Un fuerteUn fuerte golpe resonó en la mesa. El patriarca y alfa de la familia Maximoff estaba cansado, sus hijos estaban discutiendo de nuevo por culpa de un mal negocio y ya estaba harto. Al parecer ni uno de los mellizos entendía la importancia de su posición, pues claro, aún eran unos niños para los ojos de su padre. Aún con sus 25 años, eran inexpertos omegas en ese mundo de muerte y sangre ante el ojo adulto.
—¿Podrían callarse por tan solo un par de segundos? —su voz era áspera y fuerte, la profundidad de esta era tan amenazadora que tal vez si fuese otro alfa ambos omegas le hubieran respondido que no se metiera. Pero obviamente, no harían eso ni en sueños, su padre era lo único que respetaban como autoridad alfa y eso era ley para todos los integrantes de esa familia.
—Papá, yo...
—Shhh... —los calló alzando su mano. Ninguno de los presentes dijo más —No es posible, parece que no han aprendido nada ¡Y culparse uno al otro no resuelve nada! —habló con fuerza subiendo el volumen de su voz, miro a sus otros dos hijos que trataban de pasar desapercibidos —¿Qué hice para merecer a unos hijos tan malcriados!
—Consentirlos —respondió el omega que había aparecido en la puerta del comedor —Darles todo lo que te pedían, yo te dije que así no se criaba un niño, pero eres el gran macho alfa de la familia, no se te puede disuadir en nada.
Corrección, el patriarca de la familia Maximof era respetado y eso era ley para CASI todos en la familia.
—No estoy de humor para eso, Charles.
—¿Tan mal te ponen los cachorros? —preguntó mientras se acercaba al alfa, trato de obtener algo de amabilidad por parte del alemán. Aunque no se esperaba el chasqueo de lengua que dió el hombre, indignado por recibir tal expresión habló de nuevo —Bien... Erik —dijo el nombre de su pareja con la misma molestia en la que había recibido su propio nombre. —Buen día, mis niños —la sonrisa que apareció fue dedicada hacia todos aquellos que representaban la nueva generación de la familia Maximoff —Raven, Azazel —. La pareja nombrada le regresaron el saludo, Raven, la hermana menor del patriarca Maximoff, sobreprotegida por este cuando era niña, sonrió con dulzura.
Charles se sentó a un lado de su alfa, mientras que los ojos de este tenían arriba de ellos una sutil ceja alzada, al parecer Erik se había molestado por como el omega había devuelto un saludo que él nunca dio, la ceja cambió a ambas cejas ligeramente inclinadas hacia el centro y sus labios se torcieron levemente hacia el frente. Para el científico era divertido ver al alfa hacer pucheros infantiles, y no perdía oportunidad para provocarlo.
La mesa se extendía a lo largo de toda la habitación, Erik a la cabeza, de su lado derecho se encontraba su omega e hijos, y del lado izquierdo su hermana con su esposo e hijo, además del resto de familia. Había más sillas. Y como era costumbre la hermana menor de los Maximoff siempre llegaba tarde a desayunar.
Una cocinera apareció en la puerta de la cocina, pero no era la verdadera cocinera.
—Kitty, ¿Qué rayos llevas puesto? —preguntó Kurt intrigado por la vestimenta que traía su guardaespaldas y amiga.
—Muy buenos días, joven amo Kurt, hoy yo seré quien los atienda —la chica sonrió amistosamente —Como desayuno principal y para levantar los ánimos, les hemos preparado el especial de los Maximoff —sonrió mientras jalaba su carrito y comenzaba a dejar los platos sobre la mesa.
—¿Me puedes explicar qué haces aquí en vez de la sirvienta, niña? —Erik estaba entre sorprendido y acostumbrado, y un poco divertido ya que la guardaespaldas de su sobrino no era de usar vestidos y menos de sirvienta, así que se veía ciertamente ridícula con esos trapos en el cuerpo.
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EL JUEGO DEL REY
Fiksi Penggemar..."Sí fallas, hoy tengo el trono y mañana lo tiene otro"... Los Maximoff nunca fallan... o almenos no a proposito. Los Maximoff saben mantener la cabeza fria... a veces. Los Maximoff son la familia dominate... mietras no la traiconen. Los Maximoff...