Cartas a una diosa

Prólogo

Diosa Astrea.

Hoy, al despertar, mi primer pensamiento ha sido para ti. Es difícil encontrar las palabras adecuadas para describir lo que siento, pero haré mi mejor esfuerzo.

Tu belleza, Astrea, es como un rayo de sol que ilumina incluso los días más oscuros. Cada vez que te veo, mi corazón se acelera y se llena de una calidez indescriptible. Tus ojos, ese espejo profundo de tu alma, brillan con una luz que me hipnotiza y me transporta a un mundo donde todo es posible.

Tu sonrisa, tan auténtica y radiante, tiene el poder de alegrar mi día, sin importar las dificultades que enfrente. Es como si cada una de tus risas fuera una melodía que quisiera escuchar una y otra vez, una sinfonía que me llena de paz y felicidad.

Hoy quiero desearte un día maravilloso, lleno de momentos que te hagan sonreír y sentirte querida. Deseo que cada paso que des esté rodeado de la misma belleza y bondad que tú irradias.

Espero que algún día, con la valentía de quien ama sin reservas, pueda confesarte todo esto en persona. Que llegue ese momento en que pueda mirarte a los ojos y decirte cuánto significas para mí, sin temor a ser rechazado, con la esperanza de que puedas sentir lo mismo.

Hasta entonces, seguiré admirándote en silencio, esperando el día en que nuestros caminos se crucen de una manera que no pueda ser ignorada.

Con todo mi amor.

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A la sala de su hogar entró cierta pelirroja lista para comenzar su día.

Pero al ver al los alrededores vio que no estaba sola, pudo ver como sentada en un sofá estaba su diosa leyendo una carta.

La pelirroja sonrió con diversión al ver eso y se acercó lentamente a su diosa.

-¿Es otra carta de ese chico misterioso? -pregunto curiosa aunque ya sabía la respuesta.

Astrea al escuchar la voz de la capitana de su familia dejó la carta a un lado y volteo a ver a la pelirroja con una leve sonrisa.

-si......otra vez estaba en el correo esta mañana -respondio Astrea viendo de reojo la carta.

-jeje vaya Astrea-sama, de verdad trae loco a esa persona -rio Alise sentándose junto a su diosa la cual solo sonrió un poco avergonzada-. ¿Cuantas cartas ha recibido? ¿Ocho?.

-diez......diez cartas -susurro sintiendo una rara calidez.

El chico misterioso enamorado de Astrea.

Desde hace dos meses algo muy curioso empezó a suceder en la sede de la familia Astrea, un suceso el cual puso patas arriba a dicha familia.

Un día repentinamente Neze encontró una carta en el buzón de correos que tenían fuera de la sede, una carta la cual iba dirigida a su diosa así que sin más se la dio pensando que era alguna invitación a alguna fiesta.

Pero grande fue la sorpresa para toda la familia y más para Astrea al ver que esa carta no era una carta cualquiera.

Era una carta de amor......

Ese día se armo una grande en la sede no pudiendo creer eso.....

Y mucho más Astrea la cual leía una y otra vez cada párrafo los cuales tenían palabras de amor dirigidas hacia ella, palabras muy dulces diciendo lo mucho que la amaba.

Al principio se sintió incómoda por ello.....a pesar que llevaba milenios de existencia era la primera vez que alguien le escribía una carta confesando su amor, era raro que alguien que no conocía le dijera todas esas dulces palabras por medio de un papel y un lápiz.