¡Hufflepuff resiste!

Los invitados

En la puerta del Caldero hay un cartel que indica:

CERRADO POR EVENTO PRIVADO
SOLO ACCESO CON INVITACIÓN

La lista de invitados la elaboramos entre Hannah y yo, y ella se encargó de hechizarlas para que sólo aquellos con una invitación pudieran entrar esta noche. Llevo la mía en el bolsillo: una octavilla con mi nombre tanto en la parte nominal, como en la descripción del evento principal: Justin & The Wizards of Swing, en concierto. Abro la puerta con determinación.

Son las 19:20 y sólo está Hannah detrás de la barra, preparando las jarras en fila para ir sirviendo las bebidas con mayor rapidez. Veo que ha dejado las mesas y sillas amontonadas en un rincón de la taberna, como le pedí. Al verme se echa a reír y sale a abrazarme.

"¿Cómo te sientes? ¿Nervioso?"

"Ni te lo imaginas."

Ella es la única de nuestro círculo que conoce mis intenciones. Privilegios de mejor amiga.

"Y tú, ¿cómo lo llevas?"

Hannah se encoge de hombros, mientras sirve dos cervezas de mantequilla.

"Vas a echar esto de menos," le digo. Y no es una pregunta.

"No lo sé. A ratos, quizá. Todavía no me hago a la idea. Pero me siento muy, muy ilusionada, Justin. Creo que esta noche me ayudará a cerrar página como se merece," dice mientras brindamos.

Hannah se ha presentado al puesto de enfermera en Hogwarts como sucesora de Madame Pomfrey. Pomfrey se resiste a jubilarse, así que seguramente comenzará como ayudante. Al parecer, ambas ya trabajaron juntas durante la resistencia de Hogwarts en séptimo curso. Lleva mucho tiempo preparándose y, por fin, ha llegado la hora de regresar a Hogwarts para estar junto a su marido, el profesor Longbottom.

Neville Longbottom, nuestro Hufflepuff honorario, después de liderar la rebelión en Hogwarts y cargarse a la serpiente mascota de Quien-tú-sabes, comenzó su carrera como auror, pero pronto la abandonó para dedicarse a la enseñanza. Preparó sus oposiciones en este mismo local, y finalmente accedió al puesto de profesor de Herbología como digno sucesor de Madame Sprout, la jefa de nuestra casa. En mi opinión, nadie mejor que Neville para ocupar ese puesto.

Hasta ahora, Hannah y Neville han vivido en el piso de arriba del Caldero, donde hay varias habitaciones que se alquilan por horas o por noches, y en las que más de una pareja de amigos nos hemos dejado caer muertos en madrugadas de fiesta prolongada. Que Neville viva en un lugar semejante parece que gusta mucho entre sus alumnos, ya que rubrica su imagen de profe rebelde y molón.

Como invocado por mis pensamientos, el rey de Roma aparece por el acceso al Callejón Diagón, tan guapo como siempre. El que una vez fuera el patito feo de Gryffindor ha dado un cambiazo espectacular con el paso de los años. Está hecho un Adonis.

"¡Hola, cariño! ¡Ey, Justin! ¿De qué vas disfrazado?"

"Mark Knopfler, Alchemy 1983."

"Ah..." sonríe educadamente Neville, mirando de reojo a Hannah, quien se echa a reír otra vez.

Tras darle un beso prolongado a Hannah, Neville se sirve él mismo una cerveza de mantequilla bien fresquita.

"Me encantan los viernes," comenta feliz, alza la jarra a modo de brindis, y pega un buen trago.

"A partir de ahora tendremos que volver a reunirnos en Las tres escobas," sonríe Hannah con nostalgia, recostándose contra él. Neville la rodea con un brazo y me mira.