Capítulo 18: Revelaciones y Dudas

0 0 0
                                    

El jueves por la mañana, Christian se despertó con una mezcla de ansiedad y emoción. El día anterior había sido positivo, pero no podía evitar sentir una ligera inquietud sobre las verdaderas intenciones de algunos de sus nuevos amigos, especialmente Javier. A pesar de su aparente bondad, había algo en él que no terminaba de convencerlo.

Al llegar a la escuela, Christian se encontró con Adrián en la entrada.

-Hey, Chris, ¿cómo te va? -preguntó Adrián, dándole una palmada en la espalda.

-Bien, supongo. Aunque sigo pensando en todo lo que pasó con Daniel y Felipe -respondió Christian, con una expresión pensativa.

-No te preocupes tanto. Lo importante es que ya no pueden hacerte daño. Y ahora tienes un buen grupo de amigos que te apoyan -dijo Adrián, tratando de animarlo.

-Sí, lo sé. Gracias, Adrián -dijo Christian, sonriendo.

Durante el recreo, Christian decidió revisar sus mensajes en Instagram. Encontró uno de Javier.

Javier: *"Hola, Christian. ¿Te gustaría venir al parque esta tarde? Estoy planeando una pequeña reunión con algunos amigos."*

Christian: *"Claro, me encantaría. Nos vemos allí."*

Esa tarde, Christian llegó al parque y encontró a Javier junto a un grupo de chicos, entre ellos Alex y otros que no conocía bien.

-¡Christian! Qué bueno que viniste -exclamó Javier, con una gran sonrisa.

-Hola, chicos. Gracias por invitarme -respondió Christian, sintiéndose un poco más cómodo.

Pasaron la tarde hablando, jugando al frisbee y simplemente disfrutando del buen clima. Sin embargo, en algún momento, Javier se apartó del grupo y se sentó en un banco, mirando su teléfono con expresión seria. Christian decidió acercarse.

-¿Todo bien, Javier? -preguntó Christian, sentándose a su lado.

-Sí, solo... estaba pensando en algunas cosas -respondió Javier, guardando su teléfono rápidamente.

-¿Quieres hablar de ello? -ofreció Christian, notando la incomodidad de su amigo.

-No, no es nada. Gracias por preguntar -dijo Javier, forzando una sonrisa.

Esa noche, el ambiente en casa de Christian volvió a ser tenso. Sus padres habían tenido otra discusión y Christian sentía el peso de esa tensión. Decidió hablar con su madre mientras su padre estaba en el trabajo.

-Mamá, ¿podemos hablar? -preguntó Christian, entrando a la cocina.

-Claro, hijo. ¿Qué pasa? -respondió su madre, con una expresión cansada.

-Sé que las cosas no han sido fáciles para ninguno de nosotros, pero estoy preocupado por ti y papá. ¿Hay algo que pueda hacer para ayudar? -dijo Christian, con sinceridad.

Su madre suspiró y se sentó, tomando una taza de té.

-Christian, aprecio tu preocupación, pero hay cosas que son complicadas. Tu padre y yo estamos tratando de resolverlo, pero necesitamos tiempo. Solo quiero que sepas que te amamos y que esto no es tu culpa -dijo, mirándolo con ternura.

-Lo sé, mamá. Solo quiero que estemos bien -respondió Christian, sintiendo un poco de alivio.

El viernes por la mañana, Christian se encontró con Alex en el pasillo.

-Hola, Christian. ¿Puedo hablar contigo un momento? -preguntó Alex, con una expresión seria.

-Claro, ¿qué pasa? -respondió Christian, intrigado.

-Quería decirte algo sobre Javier. Sé que parece un buen chico, pero hay cosas que deberías saber. Él ha estado pasando información a Daniel sobre ti -dijo Alex, mirando a Christian con preocupación.

Christian sintió un golpe en el estómago. No quería creerlo, pero algo en el comportamiento de Javier había sido sospechoso.

-¿Estás seguro? -preguntó Christian, tratando de mantener la calma.

-Sí, lo siento, pero pensé que debías saberlo -dijo Alex, con sinceridad.

Esa tarde, Christian decidió confrontar a Javier. Lo encontró en el parque, donde solían reunirse.

-Javier, necesito hablar contigo -dijo Christian, con voz firme.

-Claro, ¿qué pasa? -respondió Javier, con una sonrisa nerviosa.

-¿Es cierto que has estado pasando información sobre mí a Daniel? -preguntó Christian, mirándolo directamente a los ojos.

La expresión de Javier cambió a una mezcla de sorpresa y culpa.

-Christian, yo... lo siento. No quería hacerte daño. Daniel me presionó y no supe cómo manejarlo -admitió Javier, bajando la mirada.

Christian sintió una mezcla de ira y decepción.

-Confié en ti, Javier. Pensé que éramos amigos -dijo, sintiendo un nudo en la garganta.

-Lo siento mucho, de verdad. No sé cómo compensarte -dijo Javier, con voz quebrada.

-No sé si podemos seguir siendo amigos después de esto, pero agradezco que al menos hayas sido honesto ahora -respondió Christian, alejándose lentamente.

Esa noche, mientras se preparaba para dormir, Christian reflexionó sobre lo sucedido. Aunque se sentía traicionado, también sabía que no podía seguir desconfiando de todos a su alrededor. Necesitaba encontrar un equilibrio entre confiar y protegerse.

Decidió que, a partir de ese momento, sería más cuidadoso con en quién confiaba, pero también se permitiría formar nuevas amistades. Sabía que el camino no sería fácil, pero estaba decidido a seguir adelante, aprendiendo de cada experiencia.

Caminos de Sombras y LucesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora