Ay, no — Dijo poniendo cara de preocupación. - Con decirte que me llamo "niñita de papá"
Maria rio levemente "¿Ah, si?" Dijo. "A lo mejor le gustas".
- ¿Eh? — Le puse mi peor cara de asco — Antes le pego un tiro te lo juro.
Está río y siguió conduciendo en silencio.
Llegamos al estudio donde se haría la sesión de fotos. María aparco, bajamos del coche y entramos.
- Buenas — Dije al entrar. - ¡Hola, linda! — Dijo una mujer de cabello oscuro y acento argentino, tendría unos 30 años, era muy guapa — Soy Rosario. Acompañame y empezamos. - Si, claro — Dije sonriente.
Rosario me guió por un pasillo y me llevó a un camerino donde estaba todo el set de maquillaje. Vi sentado en un sillón a Lamine, que levantó la vista en cuanto entramos.
- Vale, acá te dejo. Ya podéis comenzar a maquillarlos a los dos. Mientras vamos a ir preparando todo, ¿okey?
Yo asentí y me senté en una silla para que empezaran a maquillarme. Estuve bastante entretenida, los estilistas eran majísimos y estuve charlando con ellos. Por parte de Lamine no gesticuló ni una palabra.
Antes de que acabasen de maquillarme eché una foto para después subir a Instagram.
Me hicieron un maquillaje bastante natural y sencillo, cosa que me gustaba como me quedaba.
- Pues ya estáis listos chicos — Dijo un chico que se presentó como Marcos. Nos levantamos y nos dirigimos donde se daría la sesión.
- Comenzaremos contigo Lamine, Gabriella tu puedes sentarte en el sillón que hay por ahí. - Okey — Me senté en el sillón que me dijo el fotógrafo a esperar que le hicieran la sesión a Lamine.
Me paré a ver cómo fotografiaban a Lamine disimuladamente, no quería que me viese y se pensase cosas raras. La verdad que era guapo y él lo sabía por la forma en que sonreía o posaba. Y sin querer nuestras miradas se cruzaron un segundo, este me guiñó un ojo, yo sonreí falsamente y puse mi mirada en mi teléfono.
