¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sábado 20/7/24
Lamine
- ¡Corre, que no llegamos! — Dije con las maletas corriendo por todo el aeropuerto buscando la puerta de embarque.
Al girarme no pude evitar reír.
Gabriella estaba bastante lejos mía, cargando su maletas y al intentar correr gracias a que su equipaje le daba en la espinilla iba tropezándose.
- ¡Que no puedo correr más! — Dijo para intentar seguir corriendo. - Ya veo — Comencé a carcajear.
Está me puso una cara de asco enorme, cosa que me hizo reír tres veces más.
- ¡Que no llegamos tonto del culo! — Dijo pegándome una colleja y ahí reaccioné.
Ibamos de camino a Grecia.
Llegábamos tardísimo al embarque y ni siquiera estábamos en la puerta correcta.
- ¡Esta, esta! — Dijo Gabriella señalando en dirección a la puerta 19B. - Mira — Dije riendo — Mi dorsal. - ¿Tú eres tonto? — Dijo esta estresada — ¿Quieres andar? — Empezó a intentar correr de nuevo y mi risa volvió también. - No te estreses, cariño — Dije para seguirla.
(...)
- Nunca había estado en "first class" — Dijo emocionada. - Yo sí, pobre — Dije haciéndome el chulo, sacándole la lengua. - Cállate, que me gasté un dineral en la pulserita que llevas — Dijo cruzándose de brazos — A ver qué me regalas tú por mi cumpleaños. - Ya ves, mi loca — Dije dándole un abrazo — Te regalaré todo mi amor y cariño. - Estúpido — Dijo para girarse a mirar hacia la ventana.
Me detuve a admirarla.
Su cara era literalmente perfecta; su nariz ni muy recta ni muy respingada; una barbilla que todas las chicas podrían envidiarle; unas pestañas preciosas, largas y voluminosas; y por no hablar de esos ojos color miel que me tenían loco.
Toda ella era lo que buscaba.
Una mujer que me entendiese, y me queriese fuera de todo, del dinero, de la fama...
Era la mujer de mi vida.
Y estaba loco por ella, de los pies a la cabeza.
- Te doy una foto o qué — Dijo girándose. - Nah, prefiero mirarte — Dije para arcarme a darle un suave beso. - Eso lo dijiste la primera vez — Dijo sonriendo emocionada. - ¿La primera vez? — Dije extrañado. - Bueno, cuando me empezaste a caer bien — Dijo explicándose — Aquella vez en el taxi — Comencé a recordar — Dijiste lo mismo. - Porque es verdad — Dije levantándo los hombros — ¿Para que querría una foto tendiéndote en frente?
