-Tienes un fetiche con mi amor, eh.-Tiré al aire.
Estaba tumbada en mi cama mientras acariciaba el sedoso cabello rojo de Sae, quien descansaba su cabeza en mi abdomen. El no lo sabia, pero estaba grabándolo, quería guardar esto solo para mí, quizás utilizarlo en su contra alguna vez.
Se me paró el corazón cuando el levantó su cabeza, atrapandome mientras lo grababa. Su ceño se frunció al instante y agarró mi celular bruscamente, se sentó en la cama yendo a la galería para borrarlo. Me abalance contra el, intentando quitarle mi celular, pero simplemente no podía. La diferencia de fuerza y tamaño era notoria.
-¡Sae, no lo borres!
El hizo caso nulo cuando apretó el botón de borrar. Agarré mi celular y trate de fulminarlo con la mirada, pero el no hizo ni pío. Me crucé de brazos.-Nunca más te voy a acariciar el pelo, te odio.-
-Tampoco es que yo quiera que lo hagas.-
-Está bien. ¡No me hables por el resto del día! ¡Te odio!-
Le grité antes de ponerme de pie y salir de la habitación, cerrando de un portazo la puerta detrás de mi. Dejé a Sae solo en mi cama.
Al otro lado de la puerta, me sentí culpable, pero fue solo una broma, obviamente no estoy enojada con el ni mucho menos lo odio. Decidí dejarlo en claro antes que el pensara otra cosa. Abrí la puerta lentamente, mirando a Sae, quien estaba con una expresión aburrida.
-Sabia que volverías, siempre lo haces.-No, definitivamente lo odio. Cerré nuevamente la puerta, está vez si me enojé. ¿Cómo que siempre vuelvo? Comete mi puño, idiota.
Me senté en el sofá mientras miraba un programa infantil porque dejé el control del televisor en mi habitación y me negaba a ir a buscarlo cuando Sae estaba ahí dentro. También deje mi celular ahí, como una completa tonta.
El salió de mi habitación y me arrojó una tarjeta de crédito en el ojo.-Compra lo que quieras.-
★
Caminar por el centro comercial con Sae cargando mis bolsas de ropa y gastando dinero sin limitaciones era un sueño hecho realidad. Compraba ropa, accesorios, maquillaje y todo sin gastar ni un peso de mi bolsillo.
-¡Mira estás pulseras de Spiderman y Hello Kitty! Las compraré, tu llevarás la de Spiderman, o.. ¿Quieres la de Hello Kitty?-Su cara era oro, debería sacarle una foto.
-¿Nunca te aburres, mujer?-El preguntó con su típica cara de póker. No le respondí, seguía paseando por la tienda de Victoria's Secret, tirando perfumes a mi bolsa.
-Me encanta tu forma de pedir perdón por decirme rogona. Deberías hacerlo otra vez mañana, ¿Sabes?
-Si me sigues haciendo cargar tus cosas te voy a quitar la maldita tarjeta.-El mentía.
-Espérame aquí Sae, voy a buscar un baño.- El no parecía muy contento con eso, pero no me importaba. Dejé mi cartera y su tarjeta en la mesa mientras me levantaba.
Me encontraba algo perdida, no encontraba ninguna entrada con un cartel que pusiera "baño" así que simplemente entré por una puerta cualquiera. Mi mente quedó en blanco procesando que entre a la habitación incorrecta, borrachos por aquí y muchos bailes obscenos por allá, salí rápidamente de ahí, caminando un poco demasiado rápido mientras seguía algo extrañada.
-¡Psyche!-Mis piernas no siguieron funcionando, me quedé ahí, paralítica viendo al rubio frente a mi. Ladee la cabeza de un lado a otro, negando al chico frente a mi.
-No huyas de nuevo, por favor. No tienes que perdonarme, Pero escúchame al menos, te lo suplico.- Negué de nuevo, retrocediendo un poco, a lo que el avanzó más de lo esperado.
- Vamos a otro lugar, ¿Si? - El dijo antes de dar otro paso adelante.
Agarró mi mano con suavidad para sacarme de ahí, pero enseguida, Sae agarró mi otra muñeca. - Vamos a casa, Psyche.-
Miré a ambos hombres, ambos tiraban mis brazos, ambos me miraban. Quedé allí, entre ambos chicos, desearía ser cualquier otra persona en ese momento.
-¿Por qué sigues buscándola, Leonardo? Ya fallaste una vez, no hay segundas oportunidades fuera del campo, déjala en paz.
- Sino, ¿Qué, hmm? ¿Me vas a golpear? -
- Lo habría hecho hace mucho tiempo, imbécil - Sae tiró de mi brazo más fuerte, haciendo que Leonardo
soltara el otro. Me escondí detrás de Sae, viendo como Leonardo estaba furioso, demasiado furioso por alguna razón.
Pero el le soltó un puñetazo, Leonardo empezó. Sae me empujó a un lado, tirandome al suelo. Me arrastré un poco hacia atrás, la pelea se me estaba viniendo encima. No sabía que hacer, quería ayudar, pero si intentaba algo, me podrían golpear por accidente también. Me levanté y busqué al primer guardia de seguridad que ví por ahí.
Para cuándo volví con ellos y el guardia de seguridad, seguían golpeándose, tenía miedo de las consecuencias que le llevaría a Sae. Leonardo también era su compañero en el campo, nada sería igual después de esta pelea, todo por mi culpa.
Estaba sentada en su cama con su cabeza en mi regazo. Estaba atendiendo sus heridas, tenía varios moretones en la cara y algunos en el abdomen también. Escuchaba sus quejidos cada vez que aplicaba alcohol en su labio herido y todavía algo sangrante.
Guardé todo en el botiquín de primeros auxilios y lo dejé a un lado en la mesita de noche.-¿Cómo será todo en el campo ahora, Sae? Lo siento.-
-¿Por qué te disculpas, idiota?- El preguntó, levantándose de la cama. Sus ojos se fijaron en mi muñeca, la cual tomó entre sus manos para echarle un pequeño vistazo. - Te agarré muy fuerte...
No podía evitar ver aquel bulto entre los pantalones de Sae, el cual últimamente aparecía demasiado en ellos. Ladee la cabeza a un lado, arqueando una ceja. -Es grande. -
- ¿Huh? ¿Qué cosa? - Ups, pensé en voz alta sin querer.
Sae siguió mi mirada, viendo su propio bulto. Su cara se enrojeció al darse cuenta.
-El me golpeó ahí y por eso está..hinchado, si. Está hinchado por un golpe.-Dijo, con un tono nervioso.
-La tienes parada.
★
Me encontraba en la cama, acostada con Sae encima de mi, su cadena me caía en la nariz. Sus manos sujetaban con fuerza mis muñecas contra el colchón, a cada lado de mi cabeza. El estaba muy sonrojado.
-Es tu culpa...-Gruñó.
Nd que decir, los dejé sin capitulo como x casi un mes pero los quiero mucho 💗💗💗
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Dos Chicos, Un Problema ||
RomanceEres compañera de clases del famoso futbolista del Real Madrid, Itoshi Sae, siempre lo molestas o le hablas aunque te ignore todo el tiempo. Tras la llegada de otro futbolista famoso del mismo estatus que Sae, pasas diferentes y confusas adversidade...