El jueves por la mañana, Christian se despertó con una mezcla de ansiedad y emoción. El día anterior había sido positivo, pero no podía evitar sentir una ligera inquietud sobre las verdaderas intenciones de algunos de sus nuevos amigos, especialmente Javier. A pesar de su aparente bondad, había algo en él que no terminaba de convencerlo.
Al llegar a la escuela, Christian se encontró con Adrián en la entrada.
-Hey, Chris, ¿cómo te va? -preguntó Adrián, dándole una palmada en la espalda.
-Bien, supongo. Aunque sigo pensando en todo lo que pasó con Daniel y Felipe -respondió Christian, con una expresión pensativa.
-No te preocupes tanto. Lo importante es que ya no pueden hacerte daño. Y ahora tienes un buen grupo de amigos que te apoyan -dijo Adrián, tratando de animarlo.
-Sí, lo sé. Gracias, Adrián -dijo Christian, sonriendo.
Durante el recreo, Christian decidió revisar sus mensajes en Instagram. Encontró uno de Javier.
Javier: *"Hola, Christian. ¿Te gustaría venir al parque esta tarde? Estoy planeando una pequeña reunión con algunos amigos."*
Christian: *"Claro, me encantaría. Nos vemos allí."*
Esa tarde, Christian llegó al parque y encontró a Javier junto a un grupo de chicos, entre ellos Alex y otros que no conocía bien.
-¡Christian! Qué bueno que viniste -exclamó Javier, con una gran sonrisa.
-Hola, chicos. Gracias por invitarme -respondió Christian, sintiéndose un poco más cómodo.
Pasaron la tarde hablando, jugando al frisbee y simplemente disfrutando del buen clima. Sin embargo, en algún momento, Javier se apartó del grupo y se sentó en un banco, mirando su teléfono con expresión seria. Christian decidió acercarse.
-¿Todo bien, Javier? -preguntó Christian, sentándose a su lado.
-Sí, solo... estaba pensando en algunas cosas -respondió Javier, guardando su teléfono rápidamente.
-¿Quieres hablar de ello? -ofreció Christian, notando la incomodidad de su amigo.
-No, no es nada. Gracias por preguntar -dijo Javier, forzando una sonrisa.
Esa noche, el ambiente en casa de Christian volvió a ser tenso. Sus padres habían tenido otra discusión y Christian sentía el peso de esa tensión. Decidió hablar con su madre mientras su padre estaba en el trabajo.
-Mamá, ¿podemos hablar? -preguntó Christian, entrando a la cocina.
-Claro, hijo. ¿Qué pasa? -respondió su madre, con una expresión cansada.
-Sé que las cosas no han sido fáciles para ninguno de nosotros, pero estoy preocupado por ti y papá. ¿Hay algo que pueda hacer para ayudar? -dijo Christian, con sinceridad.
Su madre suspiró y se sentó, tomando una taza de té.
-Christian, aprecio tu preocupación, pero hay cosas que son complicadas. Tu padre y yo estamos tratando de resolverlo, pero necesitamos tiempo. Solo quiero que sepas que te amamos y que esto no es tu culpa -dijo, mirándolo con ternura.
-Lo sé, mamá. Solo quiero que estemos bien -respondió Christian, sintiendo un poco de alivio.
El viernes por la mañana, Christian se encontró con Alex en el pasillo.
-Hola, Christian. ¿Puedo hablar contigo un momento? -preguntó Alex, con una expresión seria.
-Claro, ¿qué pasa? -respondió Christian, intrigado.
-Quería decirte algo sobre Javier. Sé que parece un buen chico, pero hay cosas que deberías saber. Él ha estado pasando información a Daniel sobre ti -dijo Alex, mirando a Christian con preocupación.
Christian sintió un golpe en el estómago. No quería creerlo, pero algo en el comportamiento de Javier había sido sospechoso.
-¿Estás seguro? -preguntó Christian, tratando de mantener la calma.
-Sí, lo siento, pero pensé que debías saberlo -dijo Alex, con sinceridad.
Esa tarde, Christian decidió confrontar a Javier. Lo encontró en el parque, donde solían reunirse.
-Javier, necesito hablar contigo -dijo Christian, con voz firme.
-Claro, ¿qué pasa? -respondió Javier, con una sonrisa nerviosa.
-¿Es cierto que has estado pasando información sobre mí a Daniel? -preguntó Christian, mirándolo directamente a los ojos.
La expresión de Javier cambió a una mezcla de sorpresa y culpa.
-Christian, yo... lo siento. No quería hacerte daño. Daniel me presionó y no supe cómo manejarlo -admitió Javier, bajando la mirada.
Christian sintió una mezcla de ira y decepción.
-Confié en ti, Javier. Pensé que éramos amigos -dijo, sintiendo un nudo en la garganta.
-Lo siento mucho, de verdad. No sé cómo compensarte -dijo Javier, con voz quebrada.
-No sé si podemos seguir siendo amigos después de esto, pero agradezco que al menos hayas sido honesto ahora -respondió Christian, alejándose lentamente.
Esa noche, mientras se preparaba para dormir, Christian reflexionó sobre lo sucedido. Aunque se sentía traicionado, también sabía que no podía seguir desconfiando de todos a su alrededor. Necesitaba encontrar un equilibrio entre confiar y protegerse.
Decidió que, a partir de ese momento, sería más cuidadoso con en quién confiaba, pero también se permitiría formar nuevas amistades. Sabía que el camino no sería fácil, pero estaba decidido a seguir adelante, aprendiendo de cada experiencia.
ESTÁS LEYENDO
Caminos de Sombras y Luces
Novela Juvenil"Caminos de Sombras y Luz" es una conmovedora novela que sigue la vida de Christian, un adolescente que enfrenta múltiples desafíos tanto en la escuela como en su vida personal. Víctima de acoso y atrapado en una amistad tóxica, Christian debe naveg...