Sabemos que aquel sonido, me refiero el de esa maquinas del hospital, pueden convertirse en una tortura. Lo sabemos.Sabes, también nosotros perdimos algo muy preciado, era tan valioso que tampoco tenemos las fuerzas para poder decirlo, al igual que tú. Incluso se me es doloroso intentar escribirlo, pero aquí voy.
Ya estaba a punto de cumplir 3 meses de embarazo. Dejamos que nuestra ilusión nos guiara y trabajamos en los preparativos para el bebé; Remodelamos algunas habitaciones, compramos juguetes de antemano, teníamos su cuna lista para cuando llegara a este mundo, pero...
No sabemos si así lo quiso el destino o, simplemente, fue mala suerte, pero... había empezado a tener dolores estomacales, no quise esperar y fuimos rápidamente con el doctor para que chequee a mi bebé. "Parece que todo está normal" nos dijo, pero yo no estaba tranquila, al contrario, estaba angustiada.
"Algo no está bien" era un pensamiento que me atrapó todas las mañanas, uno que no me dejaba dormir y me obligaba a verme al espejo todas las noches. "Algo malo va a pasar" pensé
"¿Todo bien ahí adentro?" le preguntaba a mi vientre. No recibía respuesta, más que el silencio absoluto, de un vientre vacío...
Un día, me levante con un horrible dolor en mi abdomen, era tanto el dolor, que gemía con fuerza cada que me movía. Bandit desprendió las cobijas y nos encontramos con una imagen terrible: las sábanas estaban cubiertas de sangre.
"Está pasando"
Mi esposo intentaba calmarme, pero yo no paraba de llorar, estaba destrozada, angustiada, preocupada de lo que hubiera pasado con mi bebé. Todas mis ilusiones, deseos por tener a un hijo, se habían desvanecido.
Las palabras del doctor solo terminaron por quebrantar esa última pizca de esperanza que tenía por pensar que mi bebé todavía estaba bien. Ese día dejé mi paciencia de lado, dejé que el dolor y tristeza me domaran y le grite al doctor por la falsedad de "Todo se ve normal". Me arrepentí de no haber pedido una segunda opinión. Me culpé por la perdida, yo misma me decía que era una asesina. Una maldita, bastarda y nauseabunda, asesina.
No quise comer, no quise beber, no podía dormir, solo quería que el destino haga lo suyo y acabara conmigo de una vez por todas. Al igual que tú.
Se lo difícil y doloroso que son esas situaciones. Pueden pasar días, semanas, meses, hasta años, para que aquella herida se vaya cicatrizando. Lo más difícil es que no importa si termina de cicatrizar, es algo que ya está marcado en tu piel y cada que la veas, no dejaras de recordar aquel dolor.
Sabes que es lo más terrible: es que esas heridas se vuelvan abrir y esta vez no hayan sido por tu culpa, sino porque así lo quiso el destino.
Es injusto, totalmente injusto. Me duele ver a mi hija en el hospital, me asusta pensar que también morirá, me pongo a llorar cada que pienso en que nunca más podré escuchar su voz. En este punto deberíamos haber perdido todo rastro de esperanza, pero, sabes, por alguna extraña razón yo aún la tengo, y se, que tú también la tienes porque te veo continuar luchando.
Me alegra saber que tú eres el esposo de mi hija, siempre demostraste ser un buen hombre, uno que lucha con valentía y persistencia ante grandes tormentas, pero, no siempre uno resistirá. A lo que me refiero es que estas roto, sé que no te has de sentir bien por lo de tus padres y solo quiero que sepas que no eres el único, yo también estoy rota. Pero hay que recomponernos de alguna manera.
Jean Luc, ya lloramos suficiente, es hora de ir al paso 2.
Levántate. Ponte de pie como sueles hacer.
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Sombras Del Pasado
FanficEn un mundo donde las sombras del pasado amenazan con ahogar el presente, Jean Luc lucha por mantener su vida y su familia unida. Tras la trágica muerte de su madre, su existencia se convierte en una montaña rusa de emociones, enfrentándose a la des...