Capítulo 6

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Llegó el tan preciado día de mi graduación, en el que, lo celebramos como nunca: con puro alcohol y música a todo volumen. Convertimos la universidad en una gran discoteca. Pero... Yo no puedo decir lo mismo.

Se que, para muchos, la graduación es el fin de una era de estrés o felicidad, pero para mí, no era más que un día más. Muchos gritaban de felicidad mientras yo me sentía vacío por dentro, se podría decir, que estaba deprimido. ¿Por qué? Ni yo lo sé.

Tarde años en saberlo. No hubiera tardado tanto si me hubiera enfocado en deducir mejor aquel sentimiento, de felicidad sobresaliente y voraz, el día que me case con la mujer de mis sueños, Judo. Y también el día en que nació mi hija, Judy. Eran sentimientos increíbles que me hicieron olvidar el vacío.

Lástima que fui un completo pendejo, y nuevamente caí en lo mismo. Entonces entendí que el verdadero problema, era yo, yo y mi estúpida decisión al entrar en aquel colegio y en aquella universidad. No tenía un sueño claro, pero a estas alturas, veo y entiendo lo importante que es tener uno.

Me he convertido en un chillón que busca cambiar algo imposible, el pasado. Pero gracias a ti, y a tu estúpido comportamiento en el lugar que te encontré, me pude ver a mí mismo. ¿Cómo me refleje en ti? Te preguntaras. Fácil. Después que tomaste la decisión más estúpida, la mas, pero la más estúpida de tu vida: perseguir criminales. Y entiendo que haya sido por la desesperación, pero te enfocaste tanto en ellos, que no te distes cuenta del susto que nos generaste, la preocupación que nos obligó a tomar nuestros autos y empezar a buscarte por toda la bendita ciudad. Mackenzie, Bingo, y Honey, estaban entre la furia y la desesperación, sobre todo Mackenzie y Bingo, quienes fueron los que más persistieron y se retractaron a dejar de buscarte.

No sé cómo diablos pasó, o quien le contó, pero la peor parte se la llevo Bluey. Según cuenta las enfermeras, estaba dormida plácidamente, hasta que, de pronto, empezó a delirar: decía cosas como que "algo malo está pasando", "que la necesitan en casa inmediatamente". La preocupación fue tan grande que sus padres dejaron la búsqueda y acudieron a ella solo para encontrarse con su hija desbordada en lágrimas.

No te imaginas como preguntaba a llantos por sus hijos y por ti. Incluso, estaba forcejeando para arrancarse el suero y levantarse de la camilla. Era como si hubiera tenido el presentimiento de lo que sucedió y debido a como se comportó, puedo decir que fue sumamente intenso.

Cuando te encontré, todo el mundo se relajó al fin. Bluey dejó de llorar y esperó, con mucha impaciencia, a que respondieras sus llamadas.

Fue entonces que vi cómo la gente se preocupaba por ti y cuando me dijiste "¿Importa?", fue la gota que derramó el vaso y pensé. "Eres un egoísta de mierda" y lo peor de todo, es que soy igual.

Algo similar había pasado conmigo, o bueno, no. La vez que explote en ira, reclamando por todo lo que me estaba pasando en la universidad, fue uno de esos días en el que me arrepiento de haber mandado al diablo a todos ustedes, quienes me apoyaron. Y, aun así, se tomaron la molestia de acompañarme en mis penas, de aconsejarme, de motivarme de nuevo a levantarme y volver a intentarlo. Fue un acto noble y recién me doy cuenta de aquello, al igual que muchas otras cosas que no entendía, pero, ahora sí.

Ya no pienso ahogarme en penas, ahora, pienso buscar la felicidad, no solo propia, también las de mis seres más cercanos como mi esposa y mi querida niña.

En este momento, me encuentro planeando una para ir de viaje a explorar el mundo con mi familia, serán pocas eso sí, pero con esas pocas en las que conviviré con ellos, serán las que más apreciare, serán las que más cariño le pondré y a los que más disculpas les pediré, sabes por qué, porque ahora ese es mi sueño. Ser el mejor esposo y padre del mundo.

Sombras Del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora