Capitulo 5

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Para Jean Luc...

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El auto frenó frente a aquella casa, algo descolorida por el paso de los años, pero que lograba mantener ese encanto tan fascinante que me dejó sorprendido la primera vez que lo visité. La casa de los Heelers.

Mis orejas percibían las voces de distintas personas que provenían del patio. Algunas eran familiares, conocidas y otras no lograba detectarlas.

—¿La casa del señor y la señora Heeler? —Mackenzie me vio con una ceja arqueada y una sonrisa plasmada.

—¿Así es como llamas a tus suegros?

—A veces... —Dije algo apenado— ¿Cómo los llamas tu?

—Por sus nombres. —Respondió mientras abría la puerta del auto, yo iba detrás suyo— Los padres de Honey no son tan estrictos ni bravos como parecen.

Me detuve en seco.

—Espera, entonces admites que te asustaba tu suegro.

—¿Que? No. —Respondió—A lo que le temo es a la furia de mi esposa. Que, por cierto —El estruendo de las puertas del auto cerrándose, acompañaron sus palabras—, por si Honey se encuentra aquí, entre tú y yo, renové la licencia antes de tiempo ¿De acuerdo?

—Por supuesto. Solo te costara unos $50 por mi silencio.

—Eso es chantaje, animal. —Dijo rodando los ojos, pero manteniendo esa sonrisa.

Al tocar la puerta, fuimos recibido por Bingo, quien, con una sonrisa vibrante, nos abrazó.

—¡Chicos! que bueno que llegan. —Dijo— Sobre todo tu Pete.

—Jean Luc —Corregí casi rendido.

—Tranquilo Pete, tu identidad está a salvo con nosotros. —Bromeó el collie.

—Oigan, no tengo mucho tiempo. —Les aclare con amabilidad— ¿Para qué me querían aquí?

—Síguenos.

Me arrastraron hasta llegar al patio trasero, lugar en donde el aroma de varios platillos se hiso presente.

—¿Qué es esto? —Pregunté mientras observaba al grupo de personas, cómodas y disfrutando de los pequeños juegos

—¿Acaso estás ciego animal? —Preguntó Mackenzie.

—Es un bingo. —Respondió mi cuñada.

Ante mis ojos, podía observar a varios conocidos: Indy, Jack y su novia Chloe, Coco y su prometido, Winton, quien también viene acompañado de sus hermanos, los terriers; Snicker, Muffing, la siempre nombrada pequeña Socks, Judo y su esposo Lucky al igual que Lila junto con su marido Banjo, y, por último, Missy y Winnie. Todos ellos vendiendo y repartiendo sus postres y bocadillos al resto de las personas. Recaudando hasta el mínimo centavo para la operación.

—Todos están aquí... —Dije con mucha impresión, apreciando con mucho detalle a cada uno de ellos, esforzándose y brindándonos su granito de arena.

—Te dije que no estás solo.

—Escuchamos lo de tu anterior empleo y sabíamos que necesitaríamos más apoyo que nunca. —Comentó Bingo.

Mi corazón se apaciguó, era un golpe tranquilizador que simplemente lo acepté, al punto de sonreír.

—Los Heelers junto con algunos conocidos prepararon todo, yo solo fui el mensajero que esparció la noticia. —Habló el Collie antes de sacar su billetera y sacar unos cuantos billetes— Por cierto, Bingo, dame un ticket para la rifa.

Sombras Del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora