Cartas a una diosa

Capítulo 5:Malentendidos.

Nos encontramos en la sede de la familia Astrea donde todas las chicas justicieras estaban comenzando un nuevo día.

Y en el comedor estaba dos chicas observando de reojo a su diosa con un toque de preocupación.

Ellas eran Noin y Asta.

—¿Que le sucede a Astrea-sama? —pregunto Noin en un susurro viendo a su diosa cocinar.

—no lo se pero me empiezo a preocupar —susurro Asta viendo con preocupación a su diosa.

Probablemente muchos pensarían que se estaban preocupando por nada ya que lo único que estaba haciendo Astrea era preparar el desayuno para todas sus hijas como todas las mañanas, nada de que preocuparse.

Pero el motivo de su preocupación estaba en su manera de actuar.

Normalmente Astrea siempre cocinaba con una bella sonrisa en su rostro mientras tarareaba una canción sintiéndose un ambiente agradable a su alrededor.

Pero ahora era distinto.....

Ahora solo cargaba una expresión apagada preparando el desayuno y no estaba tarareando una canción, solo se mantenía en silenció.

Y ese ambiente agradable a su alrededor no estaba.

Obviamente sus hijas se preocuparian.

—definitivamente sucede algo —dijo Noin con sospecha.

—ayer en la noche la senti un poco diferente pero ahora se nota mucho más su desánimo —susurro Asta no gustándole ver a Astrea asi—. ¿Que crees que le haya sucedido?.

—¿No es obvio? ¿Cuál ha sido el motivo de su felicidad estas últimas semanas?.

Ambas chicas se voltearon a ver entre ellas y entrecerraron los ojos.

—el chico de las cartas —susurraron las dos al mismo tiempo.

—lo sabía, sabía que ese chico la terminaría lastimando —susurro Noin con enojo.

—pero mañana es lunes y las cartas las recibe todos los lunes, no creo que sea por él.......creo —dijo la enana no muy segura.

—entonces dime genio ¿Que más puede poner a Astrea-sama en ese estado? Exacto, nada, sospecho que tiene que tener relación con él —dijo volviendo a entrecerrar sus ojos.

—¿Pero el que? No creo que Astrea-sama nos diga algo.

—¡ALOHA!.

—¡AAAAH!.

Ambas chicas gritaron del susto al escuchar un grito a sus espaldas dándose la vuelta viendo que era su animada capitana.

—¡Alise! —gritaron las dos enojadas.

—¡Esa soy yo! ¡Su increíble y perfecta capita........!.

Las palabras de la pelirroja se vieron cortadas ya que un vaso salio volando y la golpeo en la cabeza.

—auch —se quejo.

Las tres dirigieron su mirada a la persona que les tiro el vaso viendo que era Astrea la cual tenia una expresión seria.

—por favor chicas, no hagan mucho ruido, estoy cocinando —pidió Astrea con una voz suave.

Aunque hablo suave y amable las tres sintieron un poco de miedo.

—ya no hablaremos —prometieron las tres dando un paso hacia atrás.

Astrea al escuchar eso volvió su atención a la cocina para seguir cocinando.