Capítulo 8: Conexiones Virtuales

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Christian se despertó con un poco más de ánimo esa mañana. La conversación con sus amigos y la bienvenida a los nuevos miembros del grupo de teatro, Miguel y Adrián, le había dado una nueva perspectiva. Aunque los problemas en casa no habían desaparecido, sentía que no estaba tan solo en su lucha.

Después de prepararse para la escuela, tomó su teléfono y notó varias notificaciones de mensajes en WhatsApp. Abrió la aplicación y encontró el grupo del club de teatro activo con mensajes de sus amigos.

Claudia: *Buenos días a todos. ¡Hoy seguimos con los ensayos! Recuerden traer sus guiones.*

Marina: *Sí, y no olviden la energía positiva. Vamos a darle con todo hoy.*

Rafa: *@Christian ¿Estás listo para otra ronda de drama?*

Christian sonrió y respondió rápidamente.

Christian: *¡Listo y motivado! Nos vemos en la escuela.*

Adrián: *Genial, chicos. Este grupo realmente me inspira. Estoy emocionado por hoy.*

Miguel: *Sí, yo también... espero no estorbar mucho.*

Marina: *No digas eso, Miguel. Todos estamos aquí para aprender y apoyarnos.*

Christian sintió una calidez al leer los mensajes. Se sintió afortunado de tener un grupo de amigos tan solidario. Al llegar a la escuela, se encontró con Rafa en la entrada.

-¡Hey, Chris! ¿Listo para otro día intenso? -saludó Rafa, dándole una palmada en la espalda.

-Sí, lo estoy. Siento que las cosas están mejorando, gracias a ustedes -respondió Christian con una sonrisa.

-Para eso están los amigos. Vamos, no queremos llegar tarde -dijo Rafa mientras caminaban hacia el aula de teatro.

En el aula, la señora Martínez ya estaba organizando el escenario. El grupo llegó poco a poco, cada uno con su guion y una sonrisa. Christian se sintió revitalizado por la energía positiva del grupo.

-Hoy continuaremos con las escenas principales. Quiero ver más emoción y profundidad en sus interpretaciones -anunció la señora Martínez.

Claudia y Christian tomaron sus posiciones en el escenario, preparándose para la escena en la que el Principito habla con el zorro. La intensidad de sus actuaciones llenó el aula, y todos estaban atentos.

Después de varios ensayos, la señora Martínez pidió un descanso. El grupo se dispersó por el aula, charlando y revisando sus guiones. Christian aprovechó para hablar con Miguel, quien estaba sentado solo en una esquina, revisando sus notas.

-Hey, Miguel. ¿Cómo te sientes hasta ahora? -preguntó Christian, sentándose a su lado.

Miguel levantó la vista, sorprendido por la atención.

-Oh, hola, Christian. Estoy bien, solo... un poco nervioso. No quiero arruinarlo.

-No te preocupes. Todos estamos aquí para aprender. Además, estás haciendo un gran trabajo -dijo Christian, tratando de animarlo.

-Gracias, eso significa mucho para mí -respondió Miguel con una tímida sonrisa.

-Oye, ¿tienes Instagram? Podemos mantenernos en contacto y apoyarnos mutuamente -sugirió Christian.

-Sí, claro. Mi usuario es @Miguel_Arte. ¿Y el tuyo? -preguntó Miguel.

-El mío es @ChrisCreativo. Te enviaré una solicitud de amistad -dijo Christian, sacando su teléfono y comenzando a seguir a Miguel.

Mientras tanto, Adrián se acercó y se unió a la conversación.

-¿Hablando de redes sociales? Deberíamos hacer un grupo en Instagram también. Es una buena forma de compartir ideas y mantenerse conectados -sugirió Adrián.

-Buena idea. Puedo crear el grupo ahora mismo -dijo Christian, entusiasmado.

En pocos minutos, Christian creó un grupo en Instagram llamado "TeatroCreativo" e invitó a todos los miembros del club de teatro. La respuesta fue inmediata, y pronto el grupo estaba activo con mensajes y fotos de los ensayos.

Claudia: *¡Amo esta idea! Ahora podemos compartir fotos y videos de nuestros ensayos.*

Marina: *Sí, y también podemos hacer lives para practicar nuestras escenas.*

Adrián: *Exactamente. Esto va a ser genial para nuestra comunicación.*

Miguel: *Gracias por incluirme. Realmente aprecio el apoyo.*

Christian se sintió más conectado con sus amigos que nunca. Las redes sociales añadían una nueva dimensión a sus interacciones, permitiéndoles mantenerse en contacto incluso fuera de la escuela.

Después del ensayo, el grupo decidió ir nuevamente a la cafetería. En el camino, Christian recibió un mensaje directo en Instagram de Adrián.

Adrián: *Oye, Christian. Quería decirte que realmente admiro cómo manejas todo. Sé que no es fácil.*

Christian: *Gracias, Adrián. Aprecio tus palabras. También estoy contento de que estés en el grupo.*

Adrián: *Gracias. Sabes, si alguna vez necesitas hablar o desahogarte, estoy aquí.*

Christian: *Lo mismo digo. Eres un gran amigo.*

En la cafetería, el grupo se acomodó en su mesa habitual. Mientras bebían sus bebidas y charlaban, Christian finalmente decidió abrirse un poco más sobre sus problemas en casa.

-Bueno, si no les importa escuchar... Mis padres están pasando por algo. No sé exactamente qué, pero las cosas en casa han estado muy tensas. No hablan mucho, y cuando lo hacen, es para discutir -confesó Christian.

Rafa frunció el ceño.

-Eso suena difícil, Christian. ¿Has intentado hablar con ellos sobre cómo te sientes?

-Sí, pero mi mamá dice que es algo entre ellos y que no quieren preocuparme. Pero no puedo evitarlo, ya me estoy preocupando -respondió Christian.

-A veces los adultos piensan que ocultar las cosas es protegernos, pero no se dan cuenta de que lo que no se dice también afecta -dijo Marina, pensativa.

Daniel asintió.

-Tal vez deberías intentar hablar con ellos juntos. A veces una perspectiva externa puede ayudar a ver las cosas de manera diferente.

Christian consideró la sugerencia de Daniel.

-Podría intentarlo. Solo quiero que las cosas mejoren.

La conversación continuó, y Christian se sintió más ligero al compartir sus preocupaciones. Sus amigos no solo escucharon, sino que también ofrecieron su apoyo y consejos. Se dio cuenta de lo afortunado que era de tenerlos en su vida.

Al despedirse, Christian sintió una renovada determinación. Aunque las cosas en casa eran difíciles, sabía que no estaba solo. Tenía amigos que lo apoyaban y una pasión que lo ayudaba a sobrellevar los momentos difíciles.

Esa noche, de regreso a casa, la tensión seguía presente, pero Christian decidió no dejar que eso lo desanimara. Subió a su habitación y comenzó a escribir en su cuaderno, expresando sus pensamientos y sentimientos. Recordó las palabras de sus amigos y la amabilidad que habían mostrado, sintiendo una renovada esperanza.

Mientras se preparaba para dormir, pensó en la obra de teatro, en Claudia, Rafa, Marina, Pablo, Daniel, Miguel y Adrián. Había sido un día de revelaciones y nuevas conexiones, y aunque las dificultades persistían, Christian estaba decidido a seguir adelante.

Apagó la luz, permitiéndose una sonrisa. El futuro seguía siendo incierto, pero con cada paso, Christian sentía que estaba encontrando su camino.

Caminos de Sombras y LucesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora