Snape espía doble y Aberforth alcahuete

9 0 0
                                    


Sentados en la mesa de Hufflepuff, una vez las hubo reorganizado McGonagall para que la gente se sentara donde quisiera, los amigos combinados del ED y el comando Hufflepuff charlaban animadamente sobre las anécdotas más destacables de un combate olvidable.

"¿¡Os podéis creer que Snape era un espía doble que estaba enamorado de la madre de Harry!?" exclamó Susan, quien no terminaba de superarlo.

"¡No!" negaba Hannah, igualmente en shock.

"¡Qué fuerte!" dijo Seamus.

"Ya te digo," asintió Dean.

"¡Me parece tan trágico!" suspiró Luna. "Aunque me alegra saber que no asesinó al Profesor Dumbledore de mala fe, sino por obligación y compromiso. Y se quedó en el colegio para protegernos. Fue todo un caballero. Lamento sinceramente su muerte."

"Yo... no sé si lo lamento, pero reconozco que fue una actuación impecable," dijo Seamus. "Y nosotros pensando que nos odiaba a todos, qué cosas. Y Harry pensando que lo odiaba a muerte, siempre buscándole las cosquillas, siempre vigilándolo... ¡Tíos! ¡Que una cosa es que lo protejas, pero lo de Snape con Harry era fijación!"

"La madre de Harry..." Neville meneó la cabeza con incredulidad mientras acariciaba inconscientemente la espada de Gryffindor que había dejado sobre la mesa. "Esto explica tantas cosas. Quizá por eso castigaba tanto a Harry en sexto curso. Para pasar más tiempo con él a solas. Seguro que al mirarle le recordaba a su madre."

"Tú flipas, ¿no?" se alarmó Seamus.

"Tiene sentido," asintió Ernie.

"¡Pero si se odiaban!" murmuró Hannah.

"Amor, odio, celos de su padre... Es una línea muy fina. Seguro que algo de su madre veía en él," argumentó Susan, y todos asintieron, todavía perplejos por la revelación.

"Pero entonces, ¿de quién era al final la Varita de Saúco?" preguntó Ernie.

"De Draco Malfoy, ¿no?" comentó Michael Corner, sentado junto a Cho Chang, Goldstein y Boot.

"Que no, que no, que es de Harry. Él desarmó a Draco en su propia casa, así que tanto la varita de Draco como la de Voldemort le pertenecían," explicó Luna.

"Espera, espera, entonces, ¿¡Harry ha estado todo este tiempo luchando con la varita de Malfoy!?" se asombró Ernie. "Qué asco. Yo la habría cambiado por otra."

"La varita robada a un enemigo por superioridad mágica obedece mejor que ninguna," explicó Dean.

"Lo sé, pero aún así yo luego habría robado otra," insistió Ernie.

"¡Qué dices! Con lo mucho que se odian, tanto más potente será la magia que haga con ella," comentó Seamus, mirando hacia la mesa de Slytherin, donde los tres Malfoy, padres e hijo, descansaban reunidos al margen del resto. Nadie les hacía caso, ni para bien ni para mal.

"Yo no creo que se odien tanto," dijo Luna.

"Draco intentó hacerse amigo suyo el primer día de colegio, pero Harry eligió a Ron," recordó Neville. "Y Harry parecía obsesionado con cada movimiento de Draco el curso pasado."

"Tienen una relación rarita," asintió Susan.

"Vosotras veis cosas raras por todas partes," se burló Seamus.

"Sí, ya, pero somos muy observadoras y te digo yo que Draco a menudo mira a Harry como tú miras a Dean," le devolvió Susan resabida.

"Tocado y hundido," sonrió Neville, dando un codazo a Seamus, quien se había puesto colorado como un tomate, para disfrute de Dean. "Chicos, no sé vosotros, pero yo me muero de hambre."

¡Hufflepuff resiste!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora