Capítulo 11:Conejo triste

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Por los pasillos de la sede de la familia Astrea iba caminando cierta bella oriental ya vestida después de haberse dado una ducha yendo a la sala para relajarse un poco.

-al fin en casa -pensó Kaguya viendo por la ventana como el sol ya iluminaba la ciudad.

La noche anterior ella y su familia habían regresado de esa misión la cual por fortuna no fue complicada llegando a la superficie en dos días justo como pensaba.

-me pregunto si ese tonto estuvo practicando el baile, si no lo hizo que se de por muerto -pensó ya teniendo el plan de ir a la mansión Chimenea después de desayunar-. ¿Uh?.

Aunque en eso observo curiosa por la ventana como su diosa caminaba hacia el correo.

-es cierto, hoy es lunes -pensó olvidándose por completo que ese día llegaba otra carta del chico misterioso-. Da igual, de seguro ni lo hubiera visto poner esa carta.

Kaguya estaba a punto de seguir su camino a la sala pero vio curiosa como su diosa cerró el correo y camino otra vez hacia la sede con una expresión triste.

Y lo que la sorprendió fue que no llevaba un sobre como siempre en sus manos.

-¿Eh? ¿Me perdí de algo? -pensó la oriental sorprendida.

La puerta principal fue abierta y Astrea entró con una expresión desanimada encontrandose con su hija en el pasillo.

-Kaguya.....buenos días -saludo la diosa sonriendo levemente.

-buenos días Astrea-sama -devolvió el saludo aun extrañada-. Por cierto.......¿Y su carta?.

Hacer esa pregunta fue como enterrar más una estaca en el corazón de la diosa la cual quiso ocultar su tristeza pero le era difícil, muy difícil.

-.....hoy no hubo una carta...... -susurro bajando la mirada.

-Astrea-sama......

-¡Pero no hay problema! -he inmediatamente sonrió no queriendo preocuparla-. Q‐Quizás él tenía algo que hacer y no pudo mandar una carta......esa quizas sea la razón.

-si......es probable.....

-b‐bueno, iré a preparar el desayuno, dentro de treinta minutos pueden ir al comedor.

Y con eso dicho Astrea le dio la espalda a la oriental y se alejo de ella en dirección a la cocina.

-.......

Mientras Kaguya se quedó de pie en ese pasillo observándola alejarse con un mal sabor se boca.

No sabía porque pero por alguna extraña razón se sentía culpable de lo sucedido.

Pero no lo entendía ¿Que fue lo que sucedió para que no haya llegado una carta?.

-hay algo que se me esta escapando -susurro llevando un dedo a su barbilla.

Ahora con más razón iría a la mansion Chimenea y averiguar que era lo que estaba pasando.

Ya que Bell seguía siendo su único sospechoso iría a investigarlo y ver si había cambiado algo.

Solo estuvo dos días en el calabozo y las cosas estaban así.

-si Bell sigue comportándose igual que siempre mis sospechas de que él es el chico misterioso se verán reducidas -susurro un poco frustrada-. Maldición, se me están acabando los sospechosos.

-buenos días Kaguya.

-buenos días Lion.

La oriental devolvió el saludo en el momento en que la elfa pasó a un lado la cual se detuvo frente a ella.

Cartas a una diosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora