CAPÍTULO 14

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AY HOLAAAA JSKJAKDJAKJA, andamos reviviendo, disculpen la demora, soy una hermana luchona,  y estudio como si fuera mi chamba, perdón si me tardo mucho en darles los capítulos bebés, este no es tan largo, pero le intente meter de todo. 

Así que, disfrutenlo. 


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Encanto maldito.

Uda no pudo dormir ni esa, ni las siguientes noches, daba vueltas en la cama, no por el beso, sino pensando en que ella y él no podrían estar solos contra el Mortal Cage y contra la mafia Italiana. Uda sabía los alcances de su ex prometido, Antoni no iba a quedarse de brazos cruzados mientras Christopher la tenía a su lado, no era amor, era obsesión.

Christopher por su lado seguía con la cabeza caliente, tenía una erección insoportable, estaba cabreado porque la pequeña interacción con la rubia lo había puesto mal, ¿por qué estaba excitado? ¿Por qué no dejaba de pensar en los ojos almendrados que parecían malditos? Y lo que más rabia le causaba era que se estaba tocando con el mero recuerdo.

Los Morgan eran herencia de la lujuria, pues ellos no se cohíben de los accesos carnales, Christopher era el más cabrón de su generación, Alex odiaba que su propio hijo liberara a todos los demonios que representaban todo lo malo, solo que ahí estaba el detalle. Morgan estaba rompiendo sus propias reglas.

El orgullo era algo que no se debatía con él, por alguna manera si otra mujer lo hubiera abofeteado, él no habría pensado en botarla en esa carretera, o colgar su cabeza para después ir a la FEMF, pero no. Todo lo contrario, no solo se le había endurecido la polla con el bofetón sino que tenía unas ganas irreconocibles de volverla a besar.

Uda tenía algo, un imán magnético invisible de la misma magnitud de Christopher. Eran parecidos, casi que iguales en ciertas cosas. No solo era preciosa a ojos de Morgan, no solo tenía curvas y un físico que no lucía de este mundo, sino que Uda tenía un nivel de inteligencia demasiado llamativo para la edad que tenía.

No solo sabía pelear, sino que planeaba de manera cautelosa, precipitada y fría. No era mediocre, pues si lo fuera, no estaría viva. Ante los ojos de Morgan, Uda era su versión femenina, con un aura maldita y oscura. Se veía delicada, pero no lo era.

Uda se levantó rindiéndose con el insomnio, debía hablar con Christopher de la necesidad de alianza con otra persona, era lo más inteligente, ellos eran solo dos, y aunque le ardía tener que pedir auxilio, si querían sobrevivir debían pensar con cabeza fría.

Busco en la misma planta la habitación de Morgan, la luz tenue se reflejaba en la parte baja entre la puerta y el suelo, estaba entreabierta, puso la mano en el pomo de la puerta y dispuesta a abrirla se acercó un poco más.

Pero su cuerpo se heló en ese instante, no por miedo, sino por las respiraciones agitadas de Christopher, eran sonidos guturales, varoniles que la tensaron de pies a cabeza, acercó un poco más la cara y por el reflejo del espejo vió a Morgan subiendo y bajando la mano con rapidez a lo largo de su falo, el televisor estaba encendido y le remarcaba las venas de los brazos, los músculos de la espalda y el culo marcado.

Uda se quedó quieta, un cosquilleo le recorrió la parte baja del abdomen, y pese a que quiso marcharse pues no era del todo bueno verlo así después de lo sucedido hacía varios días en la carretera, sus ojos se pegaron dolorosamente a la imagen placentera de Christopher masturbandose, podía ver como redondeaba la cabeza de su miembro, su pecho subía y bajaba y a ella se le secó la boca.

MORTAL CAGE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora