Una Armonía Inesperada (Floyd X Veneer) (Floyneer)

💚MEDALLAS (extra 2)💖

La competencia de clavados sincronizados en los Juegos Olímpicos de París 2024 había sido intensa. Veneer y Floyd habían ejecutado sus saltos con una precisión y gracia que solo se alcanzan después de años de entrenamiento y una conexión profunda. Mientras esperaban el anuncio de los resultados, el estadio estaba lleno de una tensión palpable.

Finalmente, el marcador mostró lo que todos esperaban: ¡oro para México!

El estallido de aplausos y vítores llenó el estadio. Veneer y Floyd se abrazaron con fuerza, sus sonrisas radiantes demostraban su felicidad. El momento que habían soñado y por el que habían trabajado tan duro finalmente se había hecho realidad.

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En las gradas, la familia de Floyd y la hermana de Veneer estaban reunidos, esperando con ansias el momento culminante. Brenda, su entrenadora y cuñada, observaba con un orgullo evidente en sus ojos. Había sido estricta con ellos, pero su amor y cuidado siempre habían sido evidentes.

-¡Lo lograron! ¡Lo lograron de verdad!- exclamó JD, abrazando a Hickory mientras sus hijas pequeñas, Diana y Yatziri, agitaban banderitas de México con entusiasmo.

-¡Sí! ¡Sí! ¡Lo hicieron!- gritó Mini, amiga de Veneer y campeona mundial de Taekwondo, saltando de alegría -Ese es mi gemelo, siempre alcanzando la cima- En ese momento, Velvet estaba sosteniendo su propia medalla de oro. Sus ojos estaban llenos de lágrimas mientras recordaba la promesa que había hecho con su hermana Virian, quien había fallecido justo antes de los Juegos de Tokio 2020 -¡Lo hicimos, Virian! Cumplimos nuestra promesa, los tres hermanos, ganamos nuestras medallas- dijo Velvet entre sollozos, mirando hacia el cielo

-Recuerden, nada de besos en el podio- murmuró Brenda para sí misma, aunque sabía que tal vez sus palabras no serían escuchadas esta vez -Por favor, por lo menos esta vez- Decía tratando de calmarse, Toño puso un brazo alrededor de Brenda. -Déjalos ser, Bren. Se lo merecen- Dijo Antes de besarla

-Vaya, por fin lo lograron- murmuró Ramón, con los brazos cruzados y una expresión de ligera irritación en su rostro -Siempre tienen que hacer un gran espectáculo, ¿verdad?- Decia con su sonrisa. Clay apretó la mano de Tomás, el también medallista de oro -Sabía que lo harían, Es inspirador verlos alcanzar sus sueños-Tomás sonrió orgulloso -Este es su momento, y estoy tan feliz de que podamos estar aquí para apoyarlos- dijo Clay, mirando a Tomás con una mezcla de admiración y amor

-Pero sabes qué, Tomás, cada día contigo se siente como ganar un Oscar- Le digo Clay ya que el era cineasta y tenia varios premios -Y tú eres mi medalla de oro- respondió Tomás, apretando la mano de Clay con fuerza. Las pequeñas Luna y Estrella seguían agitando sus banderitas, sus caritas llenas de emoción 

-¡Tío Floyd! ¡Tío Veneer!-gritaban al unísono, sus voces llenas de alegría. Cuando Veneer y Floyd subieron al podio, el momento fue aún más especial. Con las medallas de oro alrededor de sus cuellos, se miraron a los ojos, y en un impulso de amor y valentía, y así se besaron frente a todos. El estadio estalló en aplausos y vítores aún más fuertes.

-Bueno, parece que me ignoraron completamente- Brenda sonrió y soltó una pequeña risa -¡Ese es el verdadero espíritu del amor y el deporte!- dijo Juan Daniel con orgullo, mientras lloraba de emoción, señalando la pantalla gigante que mostraba el beso de Veneer y Floyd.

-Claro, besándose en el podio. Como si ya no fueran suficientes las medallas. Pero bueno, es mi hermano. ¿Qué más se puede esperar?- dijo Ramón, su tono un poco sarcástico, pero luego una sonrisa se asomó en su rostro

-¡Ese es mi hermano! ¡El mejor!- gritó Velvet, con una energía contagiosa. El beso de oro de Veneer y Floyd se convirtió en un símbolo no solo de su triunfo deportivo, sino también de su amor y resiliencia. La familia los aplaudía desde las gradas, sabiendo que, a pesar de todas las adversidades, habían alcanzado la cima juntos.

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Después de la ceremonia de premiación, el bullicio del estadio se había disipado, pero la emoción aún latía en el aire. Veneer y Floyd se encontraron en la zona de recuperación, un área reservada para los atletas donde podían relajarse y celebrar sus logros.

Veneer se sentó en un banco, aún con su medalla de oro colgando de su cuello. Miró a su alrededor, buscando a Floyd ya que el había salido un momento para ducharse. En el momento en que lo vio entrar, su corazón dio un vuelco. Floyd se acercó con una sonrisa radiante, los ojos brillando con alegría.

-¡Lo hiciste, amor! ¡Lo hicimos!- exclamó Floyd, lanzándose a los brazos de Veneer. Vee lo abrazó con fuerza, respirando el aroma familiar de su champú y loción después del baño -No puedo creer que ganamos el oro. Fue... increíble- Dijo el pelirosa sonriendo

Floyd se separó un poco, mirándolo a los ojos. -Y ese beso en el podio. No puedo creer que lo hicimos. Fue perfecto- Dijo Veneer sonriendo como un adolescente habalndo con su primer crush -Sí- respondió Floyd, sonriendo.

-Pero más que eso, lo que siento es un inmenso orgullo por ti. Lo que has superado para llegar aquí es inspirador- Dijo Vee besando la cara de su novio y Floyd se sonrojó ligeramente -No lo habría hecho sin ti. Siempre has estado a mi lado, incluso en los momentos más oscuros- Dijo tratando de disimuar su sonrojo

Veneer acarició la mejilla de Floyd -Eres más fuerte de lo que crees. No solo un atleta, sino una persona increíble- Dijo el peliverde .Y tú eres mi todo- respondió Floyd, tomando la mano de Veneer. 

-No puedo esperar a que celebremos esto juntos- Dijo Vee empezando a bajar un poc su mano a la entre pierna de su novio, pero de repente, una ráfaga de risa y ruido interrumpió su momento. Juan Daniel y Hickory entraron, llevando a Yatziri y a Diana en brazos y a Timber de la mano

-¡ganaom el odo!- gritaron las pequeñas al unísono aun cuando les costaba hablar, sus caritas iluminadas de felicidad -¡Miren a esos campeones!- dijo JD, mientras las niñas corrían hacia Veneer y Floyd -¡Tío Veneer! ¡Tío Floyd!- chillo Timber, saltando a sus brazos.

-¡Estamos tan orgullosos de ustedes!- exclamó Hickory, sonriendo -Ustedes son unos verdaderos héroes, quiero ser como ustedes cuando crezca- dijo Timber -Gracias peque- dijo Veneer, abrazando a el pequeño con ternura.

-Ustedes son nuestra motivación- Dijo Floyd uniendose a la celebración, levantando a Diana en sus brazos -¿Y ustedes qué han estado haciendo? ¿Están listas para festejar con sus tíos?- Preguntó Hick a sus hijos -¡Sí!- gritaron los niños. Mientras la familia celebraba, Veneer sintió que era el momento perfecto. 

Se apartó un poco de la multitud, llevando a Floyd a un rincón más tranquilo. Con el corazón latiendo fuertemente, se arrodilló ante él. -Floyd- comenzó el peli verde, su voz un poco temblorosa por la emoción -Hoy hemos logrado algo increíble, pero más que eso, he comprendido lo que realmente significa el amor y lo que tú significas para mí- Dijo casi al borde del llanto. 

Floyd miró sorprendido a su novio y sus hermanos con una mezcla de emoción y curiosidad en su rostro -¿Qué estás haciendo?- Fue todo lo que pudo decir el yucateco. Veneer sacó una pequeña caja del bolsillo de su chaqueta, abriéndola para revelar un anillo de oro con una esmeralda muy hermosa

-Desde que te conocí, supe que quería pasar mi vida contigo. Eres mi compañero, mi amor, y mi mejor amigo. Quiero que seas mi esposo. ¿Te casarías conmigo?- Dijo Veneer sonriendo muchisimo

Floyd se quedó en silencio, su sorpresa transformándose rápidamente en felicidad -¡Sí! ¡Sí, claro que sí! ¡Hasta la pregunta ofende! ¡SI!- exclamó el pelirosa con los ojos llenos de lágrimas de alegría mientras se inclinaba hacia Veneer y lo abrazaba con fuerza.

-Esto es solo el principio-  dijo Floyd, con una sonrisa brillante -Con el tiempo, siempre podremos superar cualquier cosa, juntos- Dijo Vee y Floyd asintió, sintiendo una oleada de amor y felicidad. -Siempre juntos- respondió, y lo supieron: su amor y su éxito eran solo el comienzo de una hermosa historia.

Después fueron a darle la noticia a toda su familia y amigos y la emoción de estar todos juntos les hizo completamente felices