Respiré profundo antes de abrir la puerta. Habían pasado meses sin tener ningún rastro y de repente, como un cierre perfecto, llegó a buscarme en su auto alquilado. Me negué muchas veces a escribirle, sabiendo que si una persona en este mundo me entendería sería él, pero siempre tuve el miedo al rechazo o al enojo.
Entramos a mi pequeño departamento. Brooklyn era un lugar más caro del que pensaba y aunque el trabajo que me ofreció Oscar pagaba bien ningún sueldo es suficiente para conseguir algo más amplio. Apenas pasó noté su cara de disgusto por el olor a humedad que desprendían las paredes, pero fue lo suficientemente educado para no juzgar.
Canela se acercó para buscar mimos, pero no ganó lo que quería.
- ¿Desde cuándo te gustan los gatos?
El felino pareció entender y se subió a una de las sillas para juzgarlo con sus ojos verdes desde lejos, moviendo su colita naranja y blanca de un lado a otro.
- Es difícil estar sola acá
Mientras servía dos vasos de ron con mucho hielo notaba que tenía su mirada clavada en mí. Y le daba la razón, había cambiado mucho, desde mi forma de vestir más neoyorquina hasta mi pelo rojizo y largo.
- ¿ Cómo me encontraste? - le pregunté pasándole un vaso
- Digamos que Mía me tuvo compasión
Sabía que era cuestión de tiempo hasta que le dijera, a fin de cuentas no podía ocultarme por siempre. Lo abracé sin decir nada y me correspondió, no pude evitar que el maquillaje se me arruinara por las lágrimas.
- Gracias por buscarme
- No podíamos seguir sin saber cómo estabas
Un escalofrío me recorrió la espalda inmediatamente, que hablara en plural me descolocó del momento.
- ¿Él sabe que...?
- No, tranquila, vine solo
Patricio tomó un trago antes de sentarse en mi cama. Yo sabía perfectamente que no iba a escapar del interrogatorio y aunque no tenía todas las respuestas entendía que necesitaba conocer la verdad.
- ¿Qué estuviste haciendo todo éste tiempo? ¿Por qué no mandaste un mensaje aunque sea?
Fue inevitable rememorar esa primera semana , en una ciudad desconocida con una _______ desconocida. Se volvió más difícil de lo que pensé poder adaptarme, en especial por la tristeza y la manera en la que extrañaba a Guido muy en contra de mis deseos.
Recordé cuando fui a conocer mi nuevo estudio. Estaba hecha un desastre, consecuencia de no haber dormirdo bien en días y fumar más de la cuenta. Tomar el bondi en calles que nunca transitaste es complicado, incluso llegué a perder el primero por distraerme al creer que el rubio me estaba viendo en frente, pero solamente se trataba de un estadounidense más.
Cuando llegué me sentí tan fuera de lugar que por el pánico casi salgo corriendo. Estaba en un edificio lujoso, con un espacio amplio para meter hasta una orquesta con todos los recursos que una productora podría necesitar. Contaba con un equipo de trabajo que me ayudaría a adaptarme pero solamente me desentendían cuando intentaba comunicarme con mi limitado inglés conversacional.
Pude conocer a grandes artistas y bandas que se interesaron por comprar mis composiciones pero en el fondo nada se comparaba como colaborar para tres hermanos que conocía hace años. Todas las grandes cosas que estaba logrando no podían llenar el vacío que sentía en mi corazón.
Por las noches iba a un cine que quedaba cerca de mi departamento, en las funciones de matné pasaban clásicos de los ochenta por un precio muy accesible y aunque me ayudaba a distraerme de mi soledad no dejaba de pensar en que ví por primera vez esas películas con Guido al lado mío y en cómo le hubiese gustado compartir momentos así.
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guilty as sin? Guido Sardelli - Temp. 2 Saga SUPERSTAR
Hayran KurguYo persisto y resisto la tentación de preguntarte si una cosa hubiera sido diferente ¿sería todo diferente hoy?