Testimonio de la hermana María del Rosario.

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Mi nombre es Maria del Rosario Amaya

Tengo 43 años soy de la provincia de Jujuy. Tengo dos niñas, fui 41 años católicos, la mayor parte de mi familia mis hermanos y mi madre siguen esa religión. Mi esposo viene de una familia evangélica, pero hace años no se congrega, él trabaja en las fuerzas, sufría mucho debido a que mi padre me dejo cuando yo tenía 5 años, soy la mayor de 4 hermanos. Tengo una hermana de 33 años
En mi niñez siempre cargue con los dolores ajenos, me sobrecargaba por todo, era una persona impaciente. Una persona que lo quería todo para ya no entendiendo lo que puedo entender ahora que no es en mi tiempo sino el de Dios. Al ser católica no leía la biblia. Yo tomó pastillas para la presión y al llegar a este pueblito lo hacia con mas fracuencia, pero todo esto también se debe a la tristeza que me daba ver a mi madre sufrir por el proceso de mi hermana. En el camino tuve muchas perdidas familiares, era una persona alocada siempre tenía conflictos con mi esposo, palabras malas hacia mis hijas, terminaba llorando porque sabía que las estaba lastimando. Cuando llegue al lugar donde estoy ahora no asimilaba donde estaba no quería estar acá quería estar con mi madre, pero comprendí que Dios nos pone donde debemos estar él hace las cosas por algo porque si estuviera en el lugar donde nací no estaría con mi esposo. Tenía un carácter muy difícil al contrario de él que es muy pasivo.
Llegó un momento en el que entre en un estado de depresión donde me sentía que no servía y fui al psicólogo porque pensé el problema soy yo, y bueno ustedes saben que él médico por excelencia es Dios el que puede cambiar nuestras vidas solamente es él, fui a dos secciones y dije que sea lo que Dios quiera así sin conocer de Dios y por satisfacer a los demás que no era el problema yo. Un día me dijo mi hija mami va a venir la mamá de una amiga acá a la casa y yo le dije que sí. Ese día vino y me invitó a la iglesia un miércoles no pude ir porque estaba lloviendo y luego me dijo el sábado y pues bien fui y desde el momento que comencé asistir a la iglesia no he falladlo, y todos los días lloraba. Empecé a liberarme, me bauticé para la gloria de Dios. lloraba Dios puso en mi camino hermanas que me dieron palabras que fueron de gran bendición para mi vida. No es fácil, pero para Dios no hay nada imposible. Aprendí a dejar todo en las manos de Dios. Entre a un grupo de WhatsApp Internacional llamado Siervas de Dios donde aprendí muchas cosas y aún sigo aprendiendo de la sabiduría que Dios depositado en las administradoras. Estoy convencida de que Dios es quien nos guía, comencé a orar más a leer la biblia Hoy por hoy tomo todo con tranquilidad siempre pidiéndole a Dios que ponga en mi esa sabiduría para entender su palabra y fortaleza para lo que viene Me siento feliz de poder enseñarle e inculcarle a mis hijas el camino de salvación por la gracia de Dios , estoy aprendiendo a llevar las cosas con calma al igual que las pérdidas de mis seres queridos y reconocer mis errores , fallas y sobre todo a pedir perdón ..

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