Por las calles de Orario cierto conejo enamorado caminaba a paso tranquilo con una bolsa de valis en sus manos.
Su objetivo....
La tienda de instrumentos musicales....
Si....
El tímido y nervioso Bell había decidido empezar a componer canciones.
-creo que una guitarra me vendría muy bien, soy muy bueno con ella -pensó Bell no muy seguro.
El conejo ya tenia habilidad para tocar una guitarra ya que su abuelo le enseñó a como usarla en el pasado y no era por presumir pero sabía tocar muy bien, estuvo practicando por muchos años pudiendo mejorar muy bien sus habilidades.
Y además aunque el decía que no por vergüenza pero su abuelo siempre le decía que tenía una buena voz para cantar diciéndole que sería su arma para conquistar a tantas mujeres.
"Escuchame nieto mio, un hombre con guitarra siempre atraerá a las mujeres, tenlo en mente".
Esa era una de las tantas sabias palabras que le decía años atrás.
-lo dudo mucho pero vale la pena intentarlo, además que me siento emocionado, tengo mucho tiempo de no tocar una guitarra -pensó ansioso deteniéndose frente a una tienda de instrumentos musicales.
Si hubiera tenido una guitarra cuando aun no había conocido a Hestia probablemente se hubiera dedicado a tocar música en las calles pidiendo dinero, hubiera sido un buen comienzo pero como no tenía guitarra tuvo que robarle a la diosa Astrea.
Aun se sentía avergonzado por ello pero gracias a esa mala acción pudo conocerla.
-bien, vamos haya.
Y con esos pensamientos entro a la tienda.
Aunque no fue iniciativa de él comprar una guitarra pero cuando Welf se entero que tenía esa habilidad le ordenó ir a comprar una diciéndole que escribirian juntos una canción cuando sea el momento de confesarse directamente a la diosa Astrea.
Honestamente Bell no estaba seguro de ello sintiendo que en otras realidades no salió bien pero dado que estaba ansioso por tener una guitarra en sus manos pues acepto.
-ahora mi arma no será la daga si no la guitarra -pensó Bell ya dentro de la tienda viendo una gran cantidad de instrumentos-. Mataré a los monstruos con mi música.
La imagen de Bell tocando la guitarra mientras las cabezas de los monstruos explotaban por el sonido llegó a su mente, algo raro pero aun así lo imagino.
-bien, vamos.
Y así el conejo empezó a buscar en la tienda su nuevo compañero, en este caso la guitarra.
Mientras en otra parte de Orario.
Por los tejados cierta bella oriental caminaba tranquilamente observando a las personas caminar y hacer su vida.
Kaguya estaba patrullando.
Dado que la ciudad estaba en una gran paz que no se había visto en años pues la familia Astrea había decidido patrullar individualmente por las calles, de esa manera abarcarian más espacio.
A Kaguya le gusto esa idea ya que así no tendría que estar lidiando con las quejas de Ryuu cuando hacía algo cuestionable, era más tranquilo para ella patrullar sola.
-no hay nada interesante -pensó aburrida deteniéndose en un tejado y sentarse en el para seguir observando a la gente caminar-. Sería más entretenido seguir mi investigación.
Su investigación era "Descubrir el secreto del conejo".
Ya habian pasado dos días desde la alianza entre la familia Astrea y Hestia donde Kaguya pudo ver la rara cercanía entre su diosa y el capitán de su nueva familia aliada.
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Cartas a una diosa
FanfictionAstrea a estado recibiendo cartas de amor de una persona misteriosa así que las chicas de su familia se verán en la tarea de averiguar quien es esa persona que esta interesada en su Diosa.