La vida de Nancy Evefort Wolfterd

Capitulo 24

Eran las 11 p.m., dos horas después de la fuerte pelea. Nancy finalmente se había quedado dormida después de tanto llorar. A pesar de saber que su hermana Nathalie estaba muerta, para ella la presencia de Nathalie era muy real y la reconfortaba, aunque solo fuera una triste ilusión.

Mientras tanto, Juli se había hospedado en un hotel. Había pedido calmantes a una farmacia, y tras tomar unas cuantas pastillas para dormir, cayó rendida en la habitación del hotel, profundamente dolida y destrozada por la pelea y la pérdida. En su sueño profundo, pudo dejar por un momento todos sus pesares.

Valeria, después de llorar por largas horas, bajó las escaleras en silencio, tratando de no hacer ruido. Fue a la cocina por un vaso de agua. Allí encontró a Lucas, dormido sobre la encimera, con una botella de licor vacía al lado. Se acercó y le tocó el hombro suavemente.

- Valeria: - Lucas, despierta. Aquí tienes un poco de agua.

- Lucas: - abrió los ojos lentamente, su mirada algo perdida.

- Lucas: - ¿Qué quieres, Valeria?

- Valeria: - Sólo pensé que podrías necesitar un poco de agua. (Le ofreció el vaso) Toma, bebe un poco.

Lucas tomó el vaso y bebió el agua en silencio. Luego, la miró con una mezcla de dolor y desesperación.

- Lucas: - Ayúdame a olvidar, Valeria. (Se levantó lentamente y se acercó a ella)

- Valeria: - Señor, está ebrio. Debería ir a dormir.

Lucas no respondió, en su lugar, la tomó de la cintura y la atrajo hacia él, pegándola contra la encimera de la cocina. Valeria trató de alejarse, pero Lucas la besó de repente. Ella intentó resistirse, pero luego cedió al beso, sintiendo la intensidad del momento.

- Lucas: - No puedo con este dolor... (Murmuró contra sus labios)

Valeria lo miró con una mezcla de sorpresa y compasión. Sabía que estaba mal, pero también entendía el dolor que ambos estaban pasando. Lentamente, sus manos se deslizaron hacia el cuello de Lucas, correspondiendo al beso. La tensión entre ellos se volvió palpable, con la cocina como testigo de su conexión momentánea.

Lucas profundizó el beso, sus manos recorriendo la espalda de Valeria, acercándola más a él. Valeria, aunque nerviosa, se dejó llevar por el momento, sintiendo una mezcla de emociones que no podía controlar. La intensidad del momento se volvió abrumadora, y ambos se perdieron en la pasión del instante, buscando consuelo en medio del caos que los rodeaba.

Y así, la encimera y la cocina fueron envueltas por los gemidos y gritos que eran desbordados por estos. Llenos de movimientos apasionados mientras ambos se unían en un momento tan íntimo y fugaz . Teniendo sexo salvaje y acalorado, haciendo que el dolor se fuera, dejando solo un espacio para el arduo placer .

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Al día siguiente, a las 7 a.m., Valeria estaba en la cocina, atónita por lo ocurrido la noche anterior. Mientras preparaba el desayuno, los recuerdos fugaces de lo sucedido la golpeaban con fuerza, llenándola de remordimiento. Se maldecía por haber cedido a la tentación, especialmente en un momento tan delicado, durante el duelo por Nathalie.

Valeria suspiraba mientras rompía los huevos en la sartén, sus pensamientos nublados por la culpa. Sentía que había traicionado a Nancy y a Juli, y que había aprovechado la vulnerabilidad de Lucas. "¿Cómo pude hacerlo?", pensaba mientras movía la espátula con manos temblorosas.

Lucas todavía dormía en su habitación, ajeno a la culpa que corroía a Valeria. La resaca y los eventos de la noche anterior lo mantenían en un sueño profundo, sin señales de despertar pronto. Juli, por su parte, seguía en el hotel, dormida profundamente gracias a los calmantes que había tomado para apaciguar su dolor y su enojo.

Nancy bajó las escaleras con cuidado, moviéndose aún con dificultad por sus lesiones. Entró en la cocina y vio a Valeria trabajando en el desayuno.

- Nancy: - Buenos días, Nana.

- Valeria: se giró rápidamente, intentando ocultar su turbación detrás de una sonrisa. La vergüenza y la culpa se reflejaban en sus ojos, pero respiró hondo y forzó una apariencia de normalidad.

- Valeria: - Buenos días, mi niña. ¿Cómo dormiste?

- Nancy: se acercó a la mesa y se sentó, observando a su nana con una ligera sonrisa.

- Nancy: - Dormí bien, gracias. Aunque me desperté un par de veces por la noche... ¿Estás bien, Nana? Pareces un poco cansada.

Valeria desvió la mirada, sintiendo que el peso de la noche anterior se hacía más pesado.

- Valeria: - Estoy bien, mi niña. Solo un poco cansada, pero nada que un buen café no pueda arreglar. (Le sirvió un plato de huevos revueltos a Nancy ) Aquí tienes, desayuna.

Nancy comenzó a comer en silencio, notando que su nana estaba más callada de lo habitual. Valeria intentaba concentrarse en las tareas de la mañana, pero cada sonido, cada movimiento en la cocina, le recordaba lo que había pasado.

- Valeria: - ¿Tienes planes para hoy, mi niña?

Nancy la miró, tragando un bocado de su desayuno.

- Nancy: - No mucho, quizás solo leer un poco y descansar. No estoy lista para salir todavía. Además, quiero revisar algunos mensajes de mis amigos, les debo una respuesta.

Valeria asintió, sintiendo una punzada de culpa al pensar en cómo Nancy confiaba en ella. Se acercó a la mesa y le acarició el cabello con ternura.

- Valeria: - Eso suena bien. Si necesitas algo, solo llámame.

Nancy asintió y continuó comiendo, mientras Valeria se sumergía en sus pensamientos. Sabía que tendría que enfrentar lo que había sucedido eventualmente, pero por ahora, solo podía concentrarse en cuidar a Nancy y tratar de dejar atrás el peso de la culpa, al menos por un rato.

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Nota de la autora:

En este capítulo, quise explorar las complejidades de las emociones humanas en momentos de crisis. La noche de tensión y dolor muestra cómo los personajes buscan consuelo de formas inesperadas, a veces comprometiendo sus valores y relaciones. A través de las decisiones impulsivas y los momentos de arrepentimiento, intento reflejar la lucha interna que todos enfrentamos cuando estamos en la cuerda floja. La culpa y el deseo de hallar alivio son sentimientos profundos y universales.

La moraleja aquí es que, en tiempos de gran dolor, es crucial ser consciente de nuestras decisiones y buscar consuelo de maneras que no comprometan nuestra integridad ni nuestras relaciones con los demás. A veces, el verdadero camino hacia la sanación requiere enfrentar nuestros errores y buscar ayuda de forma saludable.

Gracias por leer, nos vemos en el próximo capítulo ❤️.