𝖬𝗂 𝗆𝖾𝗃𝗈𝗋 𝗋𝖾𝖼𝗎𝖾𝗋𝖽𝗈 ┊ ʜᴀʀᴜᴋᴀ sᴀᴋᴜʀᴀ

᭕⸙ ᴛᴡᴇʟᴠᴇ ٬٬ ❱

❝Es invisible, pero lo siente;
es silencioso, pero resuena;
es liviano, pero es fuerte...❞

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─ ¡Ryū-chan! ¿Dónde te metiste? ¡Ey! ¡Esto ya no es divertido! ─ Sakura, de pequeño, buscaba a su amiga entre los juegos del parque donde estaban, entre los balancines y los juegos de muelle. ─ ¡Ya sal Ryū-chan!

La pequeña reía dentro del multijuego con temática de castillo encantado, dirigiéndose al tobogán.
Se tapaba la boca para amortiguar el sonido de sus risitas, entonces entró y bajó del tobogán para asustarlo.

Sakura estaba justo frente al tobogán que no percató que Ryūko lo abrazó por atrás, tumbándolo al suelo, luego ella se giró para estar al costado de un bicolor totalmente ruborizado.

─ ¡Ey, se supone que yo debía encontrarte! ─ reclamó Sakura, mirándola.

─ ¿En serio? Lo olvidé. ─ dijo Ryūko entre risas.

─ Bueno, no importa... ─ Sakura se sentó en el suelo. ─ ¿A qué otro juego subimos?

─ Hum...creo que ya estuvimos en casi todos. ─ dijo ella mientras se sienta en el suelo y examina, con la mirada, algún juego infantil restante. ─ ¡Ajá! ¡Falta éste!

Ryūko señaló con su índice un carrusel circular, decorado con arcos de colores. Sakura tragó saliva.

─ ¿Estás segura? ─ preguntó tímido. ─ Nunca subí a uno de esos.

─ Descuida, si pasa algo. Yo te cuidaré.

Inmediatamente el pequeño se ruborizó.

─ ¡N-No necesito que lo hagas! ¡Puedo cuidarme solo!

─ Eso dijiste una vez y tuve que llevarte como si fueses una princesa.

─ ¡Ahh! ¡No me lo recuerdes!

─ Entonces, ven. ─ Ryūko se levantó del suelo y le extendió la mano. ─ Aunque no quieras, siempre te cuidaré.

Sakura suspiró con derrota y le dió la mano, ella le sonrió para luego irse juntos a jugar en el carrusel.
En algo tenía razón, si estaba ella, todo estaría bien.

Porque desde que la conoció, dejó de sentirse solo, se sintió aceptado y podía sonreír como todo niño.

Ryūko hizo girar el carrusel después que Sakura se subiera y cuando el juego comenzó a girar, ella se subió y más tarde comenzaron a divertirse.
El bicolor pidió ir más rápido y Ryūko se lo concedió mientras el viento soplaba a gran velocidad los cabellos de ambos.

Entonces Sakura se giró a ver a su sonriente amiga, si había algo en lo que tenía que ser muy sincero, es que su alegría era contagiosa.

─ ¡Ryū-chan!

─ ¡¿Qué?!

─ ¡Y-Yo...te quiero!

Ella se sorprendió, además de esa frase, el tenue rubor en las mejillas del bicolor. Ryūko se sonrojó y le respondió:

─ ¡Yo también te quiero, Haru-chan!

Yūji llegó en ese momento con tres mochis, los niños se percataron de su presencia que Ryūko detuvo el carrusel arrastrando el suelo con su pie para ir con el adolescente.

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Sakura abrió sus ojos lentamente, mientras pasaba una mano sobre su rostro, para despertarse del todo. Observó su celular y se dió cuenta que el sol recién salía.